El puente ya está aquí, y no precisamente el de Arnhem, que es el que sale en la foto. Para los lectores del otro lado del Atlántico, que no son pocos, les diré que aquí en España hay dos fiestas seguidas, por lo que -quien puede- hace fiesta hasta el domingo. Yo soy uno de esos afortunados e iré a pasar este puente a la costa de Tarragona.
Hablando de puentes no tan cercanos como éste que hoy empieza, podéis aprovechar estos días para leeros -los que aún no lo hayáis hecho- el libro UN PUENTE LEJANO, de Cornelius Ryan, su obra maestra. Ahora Inédita lo ha sacado en bolsillo y es una buena oportunidad para hacerse con él. Aunque tiene más de 500 páginas, su lectura es trepidante. Una vez que os leáis el libro, miráos la peli del mismo título, que sigue fielmente la obra de Ryan y así podéis ir poniendo caras a los personajes, como el sufrido Urquhart, genialmente interpretado por Sean Connery.
El puente de Arnhem, objetivo final de la frustrada operación Market Garden relatada por Ryan, no es el único puente famoso. También tenemos el puente Luddendorf, más conocido como el puente de Remagen, cuya captura permitió a los Aliados cruzar el Rin, que tiene también su peli, aunque menos recomendable. O el puente sobre el río Kwai, una peli que a mí me parece pesadísima pero que, no obstante, cuenta con numerosos fans.
Hay otros puentes menos famosos, aunque no menos míticos, como el puente Pegasus, en Normandía, cuya captura por paracaidistas británicos la noche del 5 al 6 de junio de 1944 fue decisiva para la suerte de la batalla. Os recomiendo la lectura del libro de Stephen Ambrose que narra esta épica misión, titulado precisamente EL PUENTE PEGASUS, publicado en bolsillo por Inédita y que lo podéis leer en una sola tarde.
Pues por mi parte nada más, me voy a recargar pilas (me llevo unos cuantos libros de la Primera Guerra Mundial para no aburrirme) y no vuelvo hasta el lunes, cuando retomaré esta cita casi diaria con vosotros.
¡Un saludo!
1 comentario:
Efectivamente, "El puente de Remagen" es una película muy mala. Sin embargo, hay una escena que merece mucho la pena ver: al final de la película, cuando los americanos ya han tomado el puente y corretean por la orilla oriental con cantidades industriales de soldados y equipo militar, están solos el mayor Kruger (el oficial aleman al que se ha encomendado la defensa del puente, interpretado por Robert Vaughn) y un soldado aleman en el interior del túnel al que da el puente y tiene lugar la siguiente conversación (cito de memoria):
Kruger: muy bien, vamos a montar un contraataque y a expulsarlos a la otra orilla.
Soldado: ¿nosotros dos solos, señor?
Evidentemente no lo hacen, pero el solo hecho de que Kruger, al que se nos ha presentado como un oficial de la vieja escuela y no un nazi convencido, se planteara realizar una misión imposible me pareció una buena muestra de hasta dónde puede llegar el sentido del deber.
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