miércoles, junio 30, 2010

Aquellas resacas de Año Nuevo....

Bueno, pues vamos a poner alguna cosa de mi reciente viaje a Alemania. Como sabéis, desde Munich fui en tren a Garmisch-Partenkirchen, la localidad en la que se celebraron los Juegos Olímpicos de Invierno de 1936. Si recordáis, ya le dediqué varias entradas a estos Juegos, que podéis recuperar AQUÍ, así como uno de los capítulos de mi último libro, EL REICH DE LOS MIL AÑOS.

Pues bien, desde Munich quise hacer el recorrido que miles de muniqueses hicieron a diario durante los Juegos, desplazándome en tren al igual que ellos hasta Garmisch-Partenkirchen, un viaje que dura una hora y media. En este viaje se puede admirar el bello paisaje bávaro, incluido un lago con barquitos, todo muy bucólico.

Tuve la suerte de que ese día lució un radiante sol de montaña que hasta me hizo coger moreno y todo. Pues la verdad es que Garmisch-Partenkirchen es un pueblo muy bonito y cuidado. Todas las casas son del típico estilo bávaro, que me encanta; algún día me haré hacer una casa así. Aquí tenéis unas muestras:







En primer lugar fui al pabellón en el que se celebraron las competiciones de patinaje artístico, pero, además de que había sufrido bastantes modificaciones, estaba cerrado. Intenté colarme por alguna puerta trasera, pero no hubo manera. Luego busqué la pista adyacente en la que se disputaron las pruebas del patinaje de velocidad, pero en ese emplazamiento ahora hay un aparcamiento.





Después de recorrer todo el pueblo, en el que era día de mercado pero en plan pijo (la gente que vive en Garmisch-Partenkirchen es de pasta), me diríjí al plato fuerte, el OLIMPIA SKISTADION. Este estadio de esquí se construyó también expresamente para los Juegos y posee un estilo muy curioso, mezcla del monumentalismo que se puede apreciar en el área olímpica de Berlín con la proximidad y sencillez bávara, ya que la parte principal de la tribuna, desde la que Hitler seguía las pruebas, no es más que una casa levantada en ese estilo, que hoy acoge un hotel y un restaurante.

Aquí podéis ver el video que grabé en este espectacular recinto:



Pues ya habéis visto el trampolín en el que cada mañana de Año Nuevo se celebran los famosos saltos de esquí; en vivo impresiona, y tiene que ser una pasada ver a esos locos lanzándose rampa abajo... Pero, evidentemente, ese trampolín no es el mismo que se utilizó durante los Juegos, ya que éste es un auténtico prodigio de la ingeniería:



Pero para mí, la visión de esos saltos por la TV está indisolublemente unida a la sensación que produce una espesa y persistente resaca. Cuando tenía unos cuantos años menos, a esa hora del día de Año Nuevo, sobre la una del mediodía, me levantaba de la cama hecho polvo para tomarme una sopita y recuperarme de los devastadores efectos del champán barato y caliente bebido la noche anterior en la playa... y, claro está, en la tele, invariablemente, ponían los saltos de esquí desde Garmisch-Partenkirchen.

lunes, junio 28, 2010

Volví de Alemania



Bien, ya estoy por aquí de nuevo. Como sabéis, he tomado Munich como centro de operaciones, para ir desde allí a la localidad que deseaba ir para documentarme con vistas a mi próximo libro y de paso he ido también a Garmisch-Partenkirchen, en donde se celebraron los Juegos Olímpicos de Invierno de 1936.

Pues bien, he estado muy poco tiempo en Munich, pero ha sido suficiente para advertir que allí ya no quedan alemanes, aunque creo que me pareció ver un policía con pinta de alemán, o de austríaco al menos. Pues sí, todos los que residen allí evidencian un origen extraeuropeo, si consideramos también a los turcos dentro de esa categoría; es normal ver mujeres con el velo integral y algún señor que parece un extra de una peli de Lawrence de Arabia. Ya sé que habrá algún suspicaz que crea advertir un cariz xenófobo en este comentario, pero advierto que no es ésa mi intención, ya que para mí todos son hijos de Dios.

Otra cosa que me ha llamado la atención es que hay muchísimas bicicletas, y que la gente las deja tal cual en la calle, sin atar, mientras que entran en una tienda o a tomar un café. En cambio, aquí en España dejas la bici atada con la pitón a una farola y cuando sales te encuentras sólo el cuadro.

Pues nada, en Munich intenté ver los vestigios de la época nazi, pertrechado con una fantástica guía Past Finder y la verdad es que me llevé una pequeña decepción, quizás porque la he comparado con Berlín y Nuremberg, cuyas visitas me parecen absolutamente imprescindibles para hacerse una idea de lo que fue el Tercer Reich.

En este sentido Munich tiene bien poco que ver; la Hofbräuhaus, en donde se celebró la primera gran asamblea del NSDAP, en la que Hitler expuso el programa de los 25 puntos del partido, es ahora una especie de parque temático de la cerveza, con orquesta bávara, tienda de souvenirs y está hasta arriba de turistas. Otra célebre cervecería, la Bürgerbräukeller, desde la que Hitler inició su intentona golpista de 1923 y donde fue objeto de un atentado en 1939, fue demolida en 1979. En la Königsplatz tan sólo el edificio destinado a Hitler -en el que se firmó el Pacto de Munich-, hoy convertido en escuela de música, y otro edificio gemelo, la central administrativa del NSDAP, todavía perviven, pero los "Templos de Honor" fueron dinamitados por orden de Eisenhower...

Total que, aunque hay cosas para ver -como el campo de concentración de Dachau, que no pude ir por falta de tiempo-, éstas no alcanzan ni de lejos la espectacularidad de lo que se puede ver en Nuremberg. Así que Munich es ideal para irse allí de puente, pero no esperéis grandes emociones, si lo que buscáis es sumergiros en el pasado.

Pues visité la Hofbräuhaus y lo que queda en la Königsplatz, pero -imperdonable error- me había dejado la máquina de fotos en el Hotel. Luego, cuando recuperé la máquina, ya me dio pereza volver a los mismos sitios y preferí visitar los escenarios de los Juegos Olímpicos de 1972. Aún así, todavía me acerqué al centro para comprar el típico souvenir, así que hice la foto del Ayuntamiento, que es la que abre el post.

En las próximas entradas explicaré más cosas, y os pasaré los enlaces para ver algún video del viaje que he subido al Youtube, pero permitidme que os revele la sorpresa que me esperaba cuando llegué a casa, aun a riesgo de despertar vuestra más insana envidia; esta lata de anchoas de Santoña tamaño XXL -de las que el presidente de Cantabria le lleva a Zapatero- y estos sobaos que no se los salta un gitano, enviados por el amigo Javier.



A los sobaos ya les he hincado el diente esta mañana en el desayuno y están de miedo, y las anchoas igual las inauguro para celebrar el pase a Cuartos de la Selección, entremetiéndoles el jerez del amigo Mario...

¡Muchísimas gracias, Javier!, ¡y viva Cantabria!

lunes, junio 21, 2010

Vente a Alemania, Pepe



Bueno, chavales, me voy a Alemania. No, no es que vea que esto se va al guano y abandone el barco como las ratas, que el lunes que viene estoy de nuevo por aquí, aunque según las noticias que me lleguen igual me quedo...

Pues resulta que para documentarme para el libro que estoy ahora escribiendo necesito ir a una pequeña ciudad que está relativamente cerca de Munich, así que iré en avión hasta Munich y luego haré el resto del viaje en tren, que ya tengo los billetes comprados e impresos gracias a la fantástica web de los trenes germanos.

Si resuelvo pronto lo que me lleva hasta allí le dedicaré, si puedo, un día a Munich y, lo que es seguro, me acercaré a Garmisch Partenkirchen para ver las huellas de los Juegos Olímpicos de Invierno de 1936. Tengo pensado ir a Munich con más tiempo en otra ocasión para ver todo lo que hay allí en relación con el nazismo, incluido el campo de concentración de Dachau, y de paso echar un vistazo a la Villa Olímpica, para ver el edificio en el que se produjo el secuestro de los atletas israelíes y si me da el punto el Allianz Arena, que se ve que es espectacular, pero en esta ocasión creo que me tendré que conformar con una visita relámpago, o Blitztour...

Como creo que por allí iré pillando wi-fi en los hoteles, supongo que seguiremos en contacto, pero ya sabéis estas cosas como van. Así que, si no nos vemos, hasta el próximo lunes.

Posdata para los más jóvenes; el título es un guiño que hace referencia a una peli de Alfredo Landa de 1971, no viene mucho a cuento pero me hacía gracia ponerlo.

jueves, junio 17, 2010

Las penas con vino, son menos

Bueno, ayer fue sin duda un día nefasto. Para comenzar, a primera hora fui al banco a ingresar lo que me toca pagar este año de Hacienda... vamos, creo que las hordas de Gengis Khan eran menos confiscatorias que este gobierno. Luego, la reforma laboral por decretazo. Por la tarde, la derrota de España ante Suiza. Por la noche me puse a reservar billetes y hotel para un viajecito que hago la semana que viene y luego me di cuenta de que me había equivocado en las fechas del hotel... y para colmo no encontraba una guía que tenía en casa y que me es totalmente imprescindible para el viaje en cuestión.

Pero hoy parece que la suerte me sonríe. He podido arreglar lo del hotel y hace un rato ha venido un mensajero con este paquete procedente de Jerez:



Lo he abierto...



Y venían estas tres botellas de Jerez, un tipo de vino que me gusta mucho, sobre todo ahora en verano, fresquito:



Aquí, una de ellas, en detalle:



¿Y quién me las ha enviado? Pues quién va a ser, nuestro amigo Mario Tenorio, que es un hombre de palabra; me dijo que me mandaría unas botellas de vino y aquí están.

Pues me vienen de fábula; ya se sabe que las penas con vino son menos, así que con la que está cayendo en general, que hasta la selección se la ha pegado, nada mejor que pegarles un buen tiento para verlo todo de otra manera...

La primera caerá este fin de semana; me la llevaré a casa de mis padres y con unas gambas y una sepia a la plancha, allí venga pinpán, pinpán, estará de escándalo...

Mario: ¡¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!!

lunes, junio 14, 2010

Alucinando pepinillos



Bien, ahora que ya se me ha pasado un poco el subidón puedo relataros cómo fueron las dos sesiones de firmas en la Feria del Libro de Madrid. Lo primero, decir que me gustaría poseer una mayor riqueza de vocabulario para expresar toda mi gratitud por la hospitalidad y generosidad con la que me han acogido los madrileños, y eso que sabían que soy del Barça, si no, pues imagináos...

Pues, como os dije, firmé el sábado y el domingo. El sábado estuvo lloviznando, y aún así vino mucha gente; no paré de firmar y no sólo los libros que se podían comprar en la caseta, la de la editorial Nowtilus, sino también mi último título, el del Reich de los Mil Años, que iban a buscarlo a la caseta de La Esfera de los Libros. Hay que destacar a los venían cargados con una mochila llena de libros míos, para que se los firmase. Cuando acabé de firmar me sentía muy contento y satisfecho, pero entonces no era consciente de lo que me esperaba al día siguiente...

El domingo por la mañana llegué un cuarto de hora tarde a firmar (las fatales consecuencias de la noche madrileña) y, un tanto perjudicado y todo, me puse de inmediato a firmar, que ya tenía gente esperando.



Pero entonces fue cuando comencé a alucinar... Como hacía sol y todo invitaba a un paseo familiar, esa mañana los protagonistas fueron los niños... sí, sí, chavales de 12, 13 o 14 años se acercaban a la caseta de mano de sus padres para comprar alguno de mis libros. Flipé cuando se acerca un chaval que debía tener apenas 11 años y coge decidido el Todo lo que debe saber sobre la Primera Guerra Mundial; yo pensé que era el típico niño que viene a enredar... y no, se acerca su madre y me dice que ya se había leído el Todo lo que debe saber sobre la Segunda Guerra Mundial, y que quería ése.

Y luego vino otro chavalín y se coge el Enigmas y Misterios, y dos hermanos -chico y chica- que debían tener unos quince años -si llegaba- y me pidieron que les dedicase a los dos otro Enigmas y Misterios... También vino un chico de 18 años que, embargado por la emoción, me dijo que con 13 años se había leído Las 100 mejores anécdotas de la Segunda Guerra Mundial y desde entonces se había leído TODOS mis libros, que se los compraba en cuando salían... ante eso, sinceramente, no sabía ni qué decir.



Pero la palma se la llevó un tipo que iba pasando por las casetas en bici, con casco y todo, y el tío me ve, se para un momento y me dice desde lejos: "¡Jesús Hernández! Me leí el Norte contra Sur, ¡muy bueno!", y se va...

Curiosamente, vinieron bastantes que son seguidores habituales de este blog pero que nunca se han manifestado, permaneciendo emboscados cual sioux en la ruta Bozeman; ¡un saludo para ellos y a ver si se animan! Y a los habituales que vinísteis, muchas gracias por haber venido, de verdad.

También aluciné porque venía el típico señor distinguido del barrio de Salamanca diciendo que se ha leído mis libros, el chaval con camiseta negra en plan rollo alternativo diciendo lo mismo, una señora de unos sesenta años, o una parejita muy maja que debía tener ventipocos años diciendo que los dos me leían y que siempre tenían un libro mío en la mesita...



¡Buf! Cuando acabé de firmar el domingo al mediodía y me iba caminando a donde había quedado para ir de tapeo, sentía todo el peso de la responsabilidad que, sin querer, ellos me habían traspasado. Después de verlos cara a cara, me entró una especie de ataque de ansiedad, quizás por el miedo a decepcionarlos algún día con un libro que no esté a la altura. Os juro que tuve que respirar hondo porque sentía opresión en el pecho.

Es una tontería, pero me acordé entonces de la peli de Forrest Gump, cuando comienza a correr a través del país y la gente empieza a seguirle, sin que él haya hecho nada para eso. Y creo recordar que Forrest Gump pregunta a alguien que por qué le siguen y le dicen algo así como que "das esperanza a la gente".

Pues cuando firmé en Sant Jordi, eso me sirvió de chute de energía para seguir escribiendo, pero lo del domingo en Madrid creo que ha sido una sobredosis.

Pero no os preocupéis, que al final no me pasó nada, en cuanto me tomé la primera cerveza y le pegué el primer bocado a unos calamares y a un lacón con patatas que no se los saltaba un gitano, la opresión en el pecho desapareció como por ensalmo y el temor al fracaso desapareció rápidamente...

miércoles, junio 09, 2010

Firma de libros en Madrid



Bueno, disculpad que últimamente no se me vea mucho por aquí pero, como os dije, estoy sumergido en la escritura de mi próximo libro, al que le he imprimido un ritmo febril. Estoy escribiendo unos cuatro folios diarios, o hasta cinco, lo que es muchísimo, así que tengo que aprovechar este fértil rapto de inspiración...

Pues os confirmo lo que os anuncié. Este fin de semana estaré firmando en la FERIA DEL LIBRO DE MADRID, que se celebra en el parque del Retiro. Concretamente, estaré el sábado 12 y el domingo 13 de junio en la caseta de la editorial Nowtilus, la 115, de 12 a 14 horas, es decir, los dos días.

Los que vengáis podéis traer los libros míos que tengáis por ahí para que os eche una firmilla. Si no tenéis el TODO LO QUE DEBE SABER SOBRE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, el que considero a fecha de hoy mi mejor libro, tendréis allí a vuestra disposicíón la nueva edición, que acaban de sacarla en tapa blanda.

Aquí os podéis descargar un folleto en pdf con más información.

Eso sí, si queréis haceros allí con mi último libro, EL REICH DE LOS MIL AÑOS, no estará en la caseta de Nowtilus, ya que lo ha publicado La Esfera de los Libros; así que, si queréis que os lo firme, antes tendréis que pasaros por la caseta de La Esfera para comnprarlo allí.

Y nada, para los que sois del resto de España, pues a ver si algún día de éstos hago una gira "por provincias", como decían antes los actores de teatro, y nos vamos viendo las caras...

jueves, junio 03, 2010

Economistas apocalípticos



Bueno, me gustaría dedicar más tiempo a la redacción de esta entrada, pero como sabéis estoy liado con mi próximo libro y no puedo distraerme mucho si no quiero perder el ritmo.

Veréis; desde hace un tiempo, mi hermano me estaba calentando la cabeza con las catastrofistas predicciones de estos economistas apocalípticos que ahora están de moda. Yo no le hacía ningún caso, me parecía que eran unos listillos que querían aprovecharse del río revuelto; sin embargo, con los últimos e inquietantes datos económicos me he mirado las predicciones que hizo uno de ellos, concretamente el controvertido y políticamente incorrecto SANTIAGO NIÑO BECERRA -autor del libro EL CRASH DEL 2010, que va por la 16ª edición-, y el tío va acertando todo lo que dijo. Os aconsejo que lo busquéis por el Google y leáis sus artículos y entrevistas, o en el Youtube; se queda uno bastante acongojado. Otro de estos economistas del apocalipsis es MARC VIDAL, echadle un vistazo a su blog.

La verdad es que la cosa no pinta nada bien. Ahora en junio-julio hay que pagar todos los intereses de la deuda española y, sencillamente, no hay un duro en la caja. Aquí en Cataluña, la Generalitat ya ha dicho que no podrá pagar este mes a los hospitales concertados y le está resultando imposible colocar su deuda pública. Lo del recorte de sueldo a los funcionarios, algo impensable hace cuatro días, ya es una realidad, al igual que lo de las pensiones, las cajas insolventes, etc.

Niño Becerra dijo ayer en una entrevista en TV3 que el gran crack vendrá después del verano y que será similar a la Gran Depresión de los años 30, así que luego nadie diga que no se le avisó de lo que venía...

Me gustaría enrollarme más sobre esto, porque el asunto tiene tela, a ver si otro día que tenga más tiempo...