Campos de concentración en Costa Rica

Costa Rica declaró la guerra al Eje 

Surfeando por la red he encontrado esta curiosa historia relacionada con Costa Rica, un bello país que tuve la suerte de conocer hace unos años. Además de sus paisajes, sus habitantes son amables y cultos, aunque no pueden disimular un fuerte complejo de superioridad... tampoco les faltan argumentos, ya que Costa Rica -que no tiene ejército- está considerada como "La Suiza de Centroamérica".

En 1941 el gobierno de Costa Rica le declaró por segunda vez la guerra a Alemania (la primera fue en 1918). Los japoneses habían atacado Pearl Harbor, y un acuerdo entre los países del continente americano establecía que se romperían las relaciones diplomáticas con Berlín si alguno de los aliados en la región era agredido.

Poco después de la ruptura ocurrió un incidente en el puerto Atlántico de Limón, 140 kilómetros al norte de la capital, donde un barco bananero fue volado por una explosión. Hubo varios muertos. Casi de inmediato, alguien hizo correr el rumor de que la nave había sido blanco de un torpedo presuntamente lanzado por un submarino nazi. En San José se armó una protesta, y el incidente fue aprovechado por algunos sectores para cometer saqueos y tropelías contra ciudadanos alemanes.

Entonces, y durante toda la guerra, hubo expropiaciones y -lo que es más grave- se establecieron campos de concentración, donde fueron aislados numerosos ciudadanos teutones. El gobierno estableció un campo de concentración en las cercanias del Estadio Nacional, en San José. El campo tenía una extensión de unas dos manzanas. Allí, y sólo por el hecho de ser alemanes, fueron recluidas varias decenas de familias que residían en Costa Rica, así como algunos italianos y japoneses.Testigos de la época señalan que esas personas estuvieron recluidas en condiciones infrahumanas.

El encierro duró unos cuatro años. Luego, como ya no cabían en el lugar —no hay una cifra precisa de cuántas personas fueron llevadas allí—, algunos fueron enviados a Estados Unidos. Al final de la guerra fueron liberadas, pero a muchos no se les devolvieron sus propiedades confiscadas.

Está claro que, para estos ciudadanos inocentes, Costa Rica no hizo entonces honor a su famoso eslogan: ¡Pura vida!