domingo, abril 05, 2020

LA DIETA DEL VIETCONG PARA SUPERAR LA FUTURA CRISIS DE ALIMENTOS POR EL CORONAVIRUS



Bien, amigos, aquí estamos ya a punto de comenzar la cuarta semana de confinamiento.

Espero que estéis bien, por mi parte aquí sigo escribiendo mi libro que debería ser publicado en otoño, aunque ya me estoy mentalizando de que, con suerte, quizás esté en las librerías en la primavera del 2021, si es que todavía existe el mundo tal como lo conocemos.

A la entrada del pasado domingo, un lector en mi Página Oficial de Facebook me respondió que echaba en falta consejos de supervivencia. Naturalmente, yo, siendo como soy un modesto juntaletras, no tengo ninguna capacitación especial para dar consejos de ese tipo, pero le he estado dando vueltas a la cabeza y, al final, he decidido compartir con vosotros mi visión del asunto, por si a alguien le puede resultar de utilidad.

Como decía en aquella entrada, parto de la base de que es inevitable una crisis de desabastecimiento y, por tanto, de alimentos.

Por lo pronto, he intentado hacer una compra online en Mercadona y ya había productos no disponibles, como papel higiénico, guantes de nitrilo, lejía o cepillos de dientes. Ignoro si las tiendas físicas están abastecidas (si me aventuro a ir será con mi máscara antigás checa), pero al menos online ya aparecen agotados. También intenté hacer un pedido en Carrefour y los arroces de precios más asequibles ya estaban agotados también.

No olvidemos que las restricciones a la producción llevan tan sólo un par de semanas; ¿qué sucederá si se prolongan dos, tres o seis meses?

Por tanto, todavía estamos a tiempo de hacer algo, aunque ese tiempo esté corriendo ya en nuestra contra, hasta que ya no haya margen de actuación.

Lo primero y más esencial es proveerse de suficiente comida. Desde que hace unos años hice la famosa dieta Dukan, me intereso por la nutrición. Y de lo que he podido averiguar, el alimento ideal para que forme el núcleo duro de nuestra reserva de alimentos es el ARROZ.




El arroz es barato, fácil de cocinar y, sobre todo, en la práctica no caduca nunca. Puede ser la base de una comida diaria con apenas 100 gramos por persona. Si compramos 100 kilos de arroz, apenas nos costará 90 euros. Para una familia de cuatro personas, esos 100 kilos de arroz no darán para comer durante más de ocho meses.

Pero eso es en el supuesto de que tengamos más alimentos disponibles. Si la crisis se agrava y tenemos que hacer del arroz la base casi exclusiva de nuestra dieta, necesitaríamos unos 570 gramos de arroz para cubrir las 2.000 kcal que gasta el organismo en reposo absoluto. En este caso, esos 100 kilos de arroz se nos agotarían en menos de un mes y medio, por lo que no sería mala idea incrementar esa cantidad almacenada.

¿Es posible alimentarse sólo de arroz?

Es evidente que no es aconsejable, pero es perfectamente posible. Como historiador, no he podido resistir acudir a la historia para investigar, y lo primero que viene a la mente es, claro está, el Vietcong.


Un soldado del Vietcong consumía 750 gramos de arroz diarios, complementados con una cantidad variable de mandioca o de verduras, que podía oscilar entre 300 y 900 gramos. También comían cacahuetes silvestres, además de pescado o carne cuando les surgía la oportunidad de conseguirlos, que podía llegar a 2 kilos al mes. Pero ojo, esa cantidad de comida era para soldados, que requieren un gran aporte calórico, por lo que les aportaban unas 4.100 calorías diarias. Si estamos confinados, es decir, en reposo, necesitaríamos la mitad.

En nuestro caso, podemos complementar esa cantidad de arroz con legumbres como judías o lentejas, que también pueden conservarse durante décadas. Otra opción son las latas de judías (a mí me encantan las Heinz), que en la práctica tampoco caducan.

Otro alimento que puede resultar muy útil en esas circunstancias que esperemos que no lleguen es la crema de cacahuete. A mí no me gusta, pero proporciona un gran aporte calórico y con su grasa complementa perfectamente el arroz, como ya intuían los soldados del Vietcong recogiendo esos cacahuetes silvestres.




Como normalmente no tenemos mandioca a nuestra disposición, podemos sustituir ese alimento fundamental del Vietcong con nuestras omnipresentes patatas, que son el tubérculo que contiene más proteínas. No obstante, tienen un problema, que duran sólo un mes en la despensa, aunque de tres a cuatro meses en la nevera. Por tanto, yo aconsejaría hacerse con una gran cantidad de puré de patatas en copos, que puede conservarse indefinidamente, como cualquier alimento liofilizado.

Pues, como veis, los soldados del Vietcong seguían una dieta frugal pero completa, lo ideal para sortear estos tiempos del coronavirus si la cosa se pone realmente fea.

Por último, recomendaros el alimento que se conserva más tiempo: la miel. Su duración es literalmente de miles de años, como lo atestigua la que se ha encontrado en yacimientos arqueológicos egipcios, que sigue siendo perfectamente comestible. Pero una cosa, ha de ser miel de verdad, de la que cristaliza, no de esa miel china que invade nuestros supermercados, ya que no es miel pura.

Espero que nunca tengamos que seguir la dieta Vietcong, aunque yo siempre soy partidario de esperar lo mejor pero prepararse para lo peor.

6 comentarios:

  1. Pelo comel solo alós puede tener consecuencias no plevistas.

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  2. Hay comida en los supermercados. Incluso hay gente que ha visto papel higienico.

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  3. Gracias por tus aportaciones una vez más Jesús, aunque yo aconsejo que en vez de ir o pedir por internet en grandes supermercados, vayáis a los pequeños negocios ya que después de ir a esas superficies a las que haces referencia en tu comentario he podido ver cómo efectivamente faltaban muchas cosas, circunstancia que al ir a pequeños supermercados de mi barrio no me ha ocurrido ya que había de todo tipo de productos básicos y en abundancia, como arroz y legumbres, también en muchos de ellos dan la opción de solicitarlo por internet o llamada telefónica.

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  4. Gracias por su blog Jesús. Mayor Thompson

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  5. Acabo de descubrir tu blog, y ya está en mis favoritos de Vivaldi. No quiero atosigar siendo mi primera comentario.
    Saludos desde Córdoba, Argentina!

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