martes, octubre 07, 2014
PARA PERDER PESO, NO HAGAS DIETA
Estoy preparando una entrevista con el autor de un libro sobre el Tercer Reich y estoy tratando de conseguir una especie de exclusiva que sé que os encantaría, aunque va a estar bien difícil... pero para hacer tiempo antes de que publique estos interesantes contenidos, vamos con una entrada de perfil bajo, pero que quizás a alguno de vosotros le puede ser de utilidad.
Si recordáis, en febrero de este año subí una entrada que titulé pretenciosamente LA DIETA HERNÁNDEZ, y que os aconsejo que volváis a leer si, como yo, os gusta el tema de la dietética, lo que me ha llevado a ir leyendo las novedades que van surgiendo sobre este campo.
Ahora he visto que se publica en España un libro que ya leí en inglés, que tiene el lacónico titulo de LAS 100, de Jorge Cruise.
En este libro se sigue la línea que, sin duda, es la acertada para perder peso. Seguro que algunos tenéis entendido que, para adelgazar, es necesario contar calorías, o no comer grasas, o hacer más ejercicio... Pues nada de eso es cierto o, al menos, no resulta efectivo. También hice en su día la famosa DIETA DUKAN, que desaconsejo por los efectos secundarios que provoca.
Al final, llegué a una conclusión; lo mejor para perder peso es NO HACER DIETA.
Sí, habéis leído bien. Yo creo que el concepto de dieta está ligado por fuerza al de frustración, y en muchos casos, a fracaso.
Lo que hay que hacer es CAMBIAR NUESTRA ALIMENTACIÓN, basándonos en el concepto fundamental, que ya señalé en aquel post: el gran enemigo es el azúcar.
No voy a repetir lo que ya dije entonces, pero si mantienes a raya a ese enemigo que, no lo olvidemos, se encuentra en gran cantidad en el pan, las patatas o el arroz, y ya no digamos en los refrescos, los postres lácteos o la bollería, habremos dado el paso definitivo hacia el peso ideal. Si tenemos eso presente, por instinto acabaremos rechazando todo lo que tiene azúcar, el cuerpo se acostumbra a ello y no tendremos ya la sensación de estar haciendo ninguna dieta.
Ese es el principio de lo explicado en LOS 100, aunque un poco más sistematizado. La novedad de este libro es que uno tiene que confeccionarse su dieta diaria en razón de las "calorías de azúcar" que contienen los alimentos, y que varía de las calorías normales. Ahí te dicen como calcularla de forma muy sencilla, pero con lo que uno se tiene que quedar es que las proteinas y las grasas -sí, las grasas- no engordan; lo que engorda es el azúcar, por lo que tendremos que escoger los alimentos que no tienen o tienen muy poco.
De todos modos, no sé cómo habrán adaptado el libro de Cruise, al ser éste muy "americano"; son continuas las referencias a productos que sólo se consumen allí.
Si queréis comprar un libro para comenzar a comer bien, os aconsejo mejor el de LA DIETA DE LOS 31 DÍAS, ya que su autora es una dietista portuguesa y, por tanto, su dieta se adapta mejor a nuestra cultura mediterránea.
Yo, después de ver la luz, me horrorizo, por ejemplo, cuando veo que alguien se zampa un bocadillo, algo que yo hacía antes a menudo. Desde esta nueva visión, hacer eso, y más aún si es a última hora del día, es una auténtica barbaridad. En vez de un bocata, por ejemplo, podemos comer jamón en dulce y queso, acompañados de pan de centeno tipo Wasa (en el Lidl hay de su marca propia, más barato e igual de bueno).
También me espanta ver que alguien se toma una Coca-Cola, o por ejemplo una tónica; el otro día, estaba tomando algo con los amigos y, dándoles la paliza con esto, como suelo hacer, hice la prueba de ver el contenido en azúcar de la tónica que se estaba tomando uno de ellos. Para sorpresa de todos, el botellín tenía 24 gramos de azúcar, es decir, tres sobres grandes de azúcar de los que se echan al café con leche. Así que esa inocente tónica era una bomba calórica dispuesta a convertirse en grasa en el michelín de mi confiado amigo.
Por mi parte, he seguido comiendo según esos principios, y nunca he sentido hambre. Incluso me permito comer pan integral con aceite por la mañana y una vez a la semana una pizza, o meterme una paella, y no subo de peso. Por cierto, cuando subí el post pesaba 80 kilos, pero me puse como meta en verano bajar a 70, lo cual conseguí en agosto y me sigo manteniendo sin sentirme para nada que estoy a dieta.
Os muestro unas fotos en plan antes y después, como en el teletienda.
Aquí estoy hace tres años, posando ante lo que queda del puente de Remagen.
Y aquí, en una foto tomada este verano.
Pues, como caprichito, ahora he encontrado unas especialidades de chocolate sin azúcar de la casa Valor que están buenísimas. No olvidemos que en el chocolate normal la mitad -sí, la mitad- es azúcar.
Por último, si estáis contentos con vuestro peso, seguid así. Pero si creéis que os sobra algo, o bastante, no dudéis en dar el paso y convertíos.
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4 comentarios:
Enhorabuena por todo Jesus. Me alegro mucho. Se te ve feliz. Saludos!
LLevo la mitad de mi vida yendo al gimnasio, y al final uno termina aprendiendo de sus errores. Yo siempre he estado a dieta, entendiéndola como un régimen de comidas que buscan un objetivo, y la gente inmediatamente te decía "pero si no estás gordo", y tú tenías que explicar que la dieta era para subir peso (masa muscular), todo el mundo asocia la dieta a perder paseo y pasar hambre.
Lo único que no engorda es lo que no te comes, y es tan sencillo como conseguir un déficit calórico, calculas tu IMB (índice de metabolismo basal) y a partir de ahí organizas tus comidas, el día que comas un poco más haces algo más de ejercicio y ya está. Es pesado pero todos los alimentos traen su información nutricional así que con una calculadora no necesitas más.
Cuando llevas tiempo con la dieta es bueno y hasta recomendable darte un homenaje que asuste al cuerpo (que tarda poco en acostumbrarse a lo que le das), recuerdo que cuando llevaba dieta estricta y me dedicaba el domingo a comer pizzas de 37 quesos, cornetes de 12 chocolates y me merendaba una caja entera de surtido cuétara, la semana siguiente marcaba más que nunca los abdominales, increíble pero cierto.
Lo más importante (siempre y cuando no tengamos un defecto grave en la vista) más que la báscula es el espejo.
Perdón por la charla, pero cuando oigo hablar de todo tipo de dietas de moda me subo por las paredes.
Gracias, Nacho!
Muchas gracias por tu interesante aportación, Isra.
De todos modos, Isra,aunque está claro que controlas el tema mejor que yo, creo que lo del déficit calórico sería objeto de debate; yo también voy haciendo "prueba-error", y la verdad es que no he visto que el ejercicio influya de forma decisiva en la pérdida de peso, al contrario de lo que puede parecer. Si por algún motivo he estado dos semanas sin hacer nada de ejercicio, no he llegado a engordar nada, y al contrario, me he podido matar haciendo ejercicio y la pérdida de peso ha sido mínima, quizás porque entonces el cuerpo aprovecha más los nutrientes.
Esta impresión mía la corrobora plenamente Jorge Cruise en su libro, así que lo de hacer mucho ejercicio para adelgazar creo que es una estrategia incorrecta.
Pero bueno, una de las cosas que hace interesante este campo es que no hay verdades absolutas, y lo que a uno le funciona puede que a otro no, y al revés; lo mejor es que cada uno vaya haciendo sus pruebas ya acabe haciendo lo que le demande su cuerpo, que es a quien hay que escuchar.
Efectivamente, esa es la clave, escuchar al cuerpo, si te dice que pares paras, es cierto que hablo desde un punto de vista muy personal y que dos personas no responden igual a la misma dieta ni al mismo ejercicio... pero yo estoy mu loco, me voy al gimnasio a las 6 de la mañana aprovechando que los niveles de glucógeno están bajo mínimos para que el cuerpo tire de esa reserva que tenemos todos los tíos (ya sabes dónde).
Por cierto, a ver si este viernes lo consigo en la FNAC de Callao porque en mi pueblo (Complvtvm) no hay forma de pillar tu último libro (ni en la casa del libro ni en el corte inglés, eso sí, todos tienen el de bestias nazis), ya sé que por los interneses tardan 48 horas (ahora se supone que Amazon en la Comunidad de Madrid si pides algo antes de las 13:30 lo tienes en casa ese mismo día de 18 a 21 horas... por 10 euracos), pero a mí los libros me gusta comprarlos en la tienda.
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