lunes, septiembre 28, 2015

OPERACIÓN PERIWIG: BRITÁNICOS SIN ESCRÚPULOS




Bien, amigos, aquí estamos con la resaca de las elecciones catalanas, de cuyo resultado cada uno hace su propia lectura, según cuentes escaños o votos. Me ha recordado el plebiscito de Puerto Rico de 2012, en el que al final no hubo acuerdo sobre quien había ganado...

Pero nosotros, a lo nuestro. Vamos con una curiosa historia que relato en mi último libro, PEQUEÑAS GRANDES HISTORIAS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, que seguro que os va a sorprender. Se trata de una las operaciones secretas más controvertidas que pusieron en marcha los británicos, denominada PERIWIG.

El objetivo era crear a los alemanes la impresión de que los aliados estaban en contacto con la resistencia interior alemana, y que ésta estaba dispuesta a colaborar con ellos. Con esta operación se quería convencer a la Gestapo de la existencia de un importante grupo de resistentes; como eso era falso, los sabuesos de Himmler se enzarzarían en pesquisas inútiles y llevarían a cabo detenciones en masa que les conducirían a callejones sin salida, con el consiguiente dispendio de tiempo y medios. Se esperaba también que ese aumento indiscriminado de la represión hiciera crecer el descontento de la población con el régimen. Además, ese despliegue podría convencer de paso a la propia población de que realmente existían esos grupos, lo que quizás podía alentar el surgimiento de una auténtica resistencia.




Para conseguir crear ese efecto caótico en el aparato represor nazi, el Ejecutivo de Guerra Política (Political Warfare Executive, PWE), dirigido por un imaginativo periodista, Sefton Delmer (en la foto superior), ideó en noviembre de 1944 un plan que consistía en enviar a Alemania varios agentes con material y mensajes en código para esos imaginarios grupos de la resistencia interior. Cuando los agentes fueran detenidos por la Gestapo y se les interviniese el material, ya que ése había sido el destino que habían sufrido los agentes que hasta entonces se habían tratado de infiltrar, los alemanes se tragarían el anzuelo.




Pero era necesario encontrar los agentes que se prestasen a esa misión casi suicida. Para ello, los británicos engañarían a prisioneros de guerra alemanes antinazis, que se ofrecerían voluntarios creyendo que realmente iban a contactar con esos grupos de resistentes. Está claro que el PWE, para conseguir el objetivo buscado, no dudaba en dejar aparcado cualquier escrúpulo.

Al plantearse la operación, el Servicio Secreto de Inteligencia británico, el MI6, puso objeciones, pero no por motivos éticos, sino porque ponía en peligro a los agentes y colaboradores que trabajaban en Alemania, que podían caer víctimas de las detenciones masivas que iba a provocar la puesta en marcha del plan. Los obstáculos del MI6 provocarían algún retraso, aunque Periwig seguiría adelante.

Para dar cobertura a la historia de la resistencia interior en Alemania, el PWE tuvo la idea de lanzar previamente en paracaídas algunos contenedores con material de sabotaje, aparatos de radio o mapas, teniendo como destino a esos imaginarios combatientes. Al ser encontrados, la policía germana pensaría que sus destinatarios no pudieron acudir al lugar de la cita por cualquier motivo, pero concluirían que los Aliados estaban proporcionando medios materiales a esos grupos. Los aviones británicos harían cuatro lanzamientos de dicho material, entre el 21 de febrero y el 13 de marzo de 1945.



Puede sorprender que se llevase a cabo una iniciativa de este tipo en la fase final de la guerra, cuando la derrota germana parecía inminente. No obstante, por entonces se temía que el avance a través de Alemania fuera enormemente costoso, por lo que cualquier plan para debilitar la fanática resistencia nazi era bienvenido.

Mientras tanto, media docena de prisioneros alemanes antinazis, ignorantes del sórdido engaño del que eran víctimas, estaban siendo entrenados para participar en la operación. El lanzamiento en paracaídas de la primera pareja de agentes se realizó la noche del 2 al 3 de abril de 1945, en el área de Bremen. Uno de ellos, Gerhardt Bienecke, debía llegar a Berlín para entregar a un supuesto oficial de las SS un paquete de café que contenía códigos secretos. Bienecke consiguió llegar a la capital y trató infructuosamente de encontrar a su inexistente contacto; acabó ocultándose y sobrevivió al final de la guerra. El otro voluntario, Leonhardt Kick, debía contactar con una supuesta célula resistente en Bremen y proporcionarle una emisora de radio; según afirmaría después, fue interceptado por dos agentes de la Gestapo, pero pudo escapar después de disparar a uno de ellos. Kick huyó a Delmenhorst, en donde esperaría escondido la llegada de las tropas aliadas.




La segunda pareja de voluntarios antinazis, formada por Otto Heinrich y Franz Lengnick, fue lanzada sobre Alemania la noche del 18 al 19 de abril, al oeste del lago Chiem, en Baviera. La misión de ambos era entrar en contacto con los imaginarios grupos de resistentes que se refugiaban en los Alpes bávaros. Heinrich y Lengnick sobrevivieron a la misión; más tarde asegurarían que habían contactado con pequeños grupos antinazis y que habían realizado con ellos acciones de sabotaje, aunque esta historia no se pudo comprobar.

La guerra terminaría antes de que le llegase el turno a los otros dos voluntarios. La Operación Periwig no había dado el resultado que esperaban los británicos, que tuvieron que sentirse muy decepcionados al ver que sus agentes no se habían dejado atrapar. En todo caso, aunque la misión hubiera marchado según lo previsto, el final de la guerra estaba demasiado cercano como para poder producir algún efecto apreciable.

Como habéis podido comprobar, si quieres ganar una guerra, debes dejar los escrúpulos a un lado, algo que los británicos, con Churchill a la cabeza, tuvieron claro desde el primer momento.


lunes, septiembre 21, 2015

¿CÓMO SERÍA UNA INTERVENCIÓN MILITAR EN CATALUÑA?





Bien, amigos, en los comentarios del último post se apuntaba algún tema que me ha hecho reflexionar bastante sobre una hipótesis que, obviamente, nadie desea, pero que tampoco nadie puede asegurar que sea imposible.

Cosas imposibles sólo son que las ranas críen pelo y los cerdos vuelen, así que el que no se quiera preguntar cómo sería una hipotética intervención militar en Cataluña porque es una cuestión incómoda, políticamente incorrecta o incluso tabú, que no siga leyendo.

En caso de una declaración unilateral de independencia, es de suponer que habría un período más menos breve durante el que el gobierno central trataría de reconducir la situación, antes de pasar a mayores. Pero llegados a un punto en el que se viera claramente que no hay marcha atrás, es lógico pensar que el gobierno recurra a la fuerza para restaurar el orden constitucional.

En esa primera fase, creo altamente improbable que se recurra al Ejército. Es de suponer que la intervención de las fuerzas de orden público -Policía Nacional y Guardia Civil- serían suficientes para alcanzar ese objetivo.

¿Qué retos se les pueden plantear? Considero que habría de dos tipos, bien diferenciados.

Por una parte, habría que retomar los puntos controlados por fuerzas obedientes al nuevo gobierno independentista, que podrían ser un sector de la policía autonómica, los Mossos de Esquadra, sin descartar del todo alguna milicia armada. Quizás, en un primer momento de confusión tras la proclamación de la nueva república, esas fuerzas lograrían apoderarse de algunos puntos clave, como la torre de comunicaciones de Collserola, puerto, aeropuerto, fronteras, etc. En ese caso, es factible que la Policía Nacional y la Guardia Civil las pudieran desalojar.

Otro tipo de actuación sería retomar el control de las calles en caso de algaradas. No habría que descartar grandes concentraciones de manifestantes en torno de edificios públicos o cuarteles, o incluso asaltos. En este otro caso, nada hace pensar que las unidades antidisturbios no pudieran conseguir su objetivo.

Pero, como hay que contemplar todas las hipótesis, vamos a imaginar que las fuerzas de orden público no son capaces de hacerse con el control de la situación. Habría, por tanto, que recurrir a las Fuerzas Armadas.

En el anterior post, rafa dejó el comentario "Alguien piensa en tanques? ???". Pues dudo mucho que ese armamento pudiera ser de alguna utilidad en este caso. No quiero pensar cómo serían las evoluciones de este mastodonte en un medio urbano, el LEOPARDO 2E, aquí en una foto que le tomé este año en el Cuartel del Bruch:




Sólo tendría sentido utilizar tanques si se produjese la sublevación de algún cuartel militar en favor del gobierno independentista, y hubiera que plantear una lucha convencional, pero no parece en absoluto probable.

Por otro lado, la utilización de tanques sería altamente desaconsejable por cuestión de imagen ante la opinión pública.

Desechados los tanques, creo que el Ejército recurriría a vehículos multipropósito como el RG-31 NYALA, que ofrece una excelente protección a sus ocupantes.

Aquí tenéis uno, al que fotografié en el Cuartel del Bruch el año pasado:




También haría su apaño un URO VAMTAC, como el que también fotografié el año pasado:




Otra ventaja de estos vehículos, además de su movilidad, es su imagen no agresiva, asociada a las operaciones de ayuda humanitaria y misiones de paz, un aspecto importante en la actual sociedad de la información.

Pues teniendo en cuenta el abanico de posibilidades que se le ofrece al gobierno central para retomar el control de la situación en caso de grave crisis, la ventana de oportunidad que se le abriría a los independentistas sería pequeña, pero no es descartable que pudieran aprovecharla.

Como ya he apuntado en alguna ocasión, sus posibilidades pasan por dar un rápido y certero golpe de mano, sin mediar aviso. Una ocupación por sorpresa de los referidos puntos neurálgicos, acompañada de una movilización en la calle y combinada con la indecisión de un gobierno central renuente a recurrir a la fuerza, podría llevar a una política de hechos consumados, que es la que mejor funciona en estos casos, como bien ha sabido hacer Putin en el caso de Crimea. El paso del tiempo no haría más que consolidar esos logros.

Por otro lado, Rorrete comentaba en el post anterior que la Unión Europea sí tenía un plan de contingencia, llegado el caso. Yo creo que, en política internacional, lo que funciona es el pragmatismo, la realpolitik, así que no creo que el gobierno español deba confiar mucho en que Europa le saque las castañas del fuego. Y lo mismo sirve para la OTAN o Estados Unidos.

En suma, veo altamente improbable que el Ejército deba acabar interviniendo en Cataluña, y mucho menos con tanques, pero, como ya conocéis el paupérrimo porcentaje de acierto de mis vaticinios, espero ahora no equivocarme...



sábado, septiembre 19, 2015

CÓMO NO CONSEGUIR LA INDEPENDENCIA





Bien, amigos, disculpad mi tardanza en subir un nuevo post, pero he querido aprovechar una racha de inspiración para mi nuevo proyecto y así, de paso, recuperar un poco el tiempo perdido en las vacaciones. Así que esta semana he escrito bastante y espero continuar con esta velocidad de crucero.

Disculpad también que vuelva con el tema de Brasil, pero ya sabéis que, cuando cojo un tema, me gusta explorarlo hasta el final. Ahora estoy acabando de embaularme una trilogía sobre la historia de Brasil en el siglo XIX. Dicho así, sé que suena un poco disuasorio, pero la verdad es que estoy disfrutando mucho.

Se trata de tres libros, lacónicamente titulados 1808, 1822 y 1889, cuyo autor es el escritor y periodista Laurentino Gomes. Esos libros disfrutan de un enorme éxito en su país, ya que no son los típicos libros de historia, perpetrados por historiadores, sino que son libros-reportaje, en lenguaje periodístico, que narran esos apasionantes años de una manera amena y accesible.





Por desgracia, esta trilogía sólo está publicada en portugués (y el primero de ellos también en inglés), así que, obviamente, sólo la recomiendo para los que conozcáis este idioma. Es una lástima que no esté traducida al español porque resulta muy interesante incluso para el que no se sienta especialmente atraído por el tema. Y es que los asuntos que trata son imperecederos, como por ejemplo el de cómo se gestan los grandes cambios históricos.

En el siglo XIX, Brasil experimentó tres grandes cambios. En 1808, llegó la corte del rey Juan VI de Portugal, huyendo de la invasión napoleónica de su país. En 1822, Brasil alcanzó la independencia. Y en 1889, el Imperio brasileño se convirtió en República.





Con la lectura de la obra de Gomes se pueden extraer interesantes conclusiones que pueden aplicarse a lo que puede ser una encrucijada histórica, como es la que está viviendo Cataluña. A los que seguís el blog desde el otro lado del Atlántico os diré, a grandes rasgos, que el 27 de septiembre se celebra en esta comunidad elecciones al parlamento autonómico, pero los partidos independentistas le han dado un carácter plebiscitario; si las ganan, están dispuestos a proclamar la independencia.

Así que para mí ha sido inevitable comparar los acontecimientos históricos de 1822 y 1889 con lo que hoy día está ocurriendo aquí. La conclusión a la que he llegado es que, para conseguir un cambio de ese calibre, como puede ser alcanzar la independencia de un territorio, debe existir una masa crítica de gente dispuesta a todo para lograrlo. Y, cuando digo a todo, es a todo.

Tanto con la independencia de Brasil como con la proclamación de la República, había una cantidad de gente, relativamente pequeña, dispuesta a llegar hasta las últimas consecuencias para alcanzar su propósito. Por entonces eso era una decisión de altísimo riesgo; los levantamientos que se dieron en los años anteriores -por motivos de todo tipo- solían acabar aplastados por crueles represiones. Después de matar al rebelde lo descuartizaban y dejaban su cabeza y sus miembros a la vista de todos hasta que se pudrían, para que sirviera de lección, como fue el caso del héroe nacional Tiradentes.




En 1822, los que se levantaron contra Portugal no tenían, objetivamente, opciones de conseguir el éxito, debido a la desproporción de fuerzas, pero se la jugaron y ganaron. Lo tenían claro, su grito era "¡Independencia o muerte!", y eran muy conscientes de que no era una figura retórica.

En 1889, lo mismo. Un grupo reducido de militares se sublevó contra la monarquía, sabiendo lo que les podía suceder si fracasaban. Por entonces, el republicanismo era una opción muy minoritaria en la sociedad brasileña, pero el golpe cogió por sorpresa tanto al Emperador Pedro II como a la población. De hecho, cuando las columnas de sublevados avanzaron por las calles de Río de Janeiro, la gente pensó que se trataba de un desfile. El país cambió de régimen mediante la eficaz política de hechos consumados.




En cambio, aquí en Cataluña estamos asistiendo a otro método para conseguir ese trascendental cambio político. Las fuerzas independentistas quieren ganar ese apoyo en las urnas para, a partir de ahí, iniciar las negociaciones pertinentes, salvaguardando en todo caso el conjunto de ventajas actuales. Ese sería el camino trazado por el Quebec o Escocia.

La historia nos dice que las cosas no funcionan así, tal como demuestran precisamente los casos quebequés y escocés. Para tener éxito en un reto tan mayúsculo como ése, uno debe estar dispuesto a sacrificarlo todo y, aunque me puedo equivocar, no me da la sensación de que haya muchos dispuestos a perder algo importante en el envite.


miércoles, septiembre 09, 2015

¿ESTAMOS ASISTIENDO EN DIRECTO A LA CAÍDA DEL IMPERIO DE OCCIDENTE?




Bien, amigos, después de la última entrada lúdico-futbolera, vamos con un asunto más serio, que me está dando mucho que pensar, y no es otro que el los refugiados sirios.

Como ya sabéis, en este blog, cuando trato temas de actualidad, trato de contemplarlos desde una cierta distancia, así que no es éste el lugar para debatir sobre si se debería haber hecho algo antes para evitar esta avalancha de refugiados, si se les tendría que haber detenido antes de irrumpir en el corazón de Europa o la cantidad de refugiados que podemos asumir.

Así que, observando los actuales acontecimientos desde el punto de vista histórico, me parecen de una extraordinaria importancia. ¿Pueden ser tan importantes que realmente supongan un antes y un después en la historia de Europa? Ya sabéis que soy muy malo haciendo vaticinios pero, por lo menos, creo que esa posibilidad existe.

Como siempre digo, ante un hecho histórico, son muy pocos los que advierten la trascendencia de lo que está ocurriendo. Cuando mataron en Sarajevo al archiduque Francisco Fernando, el 28 de junio de 1914, absolutamente nadie imaginó lo que iba a ocurrir. Así que, por deformación profesional, igual que el niño de El sexto sentido en ocasiones veía muertos, yo tiendo a ver siempre grandes acontecimientos históricos en ciernes, así que en esta ocasión no puedo resistir la tentación.




Recuerdo que antes se decía que los chinos no necesitaban de un ejército para invadir Europa, ya que lo conseguirían simplemente poniéndose unos cuantos de ellos a andar hacia aquí.

La actual crisis demuestra que esa boutade no lo era tanto; es posible que la OTAN pueda detener una invasión armada, pero ahora se ha visto que nada es capaz de detener a una columna de decenas de miles de personas en marcha.

Hoy mismo he leído que 300 sirios simplemente han dejado el colegio danés en el que se encontraban alojados y se han puesto a andar por la autopista en dirección a Suecia... ¿Pasará a ser normal que vayamos viendo columnas de refugiados por nuestras autopistas?





Lo más probable es que Europa consiga digerir poco a poco a los miles de refugiados que han entrado en el continente mediante el expeditivo método de la patada en la puerta y las aguas vuelvan a su cauce. Pero la pregunta es que si esto quedará aquí o muchas otras personas, procedentes de otros países, se decidirán a utilizar el mismo sistema de entrada, que acaba de demostrar su eficacia.

Si ahora no se ha conseguido detener a toda esa gente, nada hace pensar que sí se vaya a lograr más adelante. Y ya no se tratará de refugiados procedentes de países en conflicto, que puede haber un número relativamente reducido, sino de inmigrantes económicos, de los que hay cientos de millones.

Si eso sucede, veo difícil que se pueda hacer algo para evitarlo, pero al menos, a diferencia de la época del Imperio Romano, lo veremos en directo.


sábado, septiembre 05, 2015

SÓLO PARA LOS MUY FUTBOLEROS: LAS GRANDES RIVALIDADES DEL FÚTBOL BRASILEÑO





Bien, amigos, ya sé que los que entráis en este blog venís a buscar reveladoras novedades sobre la Segunda Guerra Mundial o mis lúcidas reflexiones sobre el mundo que nos ha tocado vivir, pero también sabéis que, aparte de la historia, siento pasión por el fútbol, así que esta entrada irá del deporte rey.

A los que nos os guste, retiraros ahora o callad para siempre.

Si hay algún país en el que el fútbol se vive con pasión, ése es Brasil. Y de Brasil conocemos su selección, pero sabemos menos de sus clubs, aunque también han alcanzado grandes éxitos internacionales.




Además, el Flamengo, de Río de Janeiro, con sus más de 32 millones de seguidores, está considerado el club que cuenta con más hinchas en el mundo.




Aquí vamos a conocer las rivalidades mas destacadas del campeonato brasileño, el Brasileirão, que ilustraré con unas batallas de rap.

Es difícil decidirse por unas en detrimento de otras, ya que son muchos los clubs que tienen pendientes cuentas entre sí. Pero primero vamos con la del SÃO PAULO -que viste de blanco- y el CORINTHIANS -de blanco y negro-.

Ambos equipos son de la gigantesca ciudad de São Paulo, de 19 millones de habitantes. La torcida (afición) del Corinthians tiene fama de estar integrada por las clases más bajas de la ciudad; según el tópico, son ladrones, maleducados, feos, desdentados...




Por el contrario, el São Paulo es el equipo de las clases altas de la ciudad y su jugador tipo sería blanco, educado y bien parecido; un ejemplo sería Ricardo Kaká.




Aquí tenéis la batalla de rap entre dos raperos que hacen el papel de seguidores de uno y otro equipo, aunque éste es el único vídeo que, por desgracia, no está subtitulado.






En esta batalla entre torcedores se da una de las constantes del fútbol brasileño, el utilizar la homosexualidad como arma arrojadiza. Así, el corinthiano hace hincapié en el nombre con el que son conocidos despectivamente los seguidores del São Paulo, bambis, un apelativo nada cariñoso que se le dedica a los gays.

Pero el torcedor del São Paulo no se queda atrás y le recuerda que uno de sus jugadores posó para una revista gay y que el gran ídolo del Corinthians, Ronaldo Nazario da Lima -el ex jugador de Barça y Madrid-, fue pillado de fiesta con unas señoras que luego resultaba que eran señores...

Además de eso, entre otras lindezas, le dice que la afición corinthiana está formada por cornudos, consumidores de coca, mendigos y presos... Como veis, no se corta un pelo. Eso es lo que me gusta del humor brasileño, que tiene muy mala leche.





Ahora vamos con otra rivalidad encarnizada, la de los dos equipos de Porto Alegre, capital del estado de Rio Grande do Sul: el GRÊMIO -que viste de negro y azul- y el INTERNACIONAL -de rojo-.

Esa rivalidad hunde sus raíces en el origen y la idiosincrasia de cada club. El Grêmio era en sus primeros tiempos el equipo de la comunidad de inmigrantes alemanes, y no admitió a su primer jugador negro hasta los años cincuenta.

Por el contrario, el Inter -como se le conoce- fue creado por unos jugadores que no fueron admitidos en el elitista Gremio por no tener ascendencia germana; el primer jugador negro jugó ya en 1925.

Por tanto, mientras que la hinchada del Grêmio es tachada de racista (llaman a sus rivales ciudadanos macacos -monos-), el Inter es percibido como un equipo abierto y popular. Algo de lo que están muy orgullosos los colorados es que su estadio, el Beira Rio, fue construido en 1969 por los propios aficionados, que llevaban hasta allí ladrillos y cemento.

Aquí tenéis la batalla de rap entre los dos hinchas, que veréis que son los mismos que antes:






En este caso también ambos intentan colgar a los otros la etiqueta de gays. Así, el del Internacional recuerda un caso que levantó muchísima polvareda, el de la ya mítica "Poltrona (butaca) 36". Cuenta la historia que en 2004, a la vuelta de un partido jugado en Curitiba, un directivo que viajaba en el autocar del equipo pilló a dos jugadores, Capone y Bilica, al fondo del autobús en una posición comprometida... El rapero del video dice que fueron "pillados literalmente con la boca en el trombón" en la famosa butaca nº 36... y sí, parece ser que era Capone el que soplaba el trombón de Bilica.

Lo cierto es que nunca se pudo comprobar la veracidad de la historia; circularon varias versiones, el directivo adujo después que hubo un malentendido con sus palabras, y no se descarta que todo sea una leyenda urbana, pero el sórdido episodio -real o inventado- sirvió para que, a partir de entonces, el Grêmio fuera conocido por sus detractores como Gaymio.

Sin embargo, el Internacional también tiene un capítulo oscuro, tal como le recuerda el torcedor gremista a su adversario en la batalla de rap.

Uno de los grandes ídolos del club colorado es Roberto Falcão, aquel jugador elegantísimo que dirigía el que es, para mí, el mejor equipo de todos los tiempos, la selección brasileña del Mundial 82, y que luego hizo grande a la Roma.

Pues en 1996 la mujer de Falcão llegó a casa antes de hora y sorprendió a su marido duchándose con otra persona; pensó que estaba con otra mujer, pero resulta que era su monitor de tenis. Falcão le dijo que no era lo que parecía, pero a la mujer no le convenció tan socorrida excusa y le pidió el divorcio.


En el fútbol brasileño hay muchas más rivalidades, pero no os quiero cansar. Tenéis la de los dos equipos de Belo Horizonte, el CRUZEIRO -que viste de azul- y el ATLETICO MINEIRO -de blanco y negro-, dos equipos que juegan en el tristemente célebre -para los brasileños, no para los alemanes- Mineirão, en donde la Canarinha fue aplastada por los panzer germanos en el último Mundial.

En Salvador de Bahía los grandes rivales son el BAHIA -que viste de azul y rojo- y el VITORIA de rojo y negro-.

No me quiero olvidar de una rivalidad a muerte, la del CEARÁ -que viste de negro y blanco- y el FORTALEZA -de rojo y azul-, de esta ciudad nordestina, cuyos tensos encuentros, que se denominan Clássico-Rei, suelen verse marcados por la violencia.




Por último, vamos con un equipo que me cae bien, el histórico BOTAFOGO -de negro y blanco-, que tuvo en sus filas al mítico Garrincha, pero que nunca gana nada y ahora está luchando por ascender a la Serie A.

En esta nueva batalla, un torcedor del sufrido Bota se enfrenta a un engreído seguidor del FLUMINENSE -cuya bonita camiseta es granate, blanca y verde-, un club que gana en los despachos lo que no gana en el campo, lo que allí se conoce como Tapetão:






Me dejo otras rivalidades importantes, como las que se dan entre los otros grandes equipos, como el FLAMENGO, el equipo más popular de Brasil y que ganó Libertadores e Intercontinental con Zico, el "Pelé blanco".



O también el PALMEIRAS de São Paulo, a cuyos seguidores les insultaban llamándoles porcos (cerdos) y acabaron tomando este animal como mascota.



Y, cómo no, el SANTOS, que tuvo en sus filas al jugador más grande de todos los tiempos, Pelé, y que consiguió parar una guerra en Nigeria.



Sí, en Brasil se vive el fútbol de manera muy apasionada. Y tienen motivos para ello. Tanto ellos como yo lo tenemos claro, al igual que el mítico entrenador del Liverpool, Bill Shankly: "Algunos creen que el fútbol es una cuestión de vida o muerte, pero es algo mucho más importante que eso".

martes, septiembre 01, 2015

LAS LLAMABAN "COCA-COLAS"




Bien, amigos, ya estoy de nuevo por aquí, con las pilas cargadas y animado para emprender un nuevo curso. Espero que hayáis descansado estas vacaciones y estéis también animados para retomar la pelea diaria.

Como primer post de la temporada, os voy a ofrecer material recogido durante mis vacaciones. Podréis comprobar que hasta en lugares a priori escasamente relacionados con la Segunda Guerra Mundial se puede encontrar alguna historia digna de conocerse, así que, allá donde vayáis, id siempre con los ojos bien abiertos, porque no sabéis lo que os podéis encontrar.

Por lo tanto, os voy a explicar la historia de las "Coca-Colas", ambientada en Fortaleza, capital del estado de Ceará, en el nordeste de Brasil.

Su historia nace en este edificio situado en la playa de Iracema, en la misma ciudad, que aquí podéis ver:




Esta villa, construida en 1926 y conocida como Vila Morena, fue durante su primera época reducto de intelectuales, bohemios y políticos.






Con la entrada de Brasil en la guerra del bando aliado, en agosto de 1942, Estados Unidos pudo contar con bases desde las que controlar el tráfico marítimo en el Atlántico, así como las rutas aéreas que unían el continente americano con el africano.

Para proporcionar distracciones a los oficiales de permiso, el gobierno de Washington alquiló esa villa para convertirla en club de oficiales.





Los nuevos inquilinos lo rebautizarían con el nombre de Estoril. Hoy es un restaurante y local de copas con actuaciones en vivo, pero afortunadamente mantiene intacto el aspecto que tenía entonces.




Con la llegada de los norteamericanos, la villa adquiriría una animación inusitada, para que lo que se acostumbraba en la apacible y provinciana Fortaleza. A partir de ese momento, allí se escucharían los discos de moda en Estados Unidos y se celebrarían bailes y veladas hasta altas horas de la madrugada en los que no era raro que se presentase alguna estrella de Hollywood.

Los domingos por la mañana se disputarían en la playa partidos de fútbol americano, que solían acabar con un chapuzón.

Aquí tenéis una foto de la playa, pero posterior, tal vez de los años sesenta, aunque sirve para dar una idea de cómo podía ser entonces:




Hoy, la playa que hay delante del Estoril ofrece un aspecto bien diferente:




Esas actividades de recreo atraían la curiosidad de los habitantes de Fortaleza, que se acercaban para observar lo que allí tenía lugar. Los norteamericanos, con el fin de establecer un clima de cordialidad con la población local, decidieron cursar invitaciones a las “buenas familias” de Fortaleza para que acudieran a sus actos sociales, una presencia que se haría habitual.

Aquí, un grupo de amigas en un banco de la plaza Ferreira de Fortaleza, en una imagen de 1936:




Como era de prever, las chicas pertenecientes a esas familias despertaron de inmediato el interés de los oficiales. Por entonces, la mentalidad imperante en Fortaleza, muy influida por la Iglesia católica, era conservadora; no estaban bien vistas las relaciones con extranjeros, pero aun así las muchachas se decidieron a entablar relaciones con ellos.

Así pues, aquellas jóvenes se acercaban hasta el Estoril bien maquilladas, calzando zapatos de tacón alto y con vestidos y escotes considerados provocativos, lo que suponía un escándalo para sus compatriotas.




Por su parte, los jóvenes de Fortaleza, contrariados por la inesperada competencia, comenzaron a llamarlas “Coca-Colas”, ya que eso era lo que ellas solían beber con los oficiales en las terrazas del Estoril. Hasta ese momento, la popular bebida sólo se veía en las pantallas de cine, por lo que sólo esas chicas tenían el privilegio de saborearla.

Pero el apelativo respondía también a que consideraban despectivamente que las chicas eran apenas como botellas de Coca-Cola, siendo usadas por los norteamericanos como un simple refresco de usar y tirar.




Las muchachas no sólo tuvieron que soportar murmuraciones y algún insulto por la calle; llegaron a circular por la ciudad listas con los nombres de aquellas “depravadas”. Al acabar la guerra, los norteamericanos se marcharon y ellas quedaron marcadas. Aunque pertenecían a las mejores familias de Fortaleza, les sería difícil encontrar un novio de su misma clase social.

También se convertirían en diana de los carnavales; un grupo de sargentos de aeronáutica se decidió a formar un cordão o comparsa en el que sus miembros irían disfrazados de “Coca-Colas”. Este cordão llegaría a ser una de las principales atracciones del carnaval de Fortaleza.

Pues espero que os haya gustado este anecdótico episodio que, aunque sea intrascendente, demuestra que en el lugar más insospechado podéis tropezaros con una pequeña historia de la Segunda Guerra Mundial.