domingo, julio 03, 2016

LA STASI NO SE DEDICABA PRECISAMENTE A CAMBIAR LAS TOALLAS DE SITIO, O EL BOTE DEL AZÚCAR Y LA SAL





Bien, amigos, como os dije, he estado unos días descansando en la costa de Tarragona. Tenía pensado hacer una ruta por los búnkers de la zona para fotografiarlos, pero al final no ha podido ser. Pensé que podría engañar al niño para que me acompañase y me hiciese de ayudante, pero ha preferido otras opciones que él considera más entretenidas, tipo parque acuático, playa o piscina, así que otra vez será.

Pues ya tenemos aquí el fruto de mi pasado viaje a Berlín. La revista LA AVENTURA DE LA HISTORIA, en su número de julio, publica mi reportaje sobre la Stasi, la policía política de la República Democrática Alemana (RDA).

Como no podría ser de otro modo, la revista ha hecho un muy buen trabajo de edición y el artículo ha quedado fantástico, como podéis comprobar.




Dejando de lado que me sienta muy satisfecho del resultado de mi trabajo, también me resulta grato el que el artículo va a servir para difundir el funcionamiento de ese instrumento represivo, tan siniestro como eficaz.


Aunque no es mi intención hablar aquí de política, últimamente, desde algunos sectores muy activos en las redes sociales y con un marcado sesgo ideológico, hay una especie de campaña de banalización de la Stasi, recurriendo a chascarrillos como que ésta se dedicaba, por ejemplo, a entrar en las casas de los disidentes para cambiar el bote del azúcar y la sal, o cambiar las toallas de sitio...




Evidentemente, el que alguien anhele vivir en una sociedad controlada por la Stasi, la NKVD, la Gestapo o los Tonton Macoute, me la trae al pairo, y no voy a perder el tiempo en ninguna polémica al respecto. Cuando en twitter recibí algún comentario de este tipo en respuesta a mis entradas en el blog sobre la Stasi, me limitaba a responder, cuando me molestaba en hacerlo, con la foto de una celda de la prisión de Hohenschönhausen que visité.

Pues espero que os guste el artículo, y sólo me resta anunciaros que próximamente podréis comprobar también el fruto de mi pasado viaje al campo de concentración de Buchenwald.


4 comentarios:

  1. ¡ Estimado Jesús!, de nuevo vuelvo a disentir de plano contigo, desconozco lo que te escriben en twitter porque no participo en las redes sociales. No se trata de banalizar sino de contextualizar, y para contextualizar hay que hacer análisis y escrutinios comparativos, no lo digo yo, lo decía el gran historiador que fue March Bloch- fusilado cómo sabes en 1944 por los nazis-.

    Y eso es lo que falta en tu artículo, en la anterior entrada me respondías que la revista "La aventura de la historia" te daba libertad total para escribir, no creo que seas tan ingenuo de pensar que las cosas funcionan de esa manera, si hubieras publicado el artículo a a la manera de Bloch, tén por seguro que te lo hubiesen rechazado ó por ejemplo si hubieses dado a conocer investigaciones críticas en este sentido.

    Y desde luego la Stasi no se limitaba a cambiar las toallas de sitio, pero tampoco se dedicaba a eviscerar a sus detenidos, fusilar a embarazadas, machacar cráneos de niños con palos y hierros, violar,meter cristales en las váginas de las mujeres,envenenar con todo tipo de tóxicos a los detenidos etc...todas estás técnicas genocidas del "mundo libro" fueron utilizadas desde Brasil a Indonesia y Vietnam pasando por Irlanda y el Zaire, por las fuerzas policiales- con sus escuadrones de la muerte anejos- de infinidad de paises bajo el asesoramiento nortemericano y en ocasiones francés , alemán e inglés.

    En comparación, con esto las carceles de la stasi durante la guerra fría eran "peccata minuta".

    Un saludo.Rafael granados.

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  2. Enhorabuena por el artículo Jesús, tal vez Rafael y yo no hemos leído el mismo artículo por lo que leo.
    Un saludo

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  3. Gracias, Onor, que alegro que te guste.

    Y gracias también, Rafael, tus aportes siempre son bienvenidos, un saludo.

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  4. Pues nada, hay que hacerse con ella, pero ya!

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