viernes, febrero 05, 2016

CUANDO MÁS DE SEIS MIL PERROS SE QUEDARON EN EL PARO





Bien, amigos, como estáis viendo, ahora mismo mi interés se centra en la historia del Muro de Berlín y la Alemania Oriental, especialmente la policía política del régimen, la Stasi. La razón es que la semana que viene me marcho a Berlín para escribir un reportaje que publicaré en una conocida revista de historia.

De todos modos, el resultado de mis andanzas lo podréis ver también aquí en el blog. Yo, de vosotros, no me lo perdería.

Buscando información, estoy encontrando alguna historia curiosa, como ésta que os relato hoy.

La caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989, supuso un estallido generalizado de alegría en las dos alemanias. Pero hubo algunos para quienes ese cambio supuso un golpe traumático. Los que disfrutaban de una posición de privilegio en Alemania Oriental se vieron, de la noche a la mañana, obligados a buscarse la vida. Hemos visto ejemplos en la ficción; en la excelente película LA VIDA DE LOS OTROS el agente de la Stasi tiene que trabajar de cartero, o en GOOD BYE, LENIN! un famoso cosmonauta está al volante de un taxi.

Pero hubo otros integrantes del régimen que tuvieron más difícil reinventarse; los más de seis mil perros guardianes -en su mayoría pastores alemanes- que servían en el Muro de Berlín (unos seiscientos) y en la frontera interalemana.




Los perros estaban atados a una cadena de cinco metros, que se desplazaba por un cable de acero de cien metros, dispuesto longitudinalmente a lo largo del muro. De este modo se cubría una parte determinada de terreno, hasta un límite a partir del cual patrullaba otro perro. La medida de las cadenas impedía que los perros pudieran entrar en contacto físico.

La vida de estos canes era dura, ya que tenían que soportar las bajas temperaturas de las noches invernales, y prácticamente no tenían contacto con otros perros o con personas. Se les alimentaba sólo cada dos días, y con bajas raciones, para azuzar su agresividad. Algunos acababan estrangulándose con la propia cadena, al no haber supervisión humana.




Esas penosas condiciones les llevaban a algunos animales a enloquecer, lo que se dio en llamar el "síndrome del muro". Cuando un perro dejaba de servir para la labor de vigilancia, era sacrificado.

Cuando cayó el Muro, nadie reparó en la suerte que le esperaba a aquellos perros. Se cree que unos dos mil fueron sacrificados. La Asociación Alemana para la Protección de los Animales hizo lo posible para buscarles un futuro, recogiendo los restantes y tratando de corregir su comportamiento agresivo con un nuevo adiestramiento.

El resultado fue que mil quinientos encontraron trabajo como perros guardianes en casas particulares. Probablemente, los más afortunados serían estos dos pastores alemanes, Juro y Betty, que fueron adoptados por una familia alemana de Mallorca.




Los perros restantes, unos dos mil quinientos, languidecieron en los refugios de la asociación, sin esperanza de ser adoptados. Los esfuerzos de la asociación chocaron con los prejuicios que gravitaban sobre estos animales, presentados por los medios de comunicación como bestias sedientas de sangre. Sus años de servicio en el Muro fueron una mancha indeleble en su currículum que les impidió reintegrarse a la sociedad.

(Edito) Si os ha interesado el tema, os recomiendo este video en alemán, con subtítulos en inglés, en el que aparecen personas que adoptaron estos perros.





Es curioso que, tal como explican, durante varios meses resultaba imposible interactuar con ellos, y que incluso no sabían jugar a aquello típico de lanzar una pelota y esperar que la traiga...

Pero, afortunadamente, al final lograron adaptarse a su nueva vida, o al menos en los casos que ahí se relatan.


4 comentarios:

Alberto Boo dijo...

Por otro lado la desaparecida frontera se ha convertido en un autentico corredor verde.

javier dijo...

Hola, Jesús.

Sigo con frecuencia tu blog, que me parece interesante, curioso y bien documentado. Además, tengo en casa 5 libros tuyos, que devoré con avidez, y no descarto ir comprando alguno más, ahora que los estás reeditando (por fin).

Más que por la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, mi interés siempre se ha centrado en las fronteras, y, en concreto, en la madre de todas ellas, el Muro. Tengo la suerte de ser bilingüe en inglés, y eso me hace tener acceso a muchas más fuentes que las que solo están en español. Pero, aparte del documental que hicieron en Alemania para el 25 aniversario (y que no ha sido traducido), no he encontrado muchos trabajos que se centren en lo que pasó el 9 de noviembre de 1989 ANTES de que la gente se echara a la calle. Es decir, por qué Schabowsky cometió semejante pifia, que fue la que propició la caída del Muro. Muy pocos han reparado en el detalle de que fue cómo lo dijo, y no lo que dijo, lo que cambió todo. El muro no iba a caer, pero lo que anunció fue fruto de una concatenación de errores, no sólo el famoso "inmediatamente". Pocos han mencionado que no se quería permitir el libre tránsito de alemanes del este hacia Berlín Oeste, sino que había que pedir un visado previamente para regular el tráfico de personas. Los pocos detalles sobre la famosa rueda de prensa se centra en que el error estuvo en que Schabowski anunció que la medida se ponía en marcha ya mismo, en lugar de a las 5 a.m. del día siguiente. No fue así solamente: había que pedir un visado, eso fue lo que se acordó en el Politburó aquella tarde; pero eso se ignora.

Aportar tu visión sobre el tema estaría muuuuuyyyy bien.

Jesús Hernández dijo...

Hola, Javier;

Gracias por seguir mi trabajo.

He recuperado una entrevista que leí en El Mundo al famoso periodista italiano que formuló la pregunta que "derribó" el muro, Riccardo Ehrman.

La podéis leer AQUÍ.

La verdad es que tengo mis dudas de que el gobierno de la DDR fuera a permitir el paso de la gente al día siguiente, o lo hubiera anunciado directamente en la rueda de prensa, en vez de esperar a la rueda de preguntas ¿no?






javier dijo...

Efectivamente, Jesús.

Fue el hecho de que Schabowski no asistió a las reuniones donde se modificó (ligeramente) la ley de viajes para los alemanes del este lo que propició que le pasasen una nota escueta y garrapateada que se equivocó al leer. La intención no era dejar pasar a todo el mundo, sino que los habitantes del este pudieran pedir un visado sin especificar para qué querían viajar. Pero la intención seguía siendo que todos estuvieran bien controlados y monitorizados.

Al decir que se podía viajar "sin visado y por cualquier motivo" y además "inmediatamente", Schabowski literalmente metió la pata hasta el corvejón, propiciando que todo el mundo pensara que la política migratoria había cambiado radicalmente, cuando en realidad le habían dado un pequeño retoque.

Aquí se dan algunas pistas al respecto (en inglés)

https://www.youtube.com/watch?v=DTBnOoBEJP0