martes, agosto 31, 2010

Visita a Berchtesgaden (3ª Parte). El Berghof

Bueno, vamos con la tercera y última entrega del viaje a Berchtesgaden; la próxima será la dedicada a Braunau am Inn, el pueblo natal de Hitler.

No me extenderé mucho porque estoy bastante liado y tampoco tengo tiempo de poner fotos; aunque ya he enviado a la editorial el texto de mi próximo libro, ahora estoy mano a mano con el diseñador para crear una portada impactante y, a falta de pulir algunos detalles, os avanzo que será realmente espectacular. También tengo que enviar fotos y pies de foto, y algún fleco más, pero todo va sobre ruedas, a ver si para finales de octubre está ya en la calle.

Pues como os dije, para visitar Berchtesgaden es necesario establecer un operativo de cierta complejidad, no se puede ir a la brava. Ya dije que lo ideal es pernoctar en el Hotel Zum Tuerken, que está a unos cien metros del emplazamiento del Berghof, y desde allí ir explorando tranquilamente la zona.

En primer lugar, lo que me sorprendió muchísimo es que la situación del Berghof no era en absoluto privilegiada, como yo creía. Aunque había visto infinidad de mapas del área, no sabía que la casa de Hitler estaba por debajo del resto de edificaciones. Digamos que el Obersalzberg es una montaña con una especie de altiplano arriba; pues bien, las edificaciones de servicio, así como los chalets de Goering, Bormann y alguno más están arriba, mientras que la casa de Hitler se encuentra en la ladera. Incluso el Zum Tuerken está más alto. Claro, en los mapas no te das cuenta de la altura, así que yo estaba convencido que todos esos edificios estaban abajo y el Berghof arriba; estaba equivocado.

En una entrada anterior ya había un video en el que salía lo que queda del Berghof; tan sólo algunos restos de la mítica escalera, y los dos caminos que salían de la carretera, dirigiéndose uno al lateral de la casa y otro a la parte de delante, a donde llegaban los coches oficiales, es decir casi nada.

Lo que más me atraía era andar el camino que cada día, hiciera sol o nevase, recorrían Hitler y sus invitados después de comer, un paseo que conocéis de sobras los que habéis leído los numerosos libros que tratan de aquellas larguísimas, inacabables y estériles jornadas en el Berghof, para desesperación de Albert Speer... Después de comer, se ponían todos en camino y llegaban a la auténtica Teehaus o Casa de Té (nada que ver con el Nido del Aguila, también conocido erronéamente como Casa de Té de Hitler, lo que da lugar a confusiones). En esa Teehaus hacían la tertulia de sobremesa, durante la cual Hitler se echaba una siesta, y luego regresaban al Berghof.

Ahora es difícil andar ese camino, ya que tendréis que atravesar un campo de golf que han hecho justo en medio del trayecto. Además, de la auténtica Teehaus ya no queda nada de nada y es difícil encontrarla en el bosque; toda la información relativa a este pequeño pero relevante edificio lo podéis encontrar -tal como apuntaba Akeno- en la web The Third Reich in ruins.

Y es que el problema es ese; la falta de guías fiables. Lamentablemente, la Past Finder de Obersalzberg no está al nivel de las dedicadas a otros destinos (Berlín, Múnich o Núremberg), porque tiene muchas carencias. Las guías disponibles allí en español son bastante malas, no vale la pena comprarlas, y la única medio buena es una en inglés que se titula THE OBERSALZBERG AND THE THIRD REICH; todas ellas se pueden adquirir fácilmente en el pueblo de Berchtesgaden. Pero incluso ésta última tiene carencias, así que lo ideal es que recurráis igualmente a The Third Reich in ruins para cubrir los huecos dejados por las otras guías.

Total, que cuando vayáis allí haceros un plano con todo lo que hay que ver, porque hay mucho, aunque buena parte se encuentra oculto en el bosque e id explorando la zona. Hay kilómetros de búnkers de los que pueden verse algunas entradas y unos pequeños tramos son accesibles. No os perdáis la historia de la construcción de esos búnkers, que sale en la citada guía en inglés, tiene mucha gracia.

En Berchtesgaden pueblo también hay cositas para ver; para descubrirlas ya os sirve la guía Past Finder. Lo que pasa es que las cosas interesantes están a las afueras del pueblo y tendréis que irlas descubriendo una a una, como el chalet de Jodl o la estación de tren. El más curioso es el Albergue de Juventud, todavía en activo, y que se construyó entonces; es un típico chalet de estilo bávaro enorme, y su nombre era Albergue Adolf Hitler, pero ya no se llama así.

Pues eso, cuando vayáis planificad bien la visita y dedicadle tres días mínimo. Digamos que mi expedición se ha saldado con un éxito modesto (no me gusta la palabra fracaso), pero seguro que los que vayáis después de mí podréis exprimir mejor la visita si tenéis en cuenta mis consejos.

3 comentarios:

Mario Tenorio dijo...

ATENCIÓN:

¡¡¡Alemania invade Polonia!!!


Saludos desde el sur.

Jesús Hernández dijo...

Buena noticia; se confirma el éxito de ventas del libro de nuestro amigo Alvaro Lozano "La Alemania Nazi" (Editorial Marcial Pons); agotada la primera edición y ya están preparando la segunda.

Gándara dijo...

Yo en mi viaje por Berlín fui también con la Past Finder que compré allí (me acuerdo que por las noches en el Hostel me organizaba el viaje del día siguiente hasta alta hora de la noche) y hubo momentos que casi me volví loco con tanta organización y trabajo de investigación, el cuarto día decidí que me iba a dedicar a disfrutar más de la ciudad y organizarme menos porque iba casi desquiciado.

Por cierto. Estos días he estado por Santander y pasé una tarde visitando a mis sobrinos en Somo, donde según un iluminado dijo que Hitler había hecho escala con su submarino antes de escapar a Sudamérica y pasé por delante de donde estaba el antiguo Hotel donde pernoctó (ahora un bloque de edificios) Lo comento a modo de curiosidad, ni me digné a sacarle una foto

Joer Mario, 71 años ya... se dice pronto. Me acuerdo que el año pasado me puse el despertador a la hora exacta para "vivir el momento" y me acuerdo de ello como si fuera hace dos días, este año ha pasado volando para mí...