martes, julio 14, 2009

Los planes de Churchill


Bueno, estoy pensando en adelantar las vacaciones del blog y chaparlo ya hasta septiembre. Mi hermano dice que ya no se pasa por aquí porque últimamente no estoy muy inspirado y cree que el blog ha perdido mucho; seguro que tiene razón, el calor reblandece las neuronas y uno pierde inspiración, pero bueno, intentaré retomar el vuelo al menos para cubrir con dignidad lo que queda de aquí a agosto, que será cuando colgaré el cartel de "cerrado por vacaciones".

Pues el domingo, en el suplemento Crónica del diario El Mundo salía un reportaje sobre Churchill, con algunas revelaciones que acaban de aparecer, extraidas de los archivos de Kew. Entre ellas salen un par de ideas que Churchill consideró seriamente llevar a cabo, como eran lanzar dardos envenenados sobre las tropas alemanas o atacar las ciudades japonesas con armas químicas.

La primera idea consistía en diseñar unos dardos envenenados para arrojar sobre las divisiones de la infantería alemana. Para fabricar las agujas, se ve que acudieron a las páginas amarillas porque hicieron el encargo a la SINGER, los de las máquinas de coser de toda la vida. Tenían que conseguir una aguja capaz de traspasar el uniforme de los soldados.

Parece ser, por los documentos ahora desclasificados, que probaron los dardos con ovejas y cabras, es de suponer que vestidas con el uniforme alemán. Se ve que el tema salió bien y que calcularon que los soldados la palmarían en menos de 50 segundos, pero no se atrevieron a usarlas en el campo de batalla por si los alemanes se cabreaban y comenzaban también tirar agujas sobre Londres, así que lo dejaron estar.

La otra idea era atacar las ciudades japonesas con fosgeno y gas mostaza. El documento abogaba por causar el mayor número de víctimas gaseando los barrios más poblados, y bajo un día soleado, porque se ve que así los gases actuaban mejor.

Pues estos planes tan simpáticos fueron impulsados por Churchill, pero al final no se pusieron en práctica. No sabemos si fue él el que los echó para atrás o sus colaboradores.

Y hablando de Churchill, ya sabéis que gustaba de hacer el signo V de la victoria:


Pues no sé si creéis en la reencarnación, pero todo apunta a que este bebé que precisamente nacerá en Inglaterra, por lo que se ve en la ecografía es claramente la reencarnación de Churchill. No se trata de ningún montaje, sino que esto es lo que realmente salió en la ecografía, aquí tenéis la noticia.


Pues ahora habrá que estar pendientes a ver si sale por hay una ecografía con un nene haciendo un saludo con el brazo extendido porque, si es así, fijo que de aquí a un tiempo la tenemos de nuevo liada.

Pues nada, espero que esta entrada al menos se merezca un aprobadillo...

14 comentarios:

Portish dijo...

Siempre ma han fascinado los planes y propuestas de los británicos durante la guerra.
Cada vez que se abre un archivo, o se desclasifica un documento, quedan enmarcados.
Seguro que daría para varios libros.
Y Churchill, personaje que me fascina desde siempre, tiene "matices y sombras (negras)" para parar un tren.
Saludos Jesús, y que no decaiga hasta agosto, que ayuda a llegar a vacaciones.

Myles dijo...

los hermanos (y la familia en general) son los críticos más exigentes, pero no es para tanto, de verdad.
un abrazo y felices vacaciones

Unknown dijo...

Y para que te despidas por todo lo alto, un meneo en portada para el caballero.

Asaru dijo...

Acabo de encontrar tu blog. Muy interesante todo lo que cuentas.

Un saludo!

Cerdo dijo...

¡Muy buen blog! Te seguiré leyendo tras tus vacaciones.

El gesto que hace Churchill en la primera imagen no es la "V" de la victoria, creo, sino "que te j*dan". Los soldados franceses cortaban los dedos de los arqueros ingleses [que caían prisioneros] para que no volvieran a combatir. Mostrar tus dos dedos sanos a una persona es mitad amenaza ("aún te puedo meter un flechazo") mitad burla ("ojalá te corten los dedos", "me alegro de que te los hayan cortado", etc).

Pedro dijo...

No viene a cuento, ¿pero la Louisiana que vendió Napoleón no era española?

En cualquier caso, estese usted tranquilo Don Jesús, que si se va de vacaciones estaremos por aquí esperándole y vigilando el fuerte.

Jesús Hernández dijo...

Hola, Cerdo (sin ánimo de ofender). Pues vas bien encaminado; perdón por la autocita, pero en mi libro "¡Es la guerra!" hablo de ello. En una nota a pie de página en el capítulo dedicado a la batalla de Azincourt (1415) digo:
"Como ejemplo del temor que despertaban los arqueros ingleses en el campo de batalla, los franceses adoptaron una salvaje costumbre; cuando un arquero era hecho prisionero, los franceses le amputaban los dedos índice y corazón de la mano derecha para que, en el caso de que fuera liberado, no pudiera volver nunca más a disparar un arco.
Esta práctica llevó a los ingleses a instaurar una tradición; cada vez que lograban derrotar a los franceses, los arqueros les mostraban claramente ambos dedos, como gesto de desafío".
Así que supongo que el origen de ese gesto quedó en la memoria de los británicos y probablemente el gesto de Churchill tenía también esa connotación desafiante.

lbo dijo...

Interesante estas iniciativas de Churchill, aunque ninguna tan alucinante como el proyecto Habbakuk, el portaviones de hielo, que también apadrinó Churchill.

Jesús Hernández dijo...

Por cierto Cerdo, llevado por la curiosidad por tu nick porcino he mirado en tu perfil y he entrado en tu blog.
Me he reído un montón con esta genial entrada, verdaderamente desternillante, a ver si te prodigas más.

Mario Tenorio dijo...

Buenas...
Me parece que al "digitus infamis" de mostrar el dedo corazón, se le atribuye el mismo origen que cuentas.
Incluso hay quien dice que proviene de la antigua Roma, y que servía para desviar el mal de ojo. En todo caso, anécdotas de Azincourt. Hay un libro interesante que conocerás seguramente: “Arqueros del Rey” Bernard Cornwell.
Otra cosa: las entradas no están flojas. Me parecen entretenidas y pedagógicas, pero casi todos tenemos hermanos duros en sus críticas.
Te deseo una buenas vacaciones.
Saludos desde el sur.

Strategos dijo...

Pedro, la Luisiana que vendió Napoleón era francesa, pero hacía muy pocos años que había sido española.

En esta entrada puedes ver cómo la Luisiana fue cedida a los españoles en 1762, como compensación tras la Guerra de los Siete años en la cual perdimos momentáneamente La Florida, que recuperamos 20 años después tras la Guerra de Independencia de Estados Unidos.

En 1801 España le vendió la Luisiana a Napoleón por el Tratado secreto de San Ildefonso, un asunto bastante lamentable provocado por el miedo que los Borbones españoles le tenían al Corso. Pero un año después las cosas se le pusieron tan mal a Napoleón en Haití, que no podía proteger esas tierras del continente y las vendió por 80 millones de francos (lo cual le vino muy bien para financiar sus guerras).

Por otra parte, Jesús, tómate unas vacaciones de la tecla (sé cuánto puede llegar a cansar) y vuelve fresco. A mí me encanta tu blog, hable o no de Hazañas Bélicas, ni yo soy capaz de mantener Manu Militari de forma constante pese a tener decenas de enlaces e historias que contar. Los que trabajamos dándole al teclado sabemos que hastía más de lo que parece cuando se convierte en rutina. Un abrazo y felices vacaciones. Nos leemos en septiembre.

Humberto dijo...

¡Pues que queréis que os diga!

A mí sí que me parecen interesantes todas las entradas del blog, así como las opiniones que dais...

Felices vacaciones y que cojáis todos fuerzas.

56522 dijo...

kurioso jej. Tenemos empresas aún vivas que sí fabricaron material bélico como Renault, Orbea, Ford, etc

halógeno sin par dijo...

El amigo churchill, salvador y adalid de la democracia, no tenia problema en usar armas químicas con los "salvajes" de las colonias, alla en sus buenos tiempos, antes de empezar la guerra. Esto entre otras lindezas. Menos mal que quedo del lado ganador y ahora podemos tomarnoslo a coña. Los japoneses, por suerte a por desgracia, no necesitaban de sus audaces ideas; el propio McNamara explica el mismo en "The Fog of War" como los yankees bombardearon con fosforo todas las poblaciones japonesas que tuvieron a bien.