lunes, diciembre 21, 2015

FELICES FIESTAS E INGOBERNABLE AÑO NUEVO




Bien amigos, ya tenemos las Fiestas aquí mismo. Como voy a estar fuera, este post ya va a servir como despedida de año y bienvenida al 2016.

Pues estoy muy contento con el resultado de las Elecciones, ya que, con suerte, igual estamos varios meses sin gobierno. Como sabéis, aquí en Cataluña estamos sin gobierno desde septiembre y la verdad es que se está muy bien. No hay ninguna nueva iniciativa política, no se pueden nombrar nuevos cargos, no hay nuevas adjudicaciones a las que morder... ya podría durar esta situación varios años.

Y ahora puede pasar lo mismo en toda España, así que creo que debemos felicitarnos. En Bélgica estuvieron año y medio sin gobierno y todos los datos -paro, PIB, déficit- mejoraron, así que nos espera un período de bonanza que espero que no estropeen nuestros flamantes representantes alcanzando un acuerdo.

Pero dejemos la política a un lado y vamos con un asunto crucial en nuestras materialistas Fiestas, que es el de los regalos. Seguro que hay despistados que todavía no saben que pedirse para Papá Noel o Reyes.





Como sé que todos tenéis ya mi última publicación, PEQUEÑAS GRANDES HISTORIAS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, os propongo otro libro que, aunque tiene algunos añitos, quiero llamar la atención sobre él para los que no lo adquirieron en su momento, NÉMESIS: LA DERROTA DEL JAPÓN 1944-1945, de Max Hastings, bien conocido por vosotros.




El libro tiene varios puntos fuertes. El primero es que trata un escenario del que solemos contar con poco material, como es el del Pacífico.

Pero lo que más me está gustando es que es una obra dirigida a los que ya hemos leído bastante sobre el tema, y que no nos tienen que explicar de nuevo las diferentes campañas. Se centra sobre todo en testimonios y material inédito. Esa óptica personal hace que sea una obra muy amena, que mantiene intacta su capacidad de sorpresa, por lo que sus más de ochocientas páginas pasan volando.

Debido a que este libro es un must en cualquier biblioteca de la Segunda Guerra Mundial, las Fiestas son una excelente excusa para pedirlo o autoregalárselo, a lo que ayuda que el precio sea bastante asequible, así que ahí tenéis una buena opción.

Por mi parte, voy a estar estos días en São Paulo, documentándome para el libro que tengo previsto publicar esta primavera, sobre un fascinante episodio ambientado en la Segunda Guerra Mundial. Aparte de ese cometido, también tengo previsto otro no menos importante, como puntuar en Tripadvisor varios chiringuitos de playa del litoral paulista.

Así que Felices Fiestas a todos y gracias por las fotos de los imanes en vuestras neveras que ya me estáis enviando; les dedicaré su correspondiente post a mi regreso.

Sed buenos y, sobre todo, no olviden supervitaminarse y mineralizarse.

jueves, diciembre 17, 2015

EL ROBO DE CABLE DE COBRE NO ES NUEVO





Bien, amigos, vamos con un tema de actualidad. Como sabéis, y si no ya os lo digo yo, aquí en Cataluña el robo de cable de cobre es un grave problema. Por ejemplo, desde hace dos días los servicios de cercanías de RENFE se han visto alterados por una de estas acciones, lo que ha provocado cortes de líneas que todavía duran.

Aunque la policía autonómica dice que actúa -hoy he escuchado que este año ha hecho más de 400 detenciones, lo que quiere decir que tal como los detienen quedan sueltos-, la verdad es que los esforzados ladrones de cobre siguen trabajando a destajo, sean laborables o festivos.

Por deformación profesional, tiendo a poner en relación lo que ocurre en la actualidad con episodios del pasado, especialmente de la Segunda Guerra Mundial, para demostrar que no hay nada nuevo bajo el sol.

Así que, para encontrar un precedente, podemos acudir a mi último libro, PEQUEÑAS GRANDES HISTORIAS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, en el que hago referencia al CORREDOR PERSA.

Como también sabéis, Irán se convirtió en un territorio estratégico para los Aliados, ya que a través de este país se enviaba ayuda a los soviéticos en su titánica lucha contra los alemanes.

Aquí tenéis uno de los convoyes que atravesaba el país persa con material de guerra con destino a la Unión Soviética.




Los suministros norteamericanos pasaban a través del país en grandes cantidades, lo que despertaba las apetencias de las tribus armadas que controlaban las montañas, quienes solían saquear regularmente los envíos. Así, los estadounidenses se vieron obligados a pagar sobornos a los jefes locales para que éstos permitieran el paso de las mercancías a través de sus territorios.

Sin embargo, los norteamericanos se encontraron con un inesperado contratiempo, el robo sistemático de los tendidos de cable telefónico. Al principio pensaron que se trataba de un caso de sabotaje, pero luego supieron que estaba siendo robado por tribus nómadas, que utilizaban el cobre de los cables para hacerse joyas.

Durante los tres años que estuvo el Ejército estadounidense en Irán, fueron robados 400.000 metros de cable telefónico.


lunes, diciembre 14, 2015

OPERACIÓN MAGNET II





Los habituales del blog recordáis sin duda la Operación Magnet que lancé por estas mismas fechas el año pasado. Debido al éxito que tuvo, vuelvo a reeditarla, por lo que en este caso sería la Operación Magnet II.

Tengo que agradecer la colaboración desinteresada del amigo Israel, que se ha encargado de diseñar el nuevo imán de nevera.

Como podéis comprobar, ha quedado genial.

Así que, si queréis disfrutar de la visión de ese vibrante duelo de la Batalla de Inglaterra cada vez que os acercáis a vuestra nevera, sólo tenéis que pedirlo.




Pero, igual que el año pasado, tan sólo los más rápidos seréis los que tendréis la suerte de haceros con uno.

Así pues, los primeros que me mandéis un mail a mi dirección de correo, jesus.hernandez.martinez (arroba) gmail.com, lo recibiréis gratis en vuestra casa, hasta agotar existencias.

Poned en el asunto "OPERACIÓN MAGNET II" y no os olvidéis de indicar la dirección postal en la que lo queráis recibir. Tan sólo se enviará uno por persona, y sólo haré envíos nacionales.

Si recordáis, el año pasado os pedí que me mandáseis una foto para ver cómo quedaba en vuestras neveras. Este año, como las neveras serán casi las mismas, ya no tendría tanta gracia, pero aun así si alguien quiere mandarla para compartir, adelante.

El año pasado los imanes se agotaron a las doce y media del mediodía; vamos a ver cuánto duran ahora...


EDITO (13.00 h): EXISTENCIAS AGOTADAS. MUCHAS GRACIAS POR VUESTRO INTERÉS.


miércoles, diciembre 09, 2015

"EL PUENTE DE LOS ESPÍAS": POCO POLLO PARA TANTO ARROZ




Bien, amigos, durante este largo puente he tenido oportunidad de asistir a la última película de Steven Spielberg, EL PUENTE DE LOS ESPÍAS, un film que tenía muchas ganas de ver por el trasfondo histórico y más aún después de las excelentes críticas que está cosechando.

Pues, aunque leí que un reputado crítico aseguraba que estábamos ante un "clásico instantáneo", la verdad es que me ha decepcionado un poco. En una de las críticas de Filmaffinity se afirmaba de forma coloquial que "faltaba chicha", y creo que eso describe a la perfección el poso que deja; un gran envoltorio pero un episodio histórico que no da para mucho más.

Spielberg es especialista en adaptar una historia real para hacerla más atractiva para el público, aunque eso suponga inventar cosas y eliminar otras, como hizo en La Lista de Schindler o Atrápame si puedes.

Pues El puente de los espías era susceptible de esa adaptación, ya que la historia que relata está falta de emoción, se echa en falta algún giro, el suspense apenas se presenta en la escena del intercambio y, en suma, carece de enjundia suficiente para cimentar las más de dos horas que dura.

Por ejemplo, el referido suspense final es para saber si al final van a canjear al espía soviético por sólo un norteamericano (el piloto Gary Powers) o por dos (Powers y un estudiante del que no conocemos prácticamente nada, por lo que es difícil que nos interese si es liberado o no). Esa tensión no es comparable, por ejemplo, con el suspense casi insoportable de ARGO para saber si los norteamericanos van a conseguir salir o no de Irán.

Y el guion, a pesar de que han colaborado los hermanos Cohen (algo irregulares, pero de los que se puede esperar cualquier genialidad, como la infravalorada UN TIPO SERIO), no me parece que haya sabido exprimir a fondo una historia que ya, de por sí, era un tanto limitada. Las notas de humor parecen circunscritas al repetitivo "¿ayudaría?" del espía soviético.




En cuanto al ritmo, paradójicamente, en la primera parte se mantiene el interés pese a ser una peli de tribunales, sobre todo por la gran actuación de Mark Rylance. Pero en la segunda, en la que se supone que el ritmo debía subir porque la acción se traslada a Berlín, éste decae, encallándose en un fango burocrático en el que no queda claro, por ejemplo, el papel del abogado Vogel. En algún momento he llegado a mirar el reloj, lo que no es buena señal.

En cuanto a Tom Hanks, éste hace de Tom Hanks, lo cual es bueno o malo, según cómo se mire.

Pero no todo es regular en este último trabajo de Spielberg. Como no podía ser de otro modo, un diez en ambientación y fotografía, y una aceptable banda sonora.

Desde el punto de vista histórico, lo que más me ha gustado es que he podido ver al famoso Gary Powers, aunque creo que su historia está desaprovechada. Por otro lado, impresionante la caída del U2.



Para finalizar, he recogido la opinión de un experto en este período histórico, Alvaro Lozano, autor de LA GUERRA FRÍA (Melusina, 2007), para que nos explique algunos aspectos que nos pueden ayudar a entender mejor el film.



- ¿Por qué recurrían las grandes potencias al intercambio de espías?

El intercambio obedece al código del espionaje -similar al militar- en virtud del cual no puede dejarse a ningún miembro atrás. Por eso los Estados hacen lo imposible para recuperar a sus agentes. Y no se trata de una praxis privativa de la Guerra Fría. Sin ir más lejos, en septiembre de este año hubo un intercambio de espías entre Rusia y Estonia. El Estado no puede dejar a sus agentes a su suerte, sean estos espías, militares, etc.

Por otra parte, el hecho de que el Estado que ha capturado al espía enemigo lo tenga en su poder durante un plazo de tiempo razonable, permite a ese Estado tomar las medidas necesarias para "esterilizar" al agente que luego se entrega como pieza de cambio, es decir, para tener la seguridad de que no causará ningún daño ulterior.

- El puente de los espías al que se refiere el título es el puente Glienicke. ¿Qué nos puedes explicar de él?

La importancia del puente fue fruto de los avatares de la Guerra Fría. La construcción del Muro de Berlín en 1961 le confirió un protagonismo inesperado, al ser un punto de comunicación entre el bloque occidental y el soviético que estaba prohibido a los civiles.

Sin embargo, la "mística" en torno al puente es obra del periodismo de la época y, sobre todo, de autores como el celebrado John Le Carré y ahora de películas como la que se estrena bajo la dirección de Spielberg. En realidad, los hechos ocurrieron en el puente Glienicke, pero podían haber ocurrido en cualquier otro lugar; los Estados, parafraseando a De Gaulle, no tienen sentimientos ni predilección alguna por determinados parajes.




- ¿Qué importancia tuvieron los espías durante la Guerra Fría en las dos zonas de Berlín?

En el caso de Berlín (no en otros escenarios mucho más candentes como, por ejemplo, Oriente Medio o el Sudeste Asiático) creo que había un toque de teatralidad. Es de sobras conocido que a la Administración Kennedy no le disgustó del todo que se levantara el muro y la ciudad quedara dividida. Así que en ese contexto tan enrarecido en el que la propia Alemania era "sospechosa", no hay que olvidar que la segunda guerra mundial era reciente, cabe pensar en un escenario en el que todos se espiaban entre sí.

- ¿Se sabe cuántos canjes de este tipo se produjeron durante la Guerra Fría?

Es difícil de saber. En el marco de la Guerra Fría la información, en particular sobre asuntos militares y de espionaje, era propaganda que se divulgaba para movilizar a la opinión pública. Sabemos de un puñado de intercambios, pero eso no significa que no hubiera habido muchos más. Divulgarlos o no era una cuestión que decidían las superpotencias en función de sus intereses.





viernes, diciembre 04, 2015

"EBRO, DE LA CUNA A LA BATALLA": VAMOS A DARLE UNA OPORTUNIDAD




Hoy me voy a hacer eco de un proyecto que se encuentra en su fase final de producción, la película EBRO, DE LA CUNA A LA BATALLA, dirigida por Román Parrado.

Este film, producido por TV3 con la colaboración de Canal Sur, tiene como protagonistas a los jóvenes de 17 y 18 años que combatieron en el Ejército de la República en la Batalla del Ebro.

Aquí tenéis el tráiler:





Ahora está en marcha una campaña de micromecenazgo para añadir efectos especiales y sonoros con el fin de dar mayor realismo a las imágenes.

El crowfunding en nuestro cine es un terreno que ha dado lugar a fracasos tan sonoros como el de EL COSMONAUTA. El chasco que se llevaron los donantes cuando asistieron al estreno de la peli fue mayúsculo y no me extraña; visto el resultado, yo también me hubiera sentido como si hubiera tirado mi dinero a la basura.

En este caso, EBRO, DE LA CUNA A LA BATALLA es una historia convencional que tiene más fácil cumplir con las expectativas, y es de suponer que, teniendo detrás el respaldo de dos cadenas de televisión, el resultado puede ser más que aceptable.

Si queréis saber los detalles de la campaña de crowfunding, podéis conocerlos AQUÍ.




Pues desde aquí hago los mejores votos para este proyecto, al que habrá que darle una oportunidad, ya que hacen falta películas sobre la guerra civil, que no guerracivilistas.

Creo que la contienda de 1936-39 es todavía un campo muy interesante para nuevos proyectos.

Si fuera guionista, escribiría uno con el siguiente argumento:

Un joven soldado republicano convencido asiste a los excesos de la República; paseos, torturas en las checas, asesinatos de religiosos... No estaría mal poner en pantalla también lo ocurrido en Paracuellos, tal como han hecho los polacos con KATYN. Horrorizado por lo que ve, decide desertar y consigue pasar el frente para unirse a los nacionales, pero va a parar a un campo de concentración. Una vez libre, asiste a la represión sistemática a que se somete a los territorios conquistados, con sus correspondientes paseos, fusilamientos... Tampoco estaría mal dedicar unos minutos de metraje al avance de las tropas moras, con sus excesos permitidos y alentados por los mandos. Desengañado, el joven acaba huyendo de España y dice "ahí os quedáis".

Dejo que cualquiera tome la idea, pero dudo de que alguien encuentre productor para llevar esta historia al cine.

Cuando alguien lo consiga, eso querrá decir que, en efecto, las heridas dejadas por la guerra civil han cicatrizado.