jueves, abril 10, 2014

"LA COCINERA DE HIMMLER": UN DESCONCERTANTE PASEO POR LOS HORRORES DEL SIGLO XX


Como os dije, entre libro de U-Boote y libro de U-Boote decidí ponerme con esta novela de gran éxito en Francia, LA COCINERA DE HIMMLER, de Franz Olivier Giesbert.

Pues ya la he terminado y se me ha quedado la cara que yo llamo de "espectador-que-acaba-de-ver-una-película-de-los-hermanos-Cohen".

Es decir, no sabes si la película te ha gustado o no, si es una genialidad o una simpleza, no has acabado de entenderla del todo y tampoco has logrado captar todo el sentido del humor que, sin duda, encierra. Pero lo que está claro es que has asistido a un universo personal e intransferible.

Eso me ha pasado con este libro. Hay que reconocer que el punto de partida es tan prometedor como el propio título; es la historia de una cocinera de 105 años, Rose, que explica sus andanzas por el turbulento siglo XX. Ha vivido el genocidio armenio a manos de los turcos, el genocidio judío a manos de los nazis -junto a un protagonista tan destacado como el jefe de las SS, Heinrich Himmler- y, además, la dictadura de Mao con su reguero de cadáveres.

Pero, a pesar de ese prometedor planteamiento, Giesbert lo desarrolla de un modo que resulta desconcertante, creando un universo propio en el que lo inverosímil acaba volviéndose verosímil. El ejemplo sería aquellos increíbles fast-forwards de Breaking Bad, en los que uno se pregunta: ¿Pero, cómo se puede llegar hasta ahí?. Y luego el desarrollo de la trama logra que eso que parecía imposible ocurra de una manera lógica.




Sin duda, el autor se ha inspirado en el personaje de Forrest Gump para su protagonista (algo que no oculta, ya que incluye esa novela en la bibliografía recomendada), aunque el resultado es muy distinto, ya que Rose no peca precisamente de inocente. Por ejemplo, cuando Rose narra su infancia, refiere algo que hacía con apenas 8 o 9 años que resulta un tanto inapropiado, y hasta aquí puedo leer. Y, a partir de ahí, Rose no duda en actuar de un modo poco ejemplar, convirtiendo la venganza en uno de los ejes de su vida, entre otros comportamientos de moralidad discutible. Está claro que lo del imperativo categórico de Kant no iba con ella, aunque también su pasión por vivir y disfrutar de la vida hasta el último aliento.

Por otra parte, no he acabado de captar el sentido del humor que destila la novela, tal vez porque se pierda un poco en la traducción.

Además, aunque al principio nos presenta un enigma que parece apuntar a que es clave en la historia, luego su resolución resulta un tanto decepcionante.




Tengo la impresión de que Giesbert tenía la base para lo que podía haber sido una excelente novela, pero que le daba pereza escribir más de lo que lo ha hecho. Y es una lástima, porque creo que podía haber conseguido una obra maestra. No obstante, hay que reconocer que su escritura es muy ágil, el libro se lee solo, de un tirón, y no aburre en ningún momento.

Habría que haber visto el resultado final si Giesbert hubiera sido más ambicioso. Como muestra de esa falta de ambición, todo el capítulo dedicado a la China de Mao parece metido con calzador, lo que se hubiera evitado de haberlo desarrollado más; la historia de amor de Rose con el chino tampoco resulta creíble, al contrario de su relación amor-odio con Himmler.

En resumen, otra de esas novelas que no recomendaría a nadie que se comprase a pesar de las excelentes críticas que ha tenido, pero que, si cae en las manos, no se pierde nada leyéndola y, al menos, se pasa un rato entretenido.


2 comentarios:

  1. Otro libro más que tengo en mi larga lista de espera...
    Gracias por la crítica Jesús, algo me aclara.

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Pues ya he comenzado el libro de ASÍ FUE LA GUERRA SUBMARINA, de Harald Busch y de momento me está gustando.

    ResponderEliminar