Continuamos con el recorrido por el terreno de las convenciones del Partido en Nuremberg.
Pues ahora le toca el turno a un punto muy curioso. En el Campo de Zeppelin, en el que hablamos en la pasada entrada, el plato fuerte era la llamada Catedral de Luz, ideada por el arquitecto Albert Speer en 1936. Consistía en que cientos de potentísimos reflectores enfocasen hacia el cielo, dando la impresión de una construcción hecha de luz. El diplomático inglés Nevile Anderson dijo haberse sentido en una "catedral de hielo". El efecto tenía que ser impresionante; parece ser que el resplandor podía ser visto desde Praga.
Pues, para proporcionar energía eléctrica suficiente para este espectáculo, fue necesario construir una subestación transformadora ex profeso. De eso se encargó también el eficaz Speer. El resultado fue el edificio que hoy puede verse a unos cientos de metros del Campo Zeppelin, y que podéis contemplar en la foto de arriba. La sorpresa viene cuando descubrimos para que sirve hoy esa subestación; ni más ni menos que... ¡como local de un Burger King!
Pues sí, colegas, éste es su aspecto actual. Como es fácil de imaginar, me faltó tiempo para entrar en ese edificio diseñado por el arquitecto preferido de Hitler. Fue una sensación única; hace setenta años aquéllo estaría lleno de técnicos y obreros trabajando a tope para que llegase la luz al Campo de Zeppelin, y también -imagino- bastante acojonados por si se producía un apagón en mitad de la Catedral de Luz, y ahora estaba yo ahí, zampándome tranquilamente un chickenburger con patatas de luxe y una Coca-Cola.
Aquí podéis ver el aspecto que tenía cuando fue construido:
Como véis, está prácticamente igual, se conserva perfectamente. Pero supongo que os habéis fijado en el que el águila nazi que había delante fue arrancado, se ve claramente el deterioro de la fachada siguiendo la forma de la silueta. Aquí lo podéis ver también:Y éste es el águila de la parte de atrás:
Pues bueno, curioso, ¿no? A ver si encontráis por ahí otro Burger King más friki que éste...
Ya me imagino la conversación:
ResponderEliminar- ¡Hola Jesús! ¿qué tal te va en tu viaje?
- Aquí estoy, tomándome una hamburguesa en un burguer king.
- Ya veo. ¿Descansando un poco de tanto edificio histórico?
- Bueno, es un burguer king construido por Speer.
- ¡...!
Vemos con gusto que aprovechaste cada minuto de tu viaje.
Un saludo!
Madre de Dios. Sin duda uno de los mejores momentos del viaje. Te comprendo perfectamente porque yo también viví lo mismo cuando me quedé a dormir en la guarida del lobo ( siguiendo tu consejo ) y a la mañana siguiente disfruté de mi desayuno en lo que era la antigua cantina de las SS.
ResponderEliminarGracias por contarnos tu viaje porque cuando vaya por allá esta información me va a venir de perlas, como ya me vino en Polonia.
Hola
ResponderEliminarLo que no entiendo es porqué aun no han quitado la sombra del águila nazi. Increíble. Pero si, el edificio esta en perfectas condiciones. Ironías del destino que sea una hamburguesería. Hitler, que era vegetariano je je...
Ciertamente Nuremberg parece una ciudad interesante de visitar.
Saludos
Hace algún tiempo, no recuerdo si en León o en Ávila, ví una pequeña ermita románica que era utilizada como establo para ovejas. El edificio se mantenía en pie gracias a que tenía un uso, aunque fuera distinto para el que estuvo concebido.
ResponderEliminarCon esto quiero decir que me parece cojonudo que se mantenga este edificio de Speer aunque sea a costa de un Burguer King o de un tablao flamenco.
Eso sí, la silueta del águila sigue inspirando cierto... ¿desasosiego?
La verdad, tiene un no se qué siniestro, que me da un poco de grima, por lo simbólico del lugar, y por lo trivial que parece ahora. Como dice Eladio, al menos se conserva por otro uso. Me recuerda a Edimburgo, donde hay un pub llamado Frankenstein, que es una iglesia reconvertida, con el púlpito como cabina del dj…
ResponderEliminarEn otro orden de cosas, Jesús, te enviaré una foto de la mejor y más conocida librería de Manresa, donde tienen en el escaparate Las 100 mejores anécdotas de la Segunda Guerra Mundial, al lado de algunos pesos pesados del “sector” IIGM. Estás en la Champions League de la literatura de la IIGM!
Saludos.
Impresionante este edificio con la huella aún patente del águila en su fachada. Ojalá duré muchos años más, aunque sea -como dicen por aqui- como tablao flamenco, granja o un pub.
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