jueves, septiembre 29, 2016

VIAJA AL PASADO (AL REAL Y AL ALTERNATIVO) CON STEPHEN KING EN SU NOVELA "22/11/63"




Bien, amigos, como os comentaba en mi anterior entrada, después de ver la serie 11/22/63 me decidí a leer la novela de Stephen King en la que se basa, "22/11/63" (en la versión española, en la que se intercambia el día y el mes).

Aunque el libro tiene poco menos de 900 páginas, me ha durado menos de una semana, ya que me lo he devorado. Tengo que confesar que nunca había leído nada de King, ya que sólo leo historia y el género de terror no me atrae nada, pero en este caso, al centrarse en un hecho histórico, no he podido resistir la tentación de hincarle el diente, y me alegro mucho de haberlo hecho.



Pues varias cosas (sin spoilers):

- El libro me parece un excelente complemento a la serie, ya que es mucho más completo. La serie está muy resumida, pasa por alto un buen número de episodios y subtramas, así que, si os gustó la serie, con la novela vais a disfrutar.

- Hay algunas diferencias entre el libro y la serie, como por ejemplo la relevancia del personaje de Bill, algún que otro reset de más o de menos, el carácter del misterioso personaje del abrigo y el sombrero... pero nada que altere demasiado el argumento. Esas diferencias son un aliciente para avanzar en la novela, ya que no sabemos lo que nos podemos encontrar.

- A destacar la excelente ambientación de la novela. He quedado sorprendido por el nivel de conocimiento de la época descrita (1958-63). Se nota que King ha realizado un enorme esfuerzo de documentación, para lo que ha contado con un equipo de colaboradores.

Sorprende el nivel de detalle, que te lleva realmente a ver, sentir e incluso oler ese pasado.




- Aunque sea una novela, se puede ver como un auténtico libro de historia, que te ayuda a conocer la sociedad de entonces mucho mejor de lo que lo haría el clásico trabajo de un historiador.

King consigue sumergirte realmente en aquella sociedad, con sus aspectos positivos y negativos. Entre los primeros, la sensación de seguridad, el optimismo, una cierta inocencia, la autenticidad de la comida y la bebida, la música o la ausencia de lo políticamente correcto. En el otro lado de la balanza, el racismo, la ignorancia de los peligros del tabaco y la despreocupación por el medio ambiente.




- La novela me ha servido para interesarme por el asesinato de JFK, lo que me ha llevado a verme de nuevo la película de Oliver Stone y varios documentales en Youtube. Aunque antes estaba convencido de la existencia de una conspiración, ahora me siento más inclinado a pensar -al igual que King en el epílogo- que Lee Harvey Oswald fue el único tirador, tal como dictaminó la Comisión Warren. En esos documentales aparecen testigos, y todos coinciden en que sólo escucharon tres disparos; la película de Stone, en la que se apunta a que pudieron ser seis, me parece ahora bastante tramposa.

En uno de esos documentales, muy interesante, aparecen todas las fotos y filmaciones que se realizaron en la plaza Dealy, y en ninguna se aprecia nada que lleve a pensar que hubo un segundo tirador.

En todo caso, siempre queda una pequeña posibilidad -que King fija en apenas un 2% o incluso un 1%- de que Oswald no actuase solo.




- Lo único que no me ha gustado de la novela es el final, ya que, después del original, incluye uno alternativo, pero sin advertirlo. Así, al acabar el libro me quedé perplejo porque no había entendido ese desenlace. Busqué en internet y me enteré de que King desechó el final que tenía previsto y apostó por otro, sugerido por su hijo; un año después, King publicó en su web ese final desechado.

Pues en la versión en español que he leído, ese final alternativo -con el título Entrega final- viene después del otro, lo que induce a confusión. Para mí, el que King haya puesto en circulación su final me parece un error grave, ya que deja el desenlace en el aire en vez de dejarlo cerrado.

(EDITO: Esos dos finales están en la versión en ebook que he leído, pero hoy he hojeado la versión en papel que se puede adquirir ahora en las librerías, y ese final alternativo no aparece. Por cierto, que he visto que esos ejemplares son los mismos que se editaron en 2012, pero que les han puesto una especie de sobrecubierta bastante chapucera con la foto del protagonista de la serie de TV 11.22.63, para aprovechar el tirón de la misma)

Pues, con todo esto, espero que os animéis a leer la novela para disfrutar de ese impagable viaje al pasado que nos ofrece Stephen King. No desaprovechéis la oportunidad de entrar en ese túnel del tiempo y aparecer a las 11.58 de aquel lejano 9 de septiembre de 1958...




sábado, septiembre 24, 2016

¿HABÉIS PROBADO A LEER UN LIBRO EN EL MÓVIL?




Bien, amigos, vamos con una entrada ligera, propia del fin de semana.

Así sirve de aperitivo a esta semana que está a punto de comenzar, en la que saldrá a la venta en todas las librerías mi nuevo libro, ¡JAPÓN GANÓ LA GUERRA! LA HISTORIA DE AUTOENGAÑO MÁS EXTRAORDINARIA DEL SIGLO XX, que ya se puede adquirir en la web de la editorial.

Pues quiero explicaros mi última experiencia lectora.

Como antecedente os diré que hace unos días acabé de ver la serie de TV 11.22.63 que, para los que no la conozcáis, está basada en una novela de Stephen King, del mismo título.




La historia relata el viaje en el tiempo de un profesor de literatura con el objetivo de impedir el asesinato de JFK y cambiar así la historia, supuestamente para mejor.

Mi conclusión, después de ver la serie, es que ese ambicioso objetivo no es más que un MacGuffin, ya que creo que tiene más relevancia e interés la aventura personal del protagonista.



Pues sí, la vida anodina de este profesor divorciado y sin muchos alicientes en 2016 contrasta poderosamente con lo que le ofrece la vida a finales de los 50's y principios de los 60's...

Pero mejor no digo nada más para no destripar la serie, y si hacéis algún comentario tened en cuenta a los que todavía no la han visto.




Como la serie me ha gustado bastante (a destacar Daniel Webber en el papel de Lee Harvey Oswald), a pesar de que adolezca de una cierta irregularidad y no falten los cabos sueltos, me he decidido a leer la novela de King, precisamente para ver si esos cabos quedan ahí bien anudados. De momento -llevo un tercio- me ha atrapado totalmente y, tal como esperaba, la historia queda mucho mejor explicada.

Este tipo de historias prefiero leerlas en ebook pero, no sé si lo comenté aquí, hace unos meses me quedé sin mi Kindle, que falleció víctima de la maldita obsolescencia programada; la pantalla quedó congelada, tal como suele pasar después de unos cuatro años de uso, y no hubo nada que hacer.

Podía haberme comprado otro Kindle porque son baratos, pero no he querido arrodillarme ante esa conspiración de las grandes empresas para que nos rasquemos periódicamente el bolsillo. Así que se me ocurrió, en un momento de enajenación mental transitoria, la herejía de probar alguna app para leer ebooks en el móvil.

Sí, ya sé que debía estar muy mal para que se me pasase eso por la cabeza; de hecho, creo que fue antes de comer y estaba con hambre, y es bien sabido el hambre lleva a una persona a cometer locuras.

Pero bueno, total, que miré las opiniones de algunas de esas apps y vi una que la gente la dejaba muy bien, eReader Prestigio.




Me la bajé... abrí con ella la novela de King en ePub... y, para mi sorpresa, comprobé maravillado que se podía leer tranquilamente, con una agradable experiencia de lectura. Aunque no es el sistema de tinta electrónica, que resulta muy cómodo para leer, el de esta app resulta igualmente satisfactorio; la vista no se cansa, se puede ajustar el brillo, se pasan las páginas con el dedo con un efecto de giro de papel muy bien conseguido... Lo único que no sé es volver de los pies de página al texto principal, pero estoy en ello.

Además, el móvil es incluso más llevadero que el Kindle, ya que uno lo lleva siempre encima y ocupa menos, así que todo son facilidades para leer en cualquier momento y situación.

Y sí, ya sé que el que no dio en su momento el paso al lector de libros electrónicos no lo va a dar ahora para leer en el móvil... lo del olor a tinta y todo eso.

Pero bueno, si alguien no ha probado a hacerlo todavía por los prejuicios que tenía yo también, no pasa nada por probarlo. Ya me contaréis...


jueves, septiembre 22, 2016

EL "EJÉRCITO FANTASMA" DEL CORONEL SCHERHORN





Leyendo este verano el libro LA GUERRA SECRETA, de Max Hastings, descubrí una historia que me resultó sorprendente, de la que nunca había oído hablar.

Se trataba de la Operación Berezino, que paso a relataros por si tampoco la conocéis.

El 22 de junio de 1944, los soviéticos lanzaron la gigantesca Operación Bagration para reconquistar Bielorrusia. Durante esta ofensiva, Stalin consideró que en el ámbito de la guerra secreta se estaban desarrollando ideas muy tradicionales a la hora de desorientar al enemigo, por lo que deseaba probar algo novedoso para ayudar al Ejército Rojo en su avance.

Stalin propuso entonces convencer a los alemanes de que una de las brigadas que tenían en Bielorrusia había quedado cercada y que seguía combatiendo. De este modo, se esperaba incitarles a que lanzasen operaciones destinadas a liberar a sus compatriotas, empleando en ellas a sus mejores unidades, cuyo destino sería caer en la trampa. Igualmente, se quería forzar a la Luftwaffe a hacer llegar víveres y material a las tropas aisladas.

No había duda de que la idea era tan audaz como original. Un equipo del NKVD fue enviado a Bielorrusia para poner en marcha el plan, que recibió el nombre de Operación Berezino. Un doble agente soviético alertó a los alemanes de que cerca del río Berezina había una brigada de la Wehrmacht, comandada por el teniente coronel Heinrich Gerhard Scherhorn (en la foto), que luchaba con desesperación para romper el cerco al que le estaban sometiendo las tropas rusas.

La inteligencia soviética escogió una unidad de tamaño reducido para que resultase creíble, pero con la entidad suficiente para que mereciese la pena a los alemanes lanzar la operación de rescate, unas condiciones que reunía la unidad comandada por Scherhorn, compuesta de 1.800 hombres.


Los alemanes picaron en el anzuelo, ignorando que, en realidad, las fuerzas del teniente coronel Schernhorn ya habían caído en manos de los soviéticos el 9 de julio, después de una lucha que se había prolongado dos semanas.

El 19 de agosto de 1944, el alto mando germano se marcó como objetivo socorrer al "ejército fantasma" de Scherhorn, con la aprobación de Hitler, aunque hay que anotar que un perspicaz oficial de la contrainteligencia germana, el coronel Hans-Heinrich Worgitzky, ya vislumbró que podía tratarse de un engaño soviético. Sin embargo, esa advertencia fue ignorada.




El arrollador avance del Ejército Rojo hacía muy difícil a la Wehrmacht emprender una operación de rescate, pero aun así se iniciaron las acciones para que los hombres de Scherhorn mantuvieran su supuesta lucha desesperada y pudieran escapar del cerco. De ello se encargaría Otto Skorzeny (en la foto superior), el coronel de las Waffen-SS especialista en operaciones especiales. Los alemanes consiguieron entrar en contacto con radio con sus compatriotas, sin saber que estaban siendo controlados por los soviéticos.

La primera acción tuvo lugar en la madrugada del 16 de septiembre, cuando un Heinkel He 111 sobrevoló la zona previamente acordada por radio, lanzando contenedores con material y cuatro paracaidistas, de los que dos eran operadores de radio. Los soviéticos habían organizado previamente un “comité de bienvenida” con varios miembros del NKVD vestidos con uniformes germanos; la voz cantante la llevaría un alemán comunista, quien les invitó a reunirse con el general Scherhorn en su tienda. Los miembros del comando no sospecharon nada y cayeron directamente en la trampa.

Puestos en la tesitura de aceptar colaborar con sus captores o atenerse a las consecuencias, los operadores de radio optaron por salvar la vida. Así, se pusieron en contacto con el cuartel general alemán para comunicarles que habían llegado sin novedad y que se disponían a cumplir con su cometido. El propio Scherhorn fue obligado por los rusos a ponerse al aparato para agradecer a sus compatriotas el apoyo recibido.

El supuesto éxito de la misión animó a Skorzeny a seguir enviando hombres a la bolsa, para organizar la ruptura del cerco. En las semanas siguientes se mandaron tres equipos más, que fueron también atrapados y aceptaron igualmente colaborar en el engaño. Hubo también un equipo que fue lanzado por error fuera de la bolsa y acabó llegando a pie a la línea del frente, en Lituania, evitando a los soviéticos.



Por radio, Scherhorn tuvo que decir que romper el cerco desde dentro estaba condenado al fracaso, ya que tenían muchos heridos, lo que ralentizaría el avance hacia las líneas propias. Los alemanes decidieron entonces establecer un puente aéreo para evacuar a los heridos. Para no despertar sospechas, los soviéticos, por boca de Scherhorn, aceptaron la propuesta. Skorzeny llegó a mandar un ingeniero que se encargaría de improvisar una pista de aterrizaje y que decidió también colaborar tras ser capturado.

Así, en un vuelo nocturno, dos aviones de transporte se aproximaron a la pista iluminada pero, poco antes de aterrizar, salieron a su paso varios cazas rusos, constituidos también en “comité de bienvenida”. Los hombres del NKVD apagaron las luces para asegurarse de que los aviones germanos no intentarían tomar tierra. La misión había fracasado; desde el cerco se le dijo a Skorzeny que, como había podido comprobar, los soviéticos tenían el control del aire, lo que hacía imposible establecer ese puente aéreo.




Como demuestra este episodio, la inteligencia soviética parecía explorar los límites del magistral engaño que estaban llevando a cabo. Antes, incluso se había diseñado una audaz operación, consistente en la “deserción” de un coronel soviético, Ivan Fyodorov, ante las tropas de Scherhorn. De este modo, Fyodorov sería “rescatado” en un avión enviado por Skorzeny, pasando a trabajar como doble agente. Sin embargo, el plan fue considerado un riesgo innecesario que podía poner en peligro lo conseguido hasta ese momento.

Para facilitar la retirada de los hombres de Scherhorn, Skorzeny le dio instrucciones para que se dividieran en dos grupos. Uno tendría que dirigirse hacia el norte y otro hacia el sur, hasta llegar a las líneas germanas. Los comandos enviados anteriormente por Skorzeny se encargarían de abrir paso a la fuerza principal. Para ayudar a los que se dirigían hacia el sur, se lanzaron en paracaídas guías polacos dispuestos a colaborar con los alemanes, que serían también capturados por el NKVD en cuanto tomaron tierra.

Durante los meses siguientes, se enviaron regularmente aviones de transporte, hasta 39 en total, para hacer llegar a las tropas cercadas provisiones, munición, y 13 equipos de transmisión. Obviamente, todo ese material lanzado en paracaídas iba a parar directamente a manos soviéticas.



Curiosamente, los 22 hombres de Skorzeny capturados, junto a sus equipos de radio, comenzaron a dar algún problema logístico y de coordinación a los soviéticos, ya que tenían que mantener la ficción de que todos ellos seguían trabajando para poner a salvo a las fuerzas cercadas. Para seguir adelante con el engaño, se aumentó el tamaño de las instalaciones y se incrementó el número de agentes del NKVD destinados a la misión. Los alemanes siguieron sin sospechar nada.

A partir de enero de 1945, los suministros aéreos disminuyeron. Las líneas alemanas habían retrocedido demasiado y la Luftwaffe no disponía del combustible necesario para mantener esa línea de abastecimiento. Los soviéticos hicieron que el grupo de Scherhorn incrementase sus peticiones de ayuda para situar a los alemanes en el duro dilema de acudir a su rescate o abandonarlos definitivamente a su suerte.

El mando germano se mostró decidido a salvar a sus compatriotas cercados; Scherhorn propuso dirigir a sus hombres hasta un río letón que entonces estaba congelado, y en donde los aviones alemanes podrían aterrizar. El 20 de febrero, los alemanes decidieron llevar a cabo el plan. Sin embargo, las dificultades inherentes a la operación hicieron que fuera cancelada. En compensación, el 23 de marzo Sherhorn recibió un mensaje en el que se le comunicaba que había recibido la Cruz de Caballero, además del ascenso a coronel, en reconocimiento a la heroica resistencia que estaba llevando a cabo al frente de sus hombres.

Aunque resulte increíble, el engaño se mantendría hasta el último día de la guerra, el 8 de mayo de 1945, en el que se produjo la última comunicación entre el cuartel general alemán y el coronel Scherhorn.



Skorzeny, en sus memorias escritas en 1957, aseguraría que el temor a que todo fuera un engaño de los soviéticos siempre estuvo presente. Para detectarlo, según él, los operadores de radio enviados a la bolsa recibieron órdenes de incorporar una palabra clave en sus comunicaciones como prueba de que estaban hablando libremente, aunque esas instrucciones acabaron no sirviendo de nada, a la luz de los hechos.

A pesar del innegable éxito de la Operación Borozino, ninguno de los hombres del NKVD encargados de ella serían recompensados por su labor. Scherhorn permaneció como prisionero en la Unión Soviética hasta que fue liberado en 1950. A su regreso a Alemania declinó aceptar la condecoración que le había sido otorgada.


lunes, septiembre 19, 2016

YA SE PUEDE COMPRAR "¡JAPÓN GANÓ LA GUERRA! LA HISTORIA DE AUTOENGAÑO MÁS EXTRAORDINARIA DEL SIGLO XX"




Bien amigos, como sabéis, la fecha oficial de salida a la venta de mi vigesimoprimer libro es el lunes 26 de septiembre.

Sin embargo, a partir de hoy ya está a la venta en la web de la editorial que lo publica, Melusina.

AQUÍ tenéis el enlace.

La ventaja de comprarlo directamente a la editorial es que lo podéis recibir en casa sin gastos de envío y el trato es personalizado.

Si preferís comprarlo por Amazon, ya lo tienen AQUÍ en preventa. Y si os gusta más adquirirlo en las librerías tradicionales, esta semana se está distrubyendo y, como digo, la semana que viene lo tenéis ahí también.

Aunque supongo que ya lo habéis visto, aquí tenéis el booktrailer:






Y si queréis leer la introducción y las primeras páginas antes de decidiros, AQUÍ lo tenéis.

Por último, aquí os presento una de las fotos que se incluyen en el libro, tomada durante la entrevista que mantuve en Sao Paulo con el sobrino nieto de uno de los militares asesinados por el grupo terrorista del que hablo en el libro, el Shindo Renmei, y con la hija de uno de los colaboradores de este grupo, que ayudaba a ocultarlos de la policía.




Pues espero que os guste este libro que me ha hecho tanta ilusión escribir, ¡espero vuestras opiniones!


jueves, septiembre 15, 2016

MI ORDENADOR ME LO HA ARREGLADO UN RUMANO




Aunque aquí siempre hablamos de historia, no quiero dejar pasar por alto un episodio que, aunque sea muy menor y anecdótico, creo que es muy significativo de los cambios que se vienen produciendo y de lo que nos queda por ver.

Resulta que soy el feliz poseedor de un ordenador portátil Sony VAIO. Hace una semana se me averió; simplemente se me "murió", no arrancaba. Como aún le quedaba un mes de garantía, me puse en contacto por teléfono con Sony y me dijeron que un mensajero pasaría por mi casa a recogerlo para proceder a su reparación.

Como ya soy veterano, me imaginé que me quedaría un buen tiempo sin el ordenador, que luego me dirían que la avería no queda cubierta por la garantía, y que acabaría teniéndome que comprar uno nuevo.




Tal como me habían dicho, al día siguiente pasó un mensajero de la empresa TNT en un camión. Bajé a la calle con el portátil para que no tuviera que aparcar y subir. Se lo di, lo metió en una caja y me dijo:

- Pues nada, éste se va para Rumanía.

Yo pensé que era una broma, pero no, era verdad. El chaval le puso una etiqueta con una dirección de Rumanía.

Ahí ya me puse en lo peor, pensé que no iba a ver mi ordenador durante una buena temporada, si es que lo volvía a ver. Pero el mensajero me sorprendió de nuevo:

- Esta noche ya está allí, y en menos de cinco días ya lo tiene usted aquí, arreglado.

Pues sí, a Sony le sale más barato mandar mensajeros a recoger los ordenadores, transportarlos al aeropuerto, mandarlos en avión a Rumanía y devolverlos por la misma vía.

Luego averigüé que la empresa que se encarga de ello es una tal CORDON, que al parecer repara cacharros de toda Europa.

Un tanto escéptico, dejé mi ordenador en manos del animoso mensajero y me encomendé a San Esteban, un santo rumano.

Pues el chaval no se equivocaba. En cuatro días estaba de nuevo en mi casa y con el ordenador reparado y limpito, acompañado del correspondiente informe de intervención -firmado por un técnico llamado Graurd- , así como una carta en la que el director de atención al cliente de Sony me pedía disculpas. Teniendo en cuenta cómo suelen funcionar las cosas, me quedé gratamente sorprendido por la atención recibida y le mandé un mail reconociendo la espectacular eficacia del servicio.



Este episodio me hizo reflexionar sobre la realidad actual. La globalización ha llegado a tal punto que a una empresa le sale más barato mandar cada ordenador estropeado por avión a la otra punta de Europa que tener aquí a varios técnicos trabajando.

¿Eso es bueno o malo? Pues no lo sé. Para mí, como consumidor, supongo que sí, pero a un español que se dedique a eso seguro que no. Ahora me explico por qué las farolas están llenas de cartelitos de Reparo ordenadores a domicilio.

Afortunadamente, todavía no hay rumanos que se encarguen de escribir libros y artículos sobre la Segunda Guerra Mundial...

domingo, septiembre 11, 2016

YA HAY BOOKTRAILER DE "¡JAPÓN GANÓ LA GUERRA!"




Bien, amigos, aquí estamos, calentando motores para la aparición de mi vigésimoprimer libro, ¡JAPÓN GANÓ LA GUERRA! LA HISTORIA DE AUTOENGAÑO MÁS EXTRAORDINARIA DEL SIGLO XX (Melusina, 2016), que estará en las librerías dentro de dos semanas.

De momento, ya está en marcha su página en Facebook, en la que podéis seguir las novedades sobre la obra.

Y ahora podéis también ver el Booktrailer, es decir, un vídeo que sirve para que, invirtiendo tan sólo un minuto y medio de vuestra vida, tengáis una idea visual de lo que va el libro, sin tener que esforzaros en leer una sinopsis.

Aunque la realización de un vídeo de este tipo se encarga normalmente a un profesional (si hay algún autor que quiere contar con un buen booktrailer, conozco uno que le hará precio de amigo si va de mi parte), he preferido acudir a mi inagotable espíritu renacentista y encargarme yo mismo.

Como es un trabajo de bajo presupuesto, podríamos decir que es una producción indie.

El resultado es éste:





Como veis, hay algún salto brusco de montaje, pero no es un error sino un guiño al espectador, para rememorar aquellas pelis de cines de barrio en los setenta.

Por lo demás, espero que el vídeo despierte la curiosidad del lector por el contenido del libro, en la misma línea que la impactante portada, que parece que a la gente le está gustando bastante.

Si os ha gustado, no os olvidéis de darle al like. Considerad también la idea de suscribiros a mi canal, ¡Es la guerra!, ya que próximamente subiré algún vídeo que creo que os puede interesar.



AQUÍ tenéis un interesante artículo del Blog XX Siglos en el que se hace un repaso a las novedades que nos esperan este otoño en Historia, en el que no podía faltar mi libro.


Por último, en el número de septiembre de la revista LA AVENTURA DE LA HISTORIA podéis encontrar el artículo que escribí con el material obtenido en mi pasado viaje a Leipzig, Weimar y el campo de concentración de Buchenwald, dedicado a una siniestra figura a la que ya le dediqué una entrada en el blog, Martin Sommer:




Pues que tengáis un buen comienzo de semana, y no os estreséis mucho con la Vuelta al Cole...



martes, septiembre 06, 2016

EL LIBRO SOBRE LA GUERRA SECRETA QUE ESTÁBAMOS ESPERANDO




Bien, amigos, vamos con una breve reseña de un libro que me he leído este verano y que sólo puedo calificar de extraordinario.

Supongo que os pasa como a mí, que en el terreno de lo que se conoce como guerra secreta -la de los descifradores, espías, confidentes, saboteadores y tutti quanti- andáis un poco perdidos. Y no por falta de conocimientos; todos hemos leído bastante sobre la SOE, la OSS, el Abwehr, Bletchley Park, los Cinco de Cambridge... pero siempre textos parciales, que hablaban sólo de esos temas en concreto.

Faltaba, por tanto, una visión global, que pusiese en relación esos objetos de estudio y dejase claros los logros en ese ámbito de cada uno de los beligerantes. Algo sencillo, pero que yo, hasta ahora, no había encontrado.

Afortunadamente, el historiador británico Max Hastings ha acudido a nuestro rescate con esta obra sensacional, LA GUERRA SECRETA. ESPÍAS, CÓDIGOS Y GUERRILLAS 1939-1945, publicado por Crítica.

En ella, Hastings hace un repaso magistral por esta otra guerra, disputada entre sombras, señalando las dificultades para conocerla al detalle, debido a que mucha documentación permanece aun hoy clasificada.

El volumen tiene 696 páginas de texto, notas aparte. Aunque pueda parece muy extenso, la amplitud del tema a tratar hace que todavía pudiera ser mayor, así que hay que destacar el esfuerzo de condensación. Aun así, el autor proporciona muchos datos que, al menos en mi caso, desconocía.

Pero lo más destacable es esa visión de conjunto que, hasta ahora, no había visto, que permite valorar la importancia real que tuvo la guerra secreta, sin centrarse en las típicas historias de espías que todos conocemos de sobras: Cicerón, Garbo, Lucy, Sorge (en la foto)...

Cosas que me han sorprendido:

- La eficacia de los descodificadores alemanes hasta finales de 1942.

- El grado de infiltración de los espías prosoviéticos en Estados Unidos (en Gran Bretaña ya la conocía).

- La utilidad de fuentes "abiertas", como los periódicos, o las confidencias de diplomáticos, superior a los informes de los espías.

- El desperdicio soviético de sus fuentes en Alemania.

- La ingenuidad japonesa.

Aunque ya conocía el controvertido caso del doble agente "Max", con el que Stalin engañó a los alemanes chivándoles su ofensiva en Rzhev para facilitar el éxito de Urano en Stalingrado (a un coste de 70.000 soldados rusos), me ha parecido un tema muy interesante. Pero hay más informaciones que me han sorprendido también, y que me han hecho ver que era mucho lo que desconocía, lo cual es una sensación muy estimulante, como ya sabéis.



Por último, no se puede dejar de destacar el fino sentido del humor de Hastings, lo que, unido a su ágil prosa, hace que el libro no aburra en ningún momento.

Tan sólo hay que señalar algún despiste del traductor, como el de la página 51, en el que habla de que Leopold Trepper era hijo de "un tendero gallego"; evidentemente, el autor no se refería a la Galicia española, sino a la Galitzia que está a caballo de Polonia y Ucrania.

En suma, se trata de un libro muy completo, que proporciona horas de jugosa lectura, y además con un precio contenido siendo de tapa dura, por lo que tiene que estar sí o sí en vuestra biblioteca de la Segunda Guerra Mundial.