jueves, septiembre 15, 2016

MI ORDENADOR ME LO HA ARREGLADO UN RUMANO




Aunque aquí siempre hablamos de historia, no quiero dejar pasar por alto un episodio que, aunque sea muy menor y anecdótico, creo que es muy significativo de los cambios que se vienen produciendo y de lo que nos queda por ver.

Resulta que soy el feliz poseedor de un ordenador portátil Sony VAIO. Hace una semana se me averió; simplemente se me "murió", no arrancaba. Como aún le quedaba un mes de garantía, me puse en contacto por teléfono con Sony y me dijeron que un mensajero pasaría por mi casa a recogerlo para proceder a su reparación.

Como ya soy veterano, me imaginé que me quedaría un buen tiempo sin el ordenador, que luego me dirían que la avería no queda cubierta por la garantía, y que acabaría teniéndome que comprar uno nuevo.




Tal como me habían dicho, al día siguiente pasó un mensajero de la empresa TNT en un camión. Bajé a la calle con el portátil para que no tuviera que aparcar y subir. Se lo di, lo metió en una caja y me dijo:

- Pues nada, éste se va para Rumanía.

Yo pensé que era una broma, pero no, era verdad. El chaval le puso una etiqueta con una dirección de Rumanía.

Ahí ya me puse en lo peor, pensé que no iba a ver mi ordenador durante una buena temporada, si es que lo volvía a ver. Pero el mensajero me sorprendió de nuevo:

- Esta noche ya está allí, y en menos de cinco días ya lo tiene usted aquí, arreglado.

Pues sí, a Sony le sale más barato mandar mensajeros a recoger los ordenadores, transportarlos al aeropuerto, mandarlos en avión a Rumanía y devolverlos por la misma vía.

Luego averigüé que la empresa que se encarga de ello es una tal CORDON, que al parecer repara cacharros de toda Europa.

Un tanto escéptico, dejé mi ordenador en manos del animoso mensajero y me encomendé a San Esteban, un santo rumano.

Pues el chaval no se equivocaba. En cuatro días estaba de nuevo en mi casa y con el ordenador reparado y limpito, acompañado del correspondiente informe de intervención -firmado por un técnico llamado Graurd- , así como una carta en la que el director de atención al cliente de Sony me pedía disculpas. Teniendo en cuenta cómo suelen funcionar las cosas, me quedé gratamente sorprendido por la atención recibida y le mandé un mail reconociendo la espectacular eficacia del servicio.



Este episodio me hizo reflexionar sobre la realidad actual. La globalización ha llegado a tal punto que a una empresa le sale más barato mandar cada ordenador estropeado por avión a la otra punta de Europa que tener aquí a varios técnicos trabajando.

¿Eso es bueno o malo? Pues no lo sé. Para mí, como consumidor, supongo que sí, pero a un español que se dedique a eso seguro que no. Ahora me explico por qué las farolas están llenas de cartelitos de Reparo ordenadores a domicilio.

Afortunadamente, todavía no hay rumanos que se encarguen de escribir libros y artículos sobre la Segunda Guerra Mundial...

2 comentarios:

David Martín dijo...

Hola Jesús. Interesante tu artículo off-topic, por la parte que me toca.

Soy técnico de sistemas, arreglo ordenadores y doy mantenimiento de CUALQUIER cosa que tenga luces y/o botones (o así lo consideran mis jefes y usuarios).

Por suerte o por desgracia tengo trabajo fijo en una agencia de publicidad, hasta que ellos quieran claro y conociendo el mercado, lo más probable es que tenga que dedicarme en el futuro a cualquier cosa menos a la "informática". Al menos viviendo en España.

Así están las cosas, así nos las hemos guisado, así nos las comemos.

Siempre leyéndote. Un abrazo.

isra dijo...

Oferta y demanda...aunque al final es una lotería, tanto si lo mandas por esos cauces como si los haces por los lógicos del servicio técnico.

Yo soy diseñador gráfico/web, imagínate cómo está el patio, por todas partes te ofrecen diseños gratuitos de web, alojamientos gratuitos, etc...por no hablar de que todos tiene algún familiar que con el word te apaña un folleto, un flyer o una carta de restaurante. Menos mal que todavía queda gente (y mucha) que opta por la calidad y la personalización que si no íbamos apañados (igual queda una tarjeta de las que te hacen las máquinas del metro que un diseño profesional y personalizado en papel de 600 gramos con bajorrelieve y borde de color)

Lo que no falla es ser bueno en lo tuyo, que el boca a boca hace el resto...como nosotros, jajajajajajaja.