lunes, febrero 01, 2016

LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL TAMBIÉN LLEGÓ A MATARÓ






Comenzamos nueva semana con un episodio de la Segunda Guerra Mundial que tuvo lugar en nuestro país.

Un buen amigo, conocido en el mundillo del coleccionismo militar como Jaime USAAF, me ha hecho llegar una historia que ha publicado en un foro, pero que, por su interés, quiero que vosotros también podáis conocerla.

En 2007, Jaime encontró en una revista un artículo sobre un bombardero que se estrelló frente a la costa de Mataró (Barcelona). Como él reside en una población cercana, le llamó mucho la atención e investigó la noticia. Finalmente, consiguió localizar las tumbas de su tripulación.

A continuación transcribo su trabajo, que él tituló El último vuelo del capitán MacDonald, que me he permitido resumir y adaptarlo al formato del blog.




La madrugada del 29 de marzo de 1944, en la base de Ghisonaccia (Córcega), tres aviones del 14º Escuadrón de la RAF, que operaban con el bimotor americano B-26 Marauder, recibían las ultimas instrucciones de vuelo. La misión del día era localizar unos barcos que, según la inteligencia británica, transportaban wolframio -un valioso mineral para la industria armamentística- desde España a la Alemania nazi.

En 1943, los Aliados impedían las salidas de los barcos cargados de wolframio de los puertos cantábricos, lo que obligó a los nazis a buscar nuevas rutas. Un año más tarde, los servicios de inteligencia sospechaban que los puertos utilizados para el tráfico podrían ser catalanes. Pero no sabían cuáles y por ese motivo tuvieron que desplegar numerosos aviones y submarinos de reconocimiento por la zona, desde bases en el norte de África, Córcega, Cerdeña y Sicilia.

Estas misiones eran arriesgadas, al tratarse de vuelos de baja altura durante muchas horas y porque los barcos que transportaban el wolframio solían ir equipados con cañones y ametralladoras antiaéreas.





Avión desaparecido



El primer avión en despegar ese día fue el Z-for-Zebra y luego el A-for-Able. Finalmente, el T-for-Tara, con el capitán MacDonald al mando, despegó a las 7.50 h en dirección a su área de patrulla. Alrededor de las 10.30 h, el Marauder planeó por la costa tarraconense rumbo al puerto de Barcelona. Los aparatos británicos no podían sobrevolar las aguas territoriales españolas, pero MacDonald, como muchos otros pilotos, no respetaba esa norma.




A las 10.55 h el Marauder sobrevoló el puerto barcelonés para fotografiarlo y controlar los barcos que allí había. Después se dirigió hacia Mataró, en aquella época una pequeña ciudad llena de talleres textiles que los ingleses conocían como “el Manchester de España”.

A las 11.20 h divisó un pequeño barco que navegaba muy cerca de la costa y el teniente tomó la fatídica decisión de ir a echar un vistazo.

El Marauder hizo dos pasadas sobre el barco antes de precipitarse violentamente contra el mar. Todo duró menos de cinco minutos; los tripulantes no tuvieron ni tiempo de enviar un mensaje a la base.

Unos cuantos pescadores, que presenciaron toda la acción desde la playa, salieron con las barcas Jerónimo y Pepito para intentar socorrer a los posibles supervivientes. Eran Manel León, Jacint Castellà, Pere Mora, Bernat Fàbregas, Salvador Cabot y Guillem Guardiola.

Algunos creían haber oído disparos; otros estaban convencidos que la catástrofe se había producido por un error del piloto, que volaba demasiado bajo. Pero cuando llegaron al lugar de los hechos, el motor estaba en llamas y sólo pudieron recuperar cinco de los seis cuerpos. Aún se encontraban atados a los asientos. Uno de los cuerpos tenía un reloj parado a las 11:30 horas.

Quien no se paró a socorrer a los tripulantes fue el barco mercante, que continuó su viaje.


¿Quiénes eran los tripulantes?


El avión era americano, luchaba bajo bandera inglesa y los tripulantes eran australianos.




Además del teniente William Bill C. MacDonald (número 2 en la foto), a bordo iba el navegante Charles M Peedom (1), el segundo piloto John W. Lewis (3), el artillero de la torreta superior Frank R. Lamond (4), el artillero de cola Michael Tom Woods (5) y el operador de radio Ron Lanham (6).

El único del que no se pudo rescatar el cuerpo fue el del artillero Lamond. Los demás descansan en el cementerio de Mataró. Los cinco nichos donde se enterraron pasaron a ser propiedad del ejercito británico en 1947.












Como podéis ver, después de tantos años, todavía se siguen depositando flores en sus tumbas.


El misterio continúa


Este episodio quedó en el olvido hasta que en junio de 1994, unos buceadores encontraron casualmente los restos del B-26 Marauder, y se volvió a hablar de ello. En 1996, Peter S. Dawson, residente en Escocia, publicó un anuncio en la sección de cartas al director de un periódico de la zona preguntando si quedaba algún testigo de aquel acontecimiento. Dawson era amigo de uno de los tripulantes del avión, y durante su vida nunca olvidó aquel suceso. Gracias a sus investigaciones se conocieron los detalles aquí expuestos.

La ubicación exacta de este pecio es sólo conocida por el reducido grupo de buceadores que lo encontró. El debate de si se ha de revelar o no dicha ubicación sigue abierto. Hasta hoy ha imperado el criterio de que es mejor que permanezca en secreto, para evitar el expolio de los restos. Así pues, la tumba de Lamond seguirá gozando de la casi total tranquilidad que ha tenido durante las últimas siete décadas.

Mientras tanto, sigue el misterio sobre lo que ocurrió aquella mañana de marzo. ¿El avión sufrió un accidente? ¿Fue derribado por fuego antiaéreo procedente del Romain?

Al parecer, la cola se encuentra a distancia del resto del fuselaje, lo que lleva a pensar que quizás resultó destruido en pleno vuelo, pero sólo un examen de los restos podría servir para extraer las conclusiones definitivas.

Hasta que llegue ese día, el misterio del Marauder que se estrelló en aguas de Mataró continuará sin resolver.



4 comentarios:

lbo dijo...

Interesante historia que desconocía.
Sin embargo creo hay una errata donde se dice que la base de Ghisonaccia de la que salió el Marauder estaba en Cerdeña. En realidad está en Córcega. Ahora bien, es posible salieran de Cerdeña, donde había varias bases de la RAF; y no de Córcega, donde no hubo aeródromos británicos.

Jesús Hernández dijo...

Muchas gracias, Ibo, por el apunte.
He mirado ahora de determinar el punto de partida y otra fuente asegura que fue de la base de Blida en Argelia...
De momento, corrijo lo de Cerdeña, pero queda ahí la duda.

Mario Tenorio dijo...

Estas pequeñas o no tan pequeñas historias son las que hacen aún más interesante la SGM. Aunque he encontrado una cosa que se te ha pasado... Manchester...Guardiola, ¡es algo de plena actualidad!
Ahora en serio, fantástica historia. Muy buen detalle lo de las fotos de los fallecidos recuperados del mar.

Saludos desde el sur.

Unknown dijo...

Hola, muchas gracias por tu buena nota. Conocer estos detalles, de actos comunes son los que hacen a la historia real de aquellos acontecimientos. Me has dejado en duda sobre el barco que sobrevolaron, por ahi, acotas el nombre, pero no sabemos que transportaba para saber si de alli dispararon o fue un mero accidente, Gracias y aqui fiel siguientode siempre, en la conflagracion mundial.