lunes, noviembre 08, 2010
A Brasil en el Hindenburg
Bueno, si se me apareciese un hada madrina y me concediese un deseo, no tengo ninguna duda de lo que pediría; ni lo último de Apple, ni una megatele de plasma, ni siquiera un Hummer... le pediría poder viajar en el tiempo. No sé si vosotros también pediríais lo mismo, aunque me temo que bastantes sois tan frikis como yo y coincidiríais conmigo...
...y también me temo que el primero de esos viajes en el tiempo sería a Alemania en los años treinta, como si no os conociera. Pues sí, la verdad es que me pondría las botas; el día de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Berlín, un día en el Congreso del Partido en Núremberg en el que estuviera programada la espectacular Catedral de Luz de Speer..., y por supuesto, realizar un viaje en el dirigible Hindenburg.
Si me dieran a elegir un trayecto, escogería el de la ruta a Brasil, que también cubrió el Graf Zeppelin. En efecto, el Hindenburg realizó un total de siete viajes a Río de Janeiro. El primero tuvo lugar el 31 de marzo de 1936, y es narrado en detalle en mi último libro, EL DESASTRE DEL HINDENBURG.
La tarde anterior, los 52 afortunados pasajeros de ese vuelo inaugural fueron llegando al Hotel Kurgarten de Frankfurt, en donde recibieron sus billetes. Después de una cena frugal se acostaron muy temprano, ya que debían ponerse en pie antes de las tres de la madrugada para estar en el aeródromo de Lowental a las cuatro.
A la hora prevista, envueltos todavía en la oscuridad de la noche pero excitados por el inminente viaje, pasajeros y tripulantes se levantaron, recogieron su equipaje y fueron trasladados al campo de aviación. Una vez allí, cumplimentaron las formalidades aduaneras y subieron a bordo del Hindenburg por la escalera articulada.
La aeronave soltó amarras e inició su ascenso a las cinco y media, poniendo rumbo al norte, ya que los franceses no concedieron permiso para que el dirigible atravesase su territorio. En su ruta sobre el canal de la Mancha, el Hindenburg recibió el saludo en cubierta de los pasajeros de un barco de la organización KdF, el Oceana, en el que viajaban trabajadores alemanes a los que les había correspondido el disfrute de un crucero de dos semanas a Madeira. El dirigible también recibiría el saludo, aunque más comedido, de los tripulantes de tres destructores británicos que navegaban a unas cincuenta millas al noroeste de Lisboa.
El tiempo sobre el golfo de Vizcaya sería algo movido, y el zepelín tuvo que volar a unos escasos doscientos cincuenta metros del agua para evitar los fuertes vientos que soplaban en capas superiores. Pero después volvería la calma y los pasajeros pudieron disfrutar del viaje.
Para algunas señoras, su mayor preocupación consistía al principio en elegir el vestido adecuado, ya que la mayoría de ellas se ponían un vestido de noche a la hora de la cena. Sin embargo, con el paso de los días, esa distinción dejó poco a poco de existir y cada una comenzó a combinar su vestuario de manera más desenfadada.
Aún así, tanto hombres como mujeres se pusieron sus mejores galas en la madrugada del viernes 3 de abril para celebrar el tradicional paso del ecuador; se sirvió una cena especial regada con buen vino que comenzó muy tranquila, pero que acabó con los pasajeros regándose unos a otros con botellas de agua con gas y formando una improvisada conga que recorrió toda la cubierta. Una vez recuperado el resuello, y como guinda de la fiesta, el capitán entregó a cada uno de los viajeros un “certificado” que atestiguaba que el interesado había atravesado el ecuador.
A las nueve de la mañana del sábado, mientras la mayoría del pasaje descansaba todavía en sus camarotes, reponiendo fuerzas tras la divertida velada, el Hindenburg alcanzó la costa brasileña a la altura de Recife. Naturalmente, en cuanto corrió la voz, todos los viajeros salieron apresuradamente de sus camarotes y se precipitaron sobre los ventanales para poder contemplar tierra brasileña.
Para que os ambientéis, poneos de fondo esta música:
Aunque el Hindenburg pasaba de largo en dirección a Río, los habitantes de Recife se lanzaron a las calles para darle la bienvenida a Brasil. Los pasajeros, sorprendidos y emocionados por el caluroso recibimiento, agitaban sus pañuelos a través de los grandes ventanales. Desde la aeronave se arrojó una saca de correspondencia que tenía como destino el norte del país y prosiguió su ruta.
El Hindenburg llegó a Río de Janeiro al amanecer del sábado 4 de abril de 1936. Sus pasajeros pudieron admirar desde las alturas el Pan de Azúcar y el Cristo de Corcovado, así como las playas bordeadas de palmeras. Sin embargo, en esa primera ocasión, la lluvia vino a deslucir esa visión, pero en los vuelos sucesivos los viajeros sí que pudieron disfrutar de ese extraordinario panorama resplandeciente bajo los rayos de un sol tropical.
Se preveía que el recibimiento del dirigible germano a la entonces capital brasileña iba a ser apoteósico, pero la intensa lluvia hizo que la gente desistiese de acudir en masa al aeródromo de Santa Cruz. De todos modos, el gobierno brasileño no había organizado ningún recibimiento oficial, al existir un cierto malestar con el gobierno alemán por culpa de algunas diferencias sobre la financiación de un hangar para dirigibles que se estaba construyendo en el aeródromo.
Aquí, una foto del antecesor del Hindenburg, el Graf Zeppelin, sobrevolando también Río de Janeiro.
Con la llegada del Hindenburg a Río, ese primer viaje a Sudamérica se había saldado con un éxito brillante. Los diarios brasileños, británicos y holandeses, además obviamente de los alemanes, vertieron todo tipo de elogios hacia el comportamiento de la aeronave en ese reto del que había salido airosa.
No obstante, el trayecto de vuelta resultaría muy movido y a punto estuvo de acabar en tragedia, pero eso ya tendréis que leerlo en mi libro.
Al leer sobre estos viajes, y comparándolos con los actuales, tan adocenados, asépticos e impersonales, uno experimenta esa extraña sensación de la nostalgia por algo que no se ha vivido... y como parece que las hadas madrinas no se prodigan mucho últimamente, no tenemos otro remedio que conformarnos con imaginar cómo tuvo que ser disfrutar de ese viaje a Brasil en el Hindenburg, tan cargado de exotismo y aventura...
Jesús, coincido contigo, un viaje en el tiempo a conocer el ambiente opresivo del Tercer Reich sería una buena opción., aunque yo primero utilizaría el viaje en el tiempo para ver al propio Mozart dirigir una de sus sinfonías, a ser posible la 40.
ResponderEliminarUn saludo
Es cierto, me encantaría poder hacer un viaje a la Alemania nazi y vivir unos días en el sórdido ambiente nacionalsocialista. Y por supuesto asistir a los días grandes del régimen.
ResponderEliminarCuando nos animabas a oír música para ambientarnos, pensé por un momento que ibas a mostrarnos algunas escenas en el Sambódromo, ¡qué decepción!
Luis, lo de Mozart me ha llegado. ¡Sería fantástico!
Saludos desde el sur.
Jesús, YO LO VIVO leyendo tu relato de los hechos.
ResponderEliminarEn cuanto a la posibilidad de la aparición de una hada madrina que me concediera un deseo... Lo tengo "clarinete": un viaje en el tiempo y elegiría sin dudarlo pasar un Reichsparteitag completo en Nuremberg.
¿Y vosotros?
Yo soy menos friki que vosotros, en caso de poder viajar en el tiempo, me volvería a hace 10 años con un almanaque deportivo y ganaría una pasta en apuestas... ¿Dónde habré escuchado eso antes?
ResponderEliminarPor cierto, en Nueva York por esas fechas se inauguraba un icono Neoyorkino con plataforma de aterrizaje para zepelines, hablo del Empire State Building (http://es.wikipedia.org/wiki/Empire_state_building#Terminal_de_dirigibles). ¿Os imagináis que la Historia hubiese tomado otros caminos y el Hidenburg hubiese llegado a aterrizar en dicho rascacielos?
Anda que pides poco jajaja, XD yo creo que algo similar... aunque si el Hummer es rosa habria que pensarselo <3
ResponderEliminarJesus, acabo de leer su libro sobre el Hindenburg. Fue una lectura muy placentera, lo terminé en um par de dias. Soy hijo de gallegos que inmigraron a Brasil en los años 60 por ello yo Nasci en Rio de Janeiro en 1972, donde vivi hasta 2004 (llevo desde entonces en España). Querria comentarte una curiosidad acerca de los dirigibles en Rio:
ResponderEliminarEn 2002, hace tan solo un par de años, la gobernadora del Estado de Rio en aquel entonces, Benedita da Silva, ha puesto en marcha un dispositivo de vigilancia de las chabolas utilizando un dirigible buatizado "Pax Rio".
El dirigible ha sido muy eficiente en su labor de vigilancia pero su elevado coste de mantenimiento hizo con que el proyecto no llegara a cumplir 1 año.
No quedan muchas noticias en internet, pero en esta dirección, podrás leer una nota sobre el tema, al final de la pagina
http://veja.abril.com.br/110902/datas.html
¡¡Qué vergüenza!! A los saharauis ya los traicionamos en 1975 entregándolos a los marroquíes y hoy seguimos traicionándolos...
ResponderEliminarEs de vergüenza ver con qué desahogo se lava las manos nuestra Ministra de Exteriores, cuando están masacrando a exciudadanos españoles que todavía guardan como un tesoro el DNI que tuvieron hasta 1975... ¡qué asco!
JH:
ResponderEliminarY mantienen el idioma español. Totalmente de acuerdo contigo.
Saludos desde el sur.
El tema Saharaui no es algo que nos competa a nosotros, sinó a la ONU. Se le puede solicitar que haga algo, pero no culpar al gobierno por 'no hacer nada'.
ResponderEliminarQue sería de nosotros si metiésemos las narices en todos los problemas de nuestras antiguas colonias...(!)
Interesantes y muy buenas las opciones de los "viajes en el tiempo".
ResponderEliminarHumberto, si me lo permites, yo tb me apunto al viajecito del Reichsparteitag en Nuremberg. Y añadiría 2 más:
1.- Estar presente en la Wolfsschanze de Rastenburg, durante alguna conferencia de guerra en los años 41 o 42. Eso sí, yo me pongo en una esquina de oyente, sin molestar, y dejo hablar tranquilamente al Führer, Mariscales, Ministros y Generales. Bueno, y ya puestos a pedir, si Paul Schmidt (intérprete de Hitler) puede estar a mi lado y me va traduciendo todo, pues mejor, je, je...
2.- Estar presente (y no quiero ser macabro) el 6 de Junio de 1944 en una playa francesa, en lo alto de una atalaya, y contemplar con unos buenos prismáticos, el desembarco de Normandía...
JH estoy contigo en el tema saharaui.
Saludos a todos!
Siento disentir.
ResponderEliminar¿Y por qué aplaudieron la Marcha Verde y su liberación del imperialista colonizador español?
¿Y se dan cuenta 35 años después que ese colonizador imperialista es el progreso y la libertad real?
No justifico al gobierno marroquí, ni mucho menos. Ni estoy de su parte.
Pero ahora es normal que nosotros no tomemos las riendas del problema porque fueron ellos mismos quienes nos echaron de allí.
Y vuelvo a reiterar que me parece las acciones marroquís cuanto menos asesinas.
Pero considero que no debemos olvidar el pasado. Algo muy común en nuestro pueblo.
Un saludo a todos.
pedroboso, me apunto también a tus otras dos opciones.
ResponderEliminar¿Nos llevamos unas cervezas y unas palomitas?
Tema saharaui. Interesante debate. ichwill estoy contigo. Pero NO contranadie. Todas las opiniones para mi son dignas de tener en cuenta.
Sí que estoy de acuerdo que la comunidad internacional debe de tomar cartas en el asunto.
Disiento totalmente de los que defendéis que España debe desentenderse de los saharauis y que debe abandonarlos a su suerte.
ResponderEliminarHablan español porque se lo enseñamos nosotros, conservan sus DNI españoles, para mí, los saharauis son hermanos nuestros, o al menos hermanastros... Y sí le están dando una paliza a un familar nuestro por mal que se haya portado con nosotros en el pasado -y más aún un enemigo histórico-, ¿nos debemos cruzar de brazos y mirar hacia otro lado?
Para mí, todos los que pertenecen a las antiguas colonias son familia nuestra. Cuando la guerra de las Malvinas, deseaba fervientemente la victoria argentina, y más contra nuestro mayor enemigo histórico, aunque la guerra estuviera promovida por una dictadura militar; con la familia se tiene que estar con razón o sin ella. Con las disputas entre México y USA a cuenta de la inmigració, siempre estaré con los mexicanos. Y si estalla una guerra entre Guinea Ecuatorial y Gabón, pues mis simpatías irán con Guinea, aunque al frente esté el tirano Macías.
En cambio, los anglosajones sí que entienden bien la solidaridad; la red Echelon, por ejemplo.
Sé que mis argumentos son sentimentales y que desde Birmarck lo que rige es la "realpolitik", pero es lo que pienso. Y bueno, ya sabemos como acaba siempre el chamberlainismo...
Independientemente de todo eso, están masacrando a nuestro vecino desarmado. Y España igual que ha metido los morros en otros embolados, ahora debería cuanto menos exigir a Marruecos cuatro cosas (entre ellas explicaciones y acceso a sus reporteros).
ResponderEliminarLa Comunidad Internacional también somos nosotros.
Maldita sea... Cada día soy más partidario de montar una nueva Cruzada.
Pero, ¿alguna vez se han considerado ellos mismos hermanos nuestros o simplemente hemos sido ocupantes?
ResponderEliminarEs que sigo sin ver claro lo del "deber moral"...
No obstante, entiendo vuestro punto de vista perfectamente.
El tema es muy muy complejo.
Hola a todos:
ResponderEliminarJH, ¿a que altura viajaban los dirigibles como el Hindenburg?
Después de la preguntita de examen a JH, tengo que decir que es cierto que los hemos abandonado a merced del moro. Tuve una amiga marroquí, hace muchos años, que me advertía que el hijo era peor que el padre ( me refiero al rey marroquí) y tenía razón.
Tenemos que entender que aunque sea el aliado, supuestamente, de occidente , Marruecos es una dictadura criminal, sin libertad de ningún tipo. Es curioso recordar cuando este verano al moro le molestaba el ruido de los aviones mientras dormía la siesta en su yate. La UE debería poner en su sitio al monarca alauí pero parece que los intereses estratégicos prevalecen sobre los derechos humanos.
Es de malnacidos lo que está pasando con los saharauis y nosotros de perfil. Pero no nos equivoquemos, TODOS los gobiernos de España, de cualquier signo, han optado por la cobardía y el disimulo. No se si serán mis hermanos pero es una responsabilidad política y humanitaria que estamos ignorando.
Saludos desde el sur.
Su altitud de crucero normal era entre 250 y 300 metros.
ResponderEliminarPoca altura, será por la presión.
ResponderEliminarUn viaje a 300 metros atravesando el Atlántico,¡uff!
Gracias JH.
Saludos desde el sur.
Para el que piense que fueron ellos los que nos echaron o que el Sahara no tiene nada que ver con España que se releea algun libro de historia para refrescar la memoria.
ResponderEliminarvereis que el Sahara,que era un territorio español con el mismo estatus que Ceuta o Las Canarias con un procurador en las cortes incluido, fue ocupado por Marruecos de forma ilegal aprovechando la convulsa situacion de la España del 75 (Franco agonizando y con un vacio de poder terrible)
España es la potencia descolonizadora y como tal debería comportarse, marcharse de ahí con algo de honor, cosa que por otro lado, limpiaría la patética historia descolonizadora de España, a cual peor (puerto rico, filipinas, guinea... etc etc)
Hola, me sumo a los deseos de Pedroboso y le acompañaría a esas reuniones... con respecto al tema que nos ocupa: ¿realmente alquien aquí cree que España tiene peso en la política internacional? ¿Alguien con dos dedos de frente cree que España puede hacer presión ante Marruecos? Os muestro la realidad: España es un país que pertenece a la OTAN y a la Comunidad Europea pero que carece de peso en la política internacional. Nuestra política internacional es poco menos que testimonial y lo único que hacemos es enviar al ministro de exteriores de turno o al rey a alguna reunión internacional de turno. No seamos tan ilusos de creer que podemos decidir la solución a un conflicto tan enquistado como ajeno. España no es una potencia. Vamos, que somos unos peleles...
ResponderEliminarSaludos a todos
He encontrado un enlace muy interesante sobre el Hindenburg. Espero que sirva para abrir el apetito para el gran plato que es el libro de JH.
ResponderEliminarhttp://translate.google.es/translate?hl=es&langpair=en|es&u=http://www.airships.net/hindenburg
Saludos desde el sur.