jueves, agosto 01, 2019

EL CURIOSO ORIGEN DE LAS CHUKKA BOOTS, BOTAS SAFARI O "PISAMIERDAS"




Bien, amigos, vamos con una entrada que os va a gustar, centrada en la curiosa historia de un objeto común, como es un prosaico par de botas.

Como sabéis, para conmemorar el 75 aniversario del Día D desembarqué en Omaha Beach. Pues bien, para no estropear con el agua salada y la arena mis botas réplica de las que usaban entonces los soldados norteamericanos, antes de ir decidí comprarme otras botas de inferior calidad, que no me importase que resultasen dañadas.

Así pues, adquirí en una alpargatería tradicional un par de las típicas botas safari, también conocidas popularmente como pisacacas o pisamierdas. Aunque luego investigué por qué se les llama por esos escatológicos epítetos, no hallé ninguna respuesta convincente.

Al ser de piel de ante o serraje, el aspecto inicial de las botas era muy bonito, pero tuve que pasarle bastante grasa de caballo (no hay que buscar mucho, la venden en el Mercadona) para impermeabilizarlas dentro de lo posible, así que su aspecto ha pasado a ser éste:




Como veis, aunque están nuevas, parece que ya hayan desembarcado no sólo en Normandía, sino también en Salerno, Anzio y Okinawa.

Pues, intuyendo que detrás de ese tipo de botas había una historia, me puse a investigar, y esto es lo que encontré.

La primera marca que vendió esas botas fue una muy conocida, Clarks. La primera vez que vieron la luz fue en la feria de calzado de Chicago en 1949. A partir de ahí, disfrutarían de un éxito que se prolonga hasta la actualidad.

Pero, ¿de dónde surgió la inspiración a Clarks?



Como podíais sospechar, la inspiración había surgido... durante la Segunda Guerra Mundial.

En 1941, Nathan Clark, bisnieto del fundador de la fábrica, James Clark, se alistó en el Ejército británico. El avispado joven aprovecharía su servicio para descubrir nuevos diseños de calzado. Así, mientras estaba destinado en Birmania, se fijó en que los oficiales, en su tiempo libre, usaban unas botas hasta el tobillo de color arena, con suela de goma, confeccionadas con piel fina pero resistente, por lo que eran cómodas y livianas.

Se trataba de las Chukka boots. Al parecer, ese nombre hace referencia a uno de los tiempos del juego del polo, aunque no está claro que relación tenían las botas con ese deporte, pero se les llamaba así.

Nathan Clark se enteró de que esas botas eran muy apreciadas en el escenario bélico de África del Norte, siendo utilizadas por los soldados en el desierto, quienes las preferían a las rígidas y pesadas botas que les suministraba el Ejército. Su fuente de aprovisionamiento eran las zapaterías artesanales del bazar Jan el-Jalili de El Cairo.




Y ¿de dónde habían obtenido la inspiración los zapateros cairotas para fabricar esas botas?

Pues de los soldados sudafricanos destinados también al Norte de África, quienes calzaban ese tipo de botas, que en su país son conocidas como Veldskoen (en afrikaans, vel es piel y skoen, zapato).

Esas botas fueron fabricadas por primera vez allí por la Compañía de las Indias Orientales en el siglo XVII para venderlas a los primeros colonos holandeses.

¿Y de dónde sacaron la inspiración?

Pues parece que ser que dos tribus locales, los bosquimanos y los hotentotes, se protegían los pies con un calzado parecido en sus paseos por el desierto del Kalahari para ver suricatas.

Supuestamente, los descendientes de los holandeses les copiaron la idea y, a partir de entonces, los Veldskoen pasaron a ser el calzado identitario de los bóers o afrikáners. Caminando con esas botas llevarían a cabo el mítico Gran Trek, o migración hacia el norte.




Así pues, si tenemos a nuestra disposición las botas safari es gracias a algún hotentote que un día se levantó inspirado y las ideó.

Entiendo el éxito de las Chukka boots porque realmente son muy ligeras y, aunque son de piel, resultan muy frescas. También, como no quedan cerradas del todo, el pie está ventilado, así que son todo comodidad.

Por último, ¿el precio? Pues apenas 30 euros, mucho menos que la mayoría de zapatillas deportivas de marca.

Así que si este verano queréis calzar unas botas con historia, ya sabéis...

4 comentarios:

Leon Davidovich dijo...

Estimado Jesús Hernández, en primer lugar felicitarte por tu Blog (ameno, interesante, curioso y siempre aprendo algo nuevo) y por tu obra escrita de la que me delaro "fan" incodicional. Al grano: Respecto al origen sudafricano de las Chukka Boots,creo que cometes un error de traducción (llámame pedante) pero que ratifica tu teoría. En afrikáans "veldskoen" está compuesto por "skoen" (zapato) y "VELD" (campo, campo abierto, inculto,) y no "vel" -("piel", más apropiado para piel con pelo "vel met hare") - tal y como tú dices. El resultado es "zapato de campo" (no "bota de campo", ya que ese calzadono tiene caña alta). Esto te da más, aún, la razón. Por cierto; el término "pisacacas" es un apelativo despectivo que empleaban en los años 80´los usuarios de los calzados "Dr. Martens" para referirse al resto de los calzados, a todos sin excepción, que no eran de su marca favorita.

Mario Tenorio dijo...

Hola Jesús:
Pues por Andalucía a este tipo de calzado se les llama "Guarras". Tengo que admitir que tengo un par de ellas en mi armario. Lo de "Pisamierdas" no va mal encaminado.
Saludos.

carlos peralta dijo...

A modo de colaborar, otra cosa ,si usas en el desierto o al sol las comunes botas de cuero tus pies ardeeeennnn, no asì al ser de piel pues el sol rebota en ellas, de ahì su importancia en Africa del Norte durante la IIGM.

Asì tambièn recuerden Desert Storm I no se si el Gral Schwarzkopf fue que pidiò el cambio de las botas US Army por aquellas desert boots que hoy casi todos los ejercitos de Occidente las usan, en mi paìs Paraguay, todo el ejercito las usa.

Carlos Perot

Jesús Hernández dijo...

Muchas gracias, Leon, Mario y Carlos por vuestros aportes, un saludo.