jueves, enero 11, 2007

Voluntario para matar a Hitler


Según ha informado esta semana el diario británico The Times, el servicio secreto británico MI5 rechazó la propuesta de un espía británico que se ofreció a asesinar a Adolf Hitler en plena Segunda Guerra Mundial.
Se ve que esta curiosa historia estaba sepultada entre las toneladas de papeles clasificados por el gobierno británico, y que ahora ha salido a la luz.
La oferta de llevar a cabo una misión suicida contra Hitler la formuló Eddie Chapman (en la imagen, en una foto de 1954), un delincuente común que fue entrenado por los nazis como espía y que se convirtió posteriormente en uno de los más importantes agentes dobles británicos, también conocido como Zigzag.

Chapman era un chorizo de poca monta que estaba cumpliendo una condena por robo en una prisión de Jersey, en el canal de la Mancha, cuando los nazis invadieron esa isla. El tipo este fue reclutado por el servicio del contraespionaje alemán e introducido en paracaídas en Inglaterra en diciembre de 1941.

Poco tiempo después, Chapman se pasó al MI5. Al ser interrogado por los servicios secretos británicos, el hombre expresó su voluntad de regresar a Alemania como agente doble y asesinar al Führer mediante la explosión de una bomba en un mitin nazi. El informe hasta ahora secreto revela una conversación extraordinaria entre Chapman y un oficial a cargo de su caso, Ronnie Reed. Reed destacaba que cualquier intento de asesinar a Hitler sería suicida: "Tanto si tienes éxito como si no, serías liquidado inmediatamente", indicó Reed. "Ah, pero qué manera de morir", respondía Chapman.

Chapman explicó que un oficial del servicio del contraespionaje alemán al que conocía sólo como el doctor Graumann le había prometido llevarle a un mitin nazi si completaba con éxito su misión en el Reino Unido y lo colocaría "en la primera o la segunda fila", cerca del podium donde estaría Hitler.

Según los documentos ahora desclasificados, Reed estaba convencido de que la oferta de Chapman iba en serio e informó al respecto a sus superiores en el MI5. Reed creía que Chapman estaba motivado también por un intenso patriotismo y un deseo de corregir su pasado delictivo. El Times considera que la oferta llamó la atención de Churchill, quien pidió ser informado de la evolución del caso. Sin embargo, por razones que nunca han sido completamente explicadas, se desestimó aquella oportunidad de asesinar a Hitler.

Chapman volvió a Alemania como agente doble, pero se le exigió que "no llevara a cabo ninguna empresa disparatada". El espía británico logró convencer a los alemanes de que había completado con éxito su misión en el Reino Unido y fue condecorado con la Cruz de Hierro, siendo el único británico que recibió esa medalla. Chapman sobrevivió a la guerra y recibió un perdón no oficial por sus crímenes antes de la contienda.

Por qué no le dejaron que llevara a cabo su misión, si no perdían nada con ello. ¿Es que a los Aliados les interesaba que Hitler siguiera en el poder? ¿Temían que, si moría Hitler, el nuevo gobierno ofreciera un armisticio? Un poco raro todo esto...

3 comentarios:

  1. Hola Jesús:
    No se si esta anécdota la tienes en alguno de tus libros, al menos no lo recuerdo en los dos que de momento me he leído: En el 44, Churchill viajó a Quebec a persuadir a Roosvelt para adoptar una postura común respecto al futuro de Europa y fracasó, pues estaba más atento de las elecciones en EEUU. Entonces fue a Moscú para entrevistarse con Lenin. En el reverso de un sobre acordaron la proporción de sus "intereses" en cada uno de los países liberados. Después de la reunión Chrchill pidió a Stalin que quemara el sobre, no fuera a parecer que entre los dos habían dispuesto el futuro de Europa con demasiada ligereza. "No, quédatelo tú", le respondió bromeando Stalin (David Boyle. La II Guerra Mundial en Imagenes. Edimat Libros SA)

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  2. Por cierto, me han intentado regalar tu libro de Enigmas y ni en El corte inglés lo han podido encontrar! Voy a tener que pedirlo por internet :) o es que van a tener que sacar otra edición ;)
    Saludos

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  3. Gracias, Luis, desconocía esta anécdota, y es que la relación Churchill-Stalin da para mucho, ya que había una tirantez que nunca llegaba a estallar, pero ambos sabían que estaban condenados a entenderse.
    Y sobre el libro, pues se ve que la segunda edición, que sacaron la semana antes de Navidad, está casi agotada. Pues tendrán que sacar otra...
    Gracias y un saludo!

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