miércoles, junio 28, 2006

Hitler regaló un Mercedes a Franco


En la imagen, uno de los Mercedes de que disponía el Führer

En 1941, el embajador alemán en España, el barón Von Stohrer, hizo entrega al general Franco de un obsequio de Hitler: un Mercedes 540.G-4.W131. El vehículo blindado, de seis ruedas, había salido de la fábrica en diciembre de 1939.

Tan sólo cuatro coches más de este modelo vieron la luz; el primero fue regalado a Mussolini, pero desapareció durante la guerra, el segundo se encuentra en poder de un restaurador de vehículos francés, el tercero pertenece a una empresa norteamericana dedicada al atrezzo para rodajes cinematográficos, en mal estado de conservación, y el último está en Alemania, dividido en piezas.

El que se encuentra en mejores condiciones es el que fue propiedad del dictador español, pese a que lo utilizó en contadas ocasiones. Curiosamente, durante la visita que el general Eisenhower, convertido ya en presidente de Estados Unidos, realizó a España en 1953, el Mercedes de Hitler fue el vehículo empleado para trasladar a Ike desde el Palacio de El Pardo al lugar en donde se alojaba.

Aunque no está confirmado, se asegura que la casa Mercedes realizó una tentadora oferta para adquirir el vehículo con el objetivo de exponerlo en su Departamento de Coches Clásicos, siendo rechazada la propuesta por el gran valor histórico del vehículo. En la actualidad, este impresionante Mercedes forma parte del parque automovilístico del Jefe del Estado y se encuentra adscrito al Regimiento de la Guardia Real.

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domingo, junio 25, 2006

Peces nazis en los embalses de Madrid



Los pescadores que capturan carpas tan hermosas como la de la imagen los fines de semana en los embalses de la Comunidad de Madrid poco pueden sospechar que esos peces tienen un pasado bastante turbio. Aunque resulte sorprendente, deben su existencia ni más ni menos que a Adolf Hitler.

El origen de esas carpas se remonta a la Segunda Guerra Mundial, en el período en el que la Alemania nazi y la España de Franco mantenían buenas relaciones diplomáticas, pese a la negativa del dictador español a entrar en la guerra en el bando del Eje.

El Führer conocía la afición del Caudillo a la pesca , por lo que pensó que uno de los mejores regalos que podía hacerle era cuatro parejas de peces, concretamente carpas de la especie Cyprinus Carpis Especulum, que se caracterizan por reflejar la luz del día en su lomo, ofreciendo el aspecto de un espejo bajo el agua. Esta especie no existe de forma natural en España; es de origen centroasiático y fue introducido por los romanos en Europa hace dos mil años. En Alemania son muy apreciadas por sus cualidades culinarias.

Las carpas llegaron, procedentes de Berlín, al aeropuerto militar de Cuatro Vientos en el interior de un paquete y envueltas en una tela humedecida, suficiente para mantenerlas con vida fuera del agua. Allí las recogió un profesor de la Facultad de Ingenieros Agrónomos y las llevó al campo de prácticas de ese centro universitario. De ahí fueron trasladadas al estanque de la Reina, situada en el camino que une el Palacio Real con el Pardo, en donde recibirían todo tipo de atenciones y cuidados.

Al cabo de cincuenta años, los descendientes de aquellas cuatro parejas de carpas eran ya más de 7.000 ejemplares, entre los que destacaba una que alcanzaba los 24 kilos y casi un metro de longitud. Pero en 1994 se descubrieron varias grietas en el lecho del estanque que amenzaban con su rotura, por lo que fueron trasladadas en piscinas portátiles a una piscifactoria cercana.

Con estas carpas, que rondaban como media los 16 kilos, se decidió repoblar algunos pantanos de la Comunidad de Madrid. Se calcula que, en la actualidad, el río Manzanares alberga una población de más de 12.000 carpas, ignorantes del pasado nazi de sus progenitores...

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viernes, junio 16, 2006

Minas de la II Guerra Mundial en Gerona

Por su interés, transcribo una noticia publicada ayer jueves, 15 de junio de 2006, sobre las minas alemanas de la Segunda Guerra Mundial que suelen aparecer por la costa de Gerona:

Los cazaminas 'Sella' y 'Duero' y el buque de mando y apoyo 'Diana' se han trasladado desde su base en Cartagena hasta la costa de Gerona para la búsqueda de minas de la Segunda Guerra Mundial. Además, cuentan con la colaboración de la Unidad de Buceadores de Medidas Contra Minas, con base en el Centro de Buceo de la Armada, también en Cartagena.

Los trabajos de exploración de las aguas catalanas se iniciaron el pasado día 2 y se prolongarán hasta el 17 de junio. La Armada ha respondido con el desplazamiento de estos buques a la zona a la petición de las autoridades locales para que se despejase el mar de estos peligrosos artilugios.

La misión de los dos cazaminas y del buque 'Diana', así como del grupo de buceadores consiste en comprobar que los fondos marinos se encuentran limpios de minas hundidas y a la deriva, con el fin de evitar riesgos a los barcos que navegan por la zona.

Los trabajos se desarrollan cerca de las localidades de Colera, Portbou, Llança y El Port de la Selva, aunque pueden ampliarse a los puertos de Roses, L'Escala, Cadaqués y L'Estartit, así como a otras playas próximas del Golfo de Rosas y Fonolleres, donde está previsto que las tres unidades de la Armada hagan escalas para el descanso de las dotaciones.

La preocupación de las autoridades catalanas surge a causa de la aparición esporádica de minas en la zona. Lo cierto es que se han llevado a cabo varias limpiezas de artefactos en los fondos marinos de la zona desde 1989 hasta 2005, pero a pesar de ello, han aparecido nueve minas en Gerona y una en Menorca, que han sido localizadas a la deriva o a poca profundidad.

La aparición de estos artefactos no es casual, ya que durante la Segunda Guerra Mundial, el bando de los aliados planeó un desembarco en la costa sudeste de Francia, al que los alemanes respondieron con un minado defensivo de las costas próximas y los artefactos han ido apareciendo a lo largo de los años por la zona.

Fuente: www.Laopiniondemurcia.es

viernes, junio 02, 2006

Lucky Strike se va a la guerra


Las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial son más visibles de lo que uno puede sospechar. Por ejemplo, el actual color blanco de los paquetes de cigarrillos Lucky Strike tiene su origen en las restricciones impuestas en Estados Unidos durante la contienda de 1939-45.

Antes de la guerra, estos paquetes eran verdes, un color que se había convertido en el emblema de la marca. Curiosamente, este hecho había provocado en los años treinta la deserción de las fumadoras norteamericanas, puesto que éstas consideraban que el verde no combinaba con los colores que entonces estaban de moda. Esta apreciación llevó a la empresa tabacalera a organizar una campaña en la que importantes modistas de todo el mundo presentaron colecciones de ropa basadas en el color verde. Este esfuerzo por recuperar la clientela femenina dio resultado.

A comienzos de los cuarenta, Lucky Strike rediseñó su paquete, convirtiéndose en la primera marca que colocaba su símbolo en ambos lados. Esto representó todo un cambio, ya que no había que girar el paquete para ver la marca, tal como ocurría con el resto.

Pero con la Segunda Guerra Mundial llegó el cambio más radical en la imagen de Lucky Strike. La escasez de metales causada por la guerra, y su empleo casi exclusivo en la industria de guerra, provocó un grave problema; ya no era posible adquirir cromo, un ingrediente clave para la fabricación de la tinta verde. Los paquetes de Lucky Strike ya no podrían mostrar su color característico.

La identidad de la marca se hallaba en peligro, pero los dirigentes de la empresa, la American Tobacco Company, supieron encontrar una oportunidad en este inesperado contratiempo. Así pues, se prescindió de la tinta verde y se optó por el color blanco, pero este cambio se realizó junto a una campaña en la que se afirmaba: “Lucky Strike green has gone to war” (El verde de Lucky Strike ha ido a la guerra). Como nota curiosa, el afortunado eslogan fue ideado precisamente por el presidente de la compañía, George W. Hill.

Esta proclama obtuvo una gran aceptación entre los norteamericanos, pero especialmente entre las tropas que se encontraban en el frente. La simbólica muestra de solidaridad de Lucky Strike hizo que se ganase el aprecio de los soldados. Estos se encargarían de extender la fama de la marca en todo el mundo, uniéndola a los otros elementos emblemáticos del american way of life, como el jazz o el swing, la bebida de cola o la goma de mascar.