Resulta que en una galería de arte de Chelsea, en Londres, está expuesta la obra que se ve en la foto de arriba: Un enorme excremento de dos metros elaborado a base de soldaditos y tanques militares. El título de la obra es Indigestion II. El mensaje del autor, el chino Liu Wei es contundente:"La guerra es una mierda", aunque en este caso la metáfora era fácil de entender.
A continuación podéis ver algunos detalles de la obra:
Y bueno, si alguien cree que este zurullo (con perdón) no vale ni un ídem, está muy equivocado; los responsables de la galería están convencidos de que en la subasta lo colocarán por no menos de 15 millones de euros (!).
Y como no hay boda sin la tía Juana, no podía faltar Hitler en todo esto: Otros reputados artistas que exponen en Gran Bretaña, los hermanos Chapman -descubiertos por mismo galerista que ha expuesto el mojón gigante-, han presentado su última obra. Estos tíos se han gastado 173.000 euros en comprar diecisiete acuarelas y algunos óleos autentificados como obras de Hitler para pintar sobre esos cuadros motivos hippies, y ahora están a la venta por un millón de euros. La exposición se titula "Si Hitler hubiese sido hippie, qué felices seríamos todos".
Aquí podéis ver uno de los cuadros, al que los Chapman han pintado un arco iris:
Pues nada, debe ser que me hago mayor, porque veo que hay cosas que me superan...
Lo del arte hay veces que no hay quien lo entienda, sobre todo lo que llegan a pagar por las obras; como el tío ese que trocea una vaca y la mete en un tanque de formol y la vende por nosecuantos millones.
ResponderEliminarLo de los cuadros de Hitler es un punto y no creo que su producción fuese artísticamente valiosa, matando además tres pájaros de un tiro: se hacen famosillos, se forran multiplicando su inversión y dejan chinchados, supongo, a esa caterva de seguidores de la ideología hitleriana.
Un saludo.
Enonces ¿Es ahí donde fueron a parar todos los soldaditos que perdimos en nuestra infancia? Pues si ese taimado oriental es el responsable de la sustracción, exijo desde ya un reparto de los beneficios entre las víctimas. En mi caso, tendrá que compensarme por varias cajas de soldados Airfix 1/72
ResponderEliminarEn cuanto a las acuarelas, al menos se ve coherencia artística. Hitler, como pintor, era mediocre y holgazán, y estos son igual de mediocres y aún más holgazanes, holgazanes. La diferencia es que han sabido sacarle partido a la mediocridad intelectual del mercado del arte.
Buenas
ResponderEliminarVivir para ver. Pero la idea de los cuadros de Hitler me ha dado que pensar.
A ver, si no estoy equivocado el copyright de obras artísticas es de 70 años después de la muerte del autor. Hitler murió en 1945, luego hasta el 2015 ese copyright no se extingue.
Eso quiere decir que si los listillos esos venden las obras por 1 millón de euros, el beneficio debería ser repartido con los parientes vivos del tio Adolfo porque es evidente que forma una parte sustancial de la nueva ¿obra artística?
Un saludo
¿Aún quedan descendientes de Hitler? Lo mal que lo deben haber pasado en la infancia.
ResponderEliminar¡Cuánto oportunista!
ResponderEliminarEstéticamente es condenable pintar sobre obras artísticas sin el permiso del autor. Por más cursis y kitsch que fuesen las acuarelas de Hitler, eso de pintar encima... Legalmente (por eso del copyright y demás polladitas)puede colar, pero quienes trabajan con patrimonio artístico saben que es equivocado. Que todo producto artístico es algo único y es testigo de una época y una manera de pensar y sentir.
ResponderEliminarPongo un contraejemplo cojonudo: ¿Y si un jeque árabe compra los óleos de Churchill y se los regala a los hijos de Osama Bin Laden para que encima pinten lemas coránicos? A ver ¿A quién le gustaría eso?
Desde luego la creación de este artista es un tanto original.
ResponderEliminarPor cierto, este domingo en Madrid he estado en el Corte Inglés, Fnac, y en dos Casas del Libro y no tenían tu libro de "Norte contra Sur" de la edición de bolsillo. Se habían acabado.
Al menos ya he pedido que me lo reserven.
Un saludo.
Gracias, José, avisaré a la editorial para que miren a ver qué pasa.
ResponderEliminarEn realidad no hay problemas de herencia, Reismann, porque el amigo Adolfo no mencionó en su testamento nada respecto a sus acuarelas (las que conservaba las regalaba a sus corifeos, el resto las vendió en su etapa bohemia) luego en todo caso los derechos pertenecerían al estado alemán, en el caso de las que no pasaron a colecciones privadas tras su venta o regalo, sino que seguían en poder de Hitler o en sus colecciones personales. Creo recordar que eso pasa también con los derechos del Mein Kampf, y los alemanes procuran no remover esas aguas
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