Al hablar sobre esta cole de cromos, me pregunté dónde nació mi afición por la historia militar. Retrocediendo en el tiempo, creo que todo viene de mi ilusión por los soldados de juguete que tenía entonces, que eran los típicos vaqueros e indios. Mis favoritos eran los soldados federales, con sus uniformes azul oscuro y sus pañuelos amarillos. Recuerdo que no había nada mejor que levantarse el día de Reyes y encontrar en el comedor el fuerte de Comansi. Creo que cada año caía, si no era el fuerte, pues la diligencia, o el campamento indio.
Yo pensaba que era el único que recordaba con gusto aquello, pero a raíz de mi busqueda de material sobre la cole de cromos, he visto que hay muchísima gente que busca soldados de entonces, de las marcas Reamsa, Jecsan o Comansi, que eran las mejores. Si miráis en ebay o en todocolección.com veréis que aquellos soldados están supercotizados, se pagan 20 euros por ellos. Lástima que mi madre tirase todas las cajas que tenía llenas de figuras, porque ahora tendría un pastón.
Pues siguiendo con esto, se ve que las figuras españolas de los 60 y 70 estan muy cotizadas también en el extranjero; allí admiran los indios y vaqueros de nuestra infancia y están superbuscados. Curioso, ¿no?
También he descubierto una web que narra la interesantísima historia de la fábrica Reamsa (para verla entrar aquí). En ella dice que corren rumores de que en Barcelona hay un almacén de juguetes cerrado desde hace treinta años porque se murió el juguetero, pero que su familia -que no es tonta y sabe el valor de lo que allí se guarda- no abre el almacén para especular, esperando que el tiempo siga revalorizando el precio que pueden alcanzar las cajas que hay allí sin abrir, con fuertes, diligencias y todo eso y, mientras tanto, los coleccionistas esperando a que esos tíos se decidan a abrir el almacén... es increíble.
Bueno, no sé si esto es un rollo, pero supongo que la peña de mi edad también tendrá buenos recuerdos de aquella época muy muy lejana. Mantengo la teoría de que nuestra afición por los soldados, las batallas, etc., no es más que una regresión freudiana a esa época en la que planeábamos grandes batallas en el comedor, siendo los sillones montañas escarpadas, la mesa una meseta, los cojines colinas, y se iban distribuyendo por esos accidentes geográficos los distintos campamentos. Lo malo era que, muchas veces, justo antes de comenzar la gran batalla era la hora de cenar y había que recoger, pero ya habíamos disfrutado de lo lindo. Quizás hoy, con nuestro interés por los temas militares, intentamos revivir todo aquello.
¿Alguien está de acuerdo o ya he dicho demasiadas tonterías por hoy?
3 comentarios:
Yo soy unos años (pocos) más joven que tú, Jesús, y sin embargo veo que por aquella ya lejana década de los setenta los juegos de los niños estaban bastante estandarizados.
En mi caso fueron los Clicks de Playmobil y los Airgamboys los muñecos que protagonizaban la mañana del día de Reyes. De los Clicks tuve (¡cómo no!) el barco pirata y el fuerte del oeste. De los airgamboys recuerdo especialmente un jeep con dos policías (no lo sabía entonces, pero hay que ver las vueltas que da la vida...).
Otro clásico de mi infancia fue el Tente. Un año que me debí portar estupendamente los Reyes me trajeron el portaaviones, que era enorme, aunque a lo mejor no lo era tanto y me lo parecía a mí porque era un mocoso. Lo monté y desmonté muchas veces y, creedme, recordando todo aquello se me está poniendo la "gallina de piel".
Sin embargo, los juguetes que recuerdo con más cariño fueron los los Geyperman. Todos los que tuve fueron soldados. Aunque no tuve muchos, las patrullas de reconocimiento, las infiltraciones y las emboscadas que monté en la alfombra del comedor fueron memorables. Los cascos, los uniformes, las botas , las armas... ¡eran geniales!
De más mayorcito me pasé a las maquetas e incluso me atreví con algún diorama, pero eso ya es otra historia.
Jesús, por favor, dosifica las raciones de nostalgia porque en los tiempos que corren, acordarse de épocas tan maravillosas tan a menudo puede llegar a ser perjudicial para la salud.
¡Saludos!
Ja, ja, Marcos, pues sí, yo tuve sólo un geyperman, el alemán, mientras mi hermano tenía el americano, pero era un poco difícil jugar con ellos, al ser de un tamaño grande. De madelmans no tengo recuerdo de haber tenido alguno. Los airgamboys sí que los pillé, pero los clicks ya fueron el campo de actuación de mi hermano pequeño (por cierto, el barco pirata aún anda por casa de mis padres, aunque un poco desguazado). Pero los muñecos articulados en general no eran muy operativos. Los mejores eran los soldados de Matchbox; tenía los alemanes normales, el afrika korps, americanos y japos. Con estos sí que se montaban batallas que eran una pasada. Y me ha pasado lo que dicen todos los que recuperan juguetes viejos; antes me parecían más grandes.
Pues tienes razón, Marcos, ¡ya vale de operación revival por hoy!
Hola Jesús, navegando por internet encontré tu blog donde recuerdas a los soldados Matchbox, afortunadamente todavía conservo todos los soldados (faltan algunos del afrika korps)de esta colección que llegaron a Chile (Afrika korps, Alemanes, Norteamericanos, Comandos británicos, Británicos y la 8va Armada)en la escala 1:32 los que conservo con mucho cariño ya que durante la década de setenta y parte de la década del ochenta me dieron muchos momentos de alegría los que guardo en mi memoria. Esta colección la logré gracias a mis padres y tíos quienes me regalaron estas cajas de soldados concientes de mi gusto por estos soldaditos en miniatura.
Saludos desde Chile.
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