sábado, marzo 21, 2015

LIGHT CAR PATROL: LOS JINETES MOTORIZADOS DEL DESIERTO





Bueno, amigos, después del concurso de fotografía, vamos con una colaboración externa, que creo que os va a resultar interesante.

El autor de esta colaboración es Mariano, un autor que está luchando por ver publicado su proyecto, que aúna textos e ilustraciones, realizadas por él mismo. De momento, para dar a conocer su trabajo y atraer así la atención de alguna editorial interesada en publicarlo, he puesto a su disposición nuestro blog.

A continuación, se presenta con sus propias palabras:


Mariano Peral Zugarramurdi (San Sebastian, 1962).
Psicología (UPV-1984). Infografista freelance, apasionado de la Historia del siglo XX en general y de la I y II Guerra Mundial en particular desde que tengo uso de razón. Durante años y por razones profesionales no me he podido dedicar a la infografía de este genero tan particular. Ahora quisiera aprovechar para hacerlo.
He recibido la amable invitación de Jesús para poder colgar en su blog el producto de esta pasión, lo cual es para mí todo un honor. No pretendo descubrir nada nuevo sobre acontecimientos tan importantes, ni sentar cátedra. Simplemente es un ejercicio visual que espero sea del agrado de quienes sentís la misma pasión y como dice Jesús, lleváis en el ADN el interés por este periodo de tiempo tan importante en la Historia.



Pues ahora vamos con su trabajo, en el que asocia momentos históricos con armas determinadas, explicando el contexto y las circunstancias en las cuales esas armas se convirtieron en protagonistas de esos episodios.

Aquí tenemos uno de los capítulos de su obra:


LIGHT CAR PATROL-1916

LOS ANCESTROS DEL LRDG (Long Range Desert Group)

En 1915 la situación, hasta entonces tranquila, en el Norte de Africa sufrió un vuelco total. El Ejercito Otomano, aliado de los Poderes Centrales, envió sus tropas desde Damasco en dirección a Egipto a través de la Península del Sinaí. El objetivo era apoderarse del Canal de Suez. La importancia del Canal era más que obvia. Como objetivo secundario, pretendían sublevar a la población egipcia contra las tropas del Imperio Británico por medio de una "Guerra Santa".

En el desierto occidental, en Libia, los senusis (secta bereber formada en el siglo XIX) estaban desde 1911 levantados en armas contra Italia, que había invadido su país. Los senusis profesaban cierta simpatía hacia el gobierno egipcio y las hostilidades se mantenían dentro de las fronteras libias. Todo este delicado equilibrio se rompió al alinearse Italia con la Entente (Imperio Ruso- Francia- Inglaterra) y producirse el desembarco en Gallipoli. Agentes alemanes y turcos convencieron al líder senusi Said Idris Ahmed para atacar las posiciones inglesas en Egipto.

En Noviembre de 1915, más de 5.000 guerreros senusis partieron del oasis de Siwa atacando y ocupando los puertos de Sollum y Marsa Mathru en territorio egipcio. Rápidamente los ingleses reaccionaron enviando una Brigada de Caballeria Australiana, 4 Batallones de Infantería y Artillería, recuperando Marsa Mathru en pocos días. Se sucedieron varias combates en el desierto cerca de la frontera Egipcio-Libia. Aunque armados y asesorados por alemanes y turcos, no eran enemigo para las fuerzas combinadas inglesas de Artillería, Caballería, Infantería y Aviación.




El rescate de los superviviente del HMS Tara

Cuando los ingleses recuperaron Sollum (14 de Marzo de 1916) recibieron una valiosa información, En Noviembre de 1915, un submarino alemán (U-35) torpedeó y hundió el barco británico HMS Tara en la bahía de Sollum. 92 miembros de la tripulación fueron hechos prisioneros y entregados a los senusis. Ante el avance de las tropas inglesas, los prisioneros fueron trasladados al interior de Libia, a Bir Hakeim.

¿Era posible su rescate? El Alto Mando no tenía mapas de la zona y desconocían su ubicación exacta. Se dio con dos árabes que se ofrecieron como guías. A pesar de todo, el riesgo de la operación era alto. Finalmente se decidió enviar una columna de 41 vehículos al mando del Duque de Westminster y el Capitán Royle. Diez de los vehículos eran blindados Rolls Royce y el resto coches Ford T, algunos de ellos carrozados como ambulancias.

El 17 de Marzo se 1916 doce horas despues de atravesar la frontera libia, la columna rescató a los prisioneros y regreso a Egipto.




Génesis de las LCP

Tras este dramático rescate, el general del Estado Mayor Lynden Bell se planteó la necesidad de disponer de unidades altamente móviles con capacidad de realizar incursiones profundas en territorio enemigo.

El 23 de Marzo se creó el embrión de las primeras unidades Light Car Patrol (LCP). Se tomó la decisión de dotar a estas unidades de vehículos modelo Ford T. Las razones eran varias. Era un vehiculo duro y de mantenimiento sencillo. Tenía una buena relación peso-potencia y estaba bien equilibrado, lo cual facilitaba su uso en terrenos escabrosos. Finalmente y no siendo menos importante, era barato.

El Capitán Leycester-Owston fue el encargado de probar el vehículo en condiciones desérticas con el fin de optimizar sus cualidades. Se le añadió un depósito de agua para la refrigeración. Se reconstruyó la parte trasera, añadiéndole una plataforma para transportar el material necesario (agua, alimentos, gasolina, munición...). Finalmente se colocó una ametralladora Lewis frente al asiento del copiloto como medio de autodefensa. Se crearon seis patrullas integradas por seis vehículos cada una, siendo tres los hombres de dotación en cada vehículo. En abril de 1916, las patrullas comenzaron a desplegarse en sus respectivas zonas realizando reconocimientos, intercepciones de caravanas de suministro enemigas o vigilancia de vías férreas.




La Patrulla del Capitán McFarlane

Un ejemplo típico de las acciones en las que se vieron envueltas las LCP tuvo lugar en septiembre de 1916. La zona comprendida entre el Nilo y el oasis de Baharia era habitualmente patrullada por el Imperial Camel Corps. A comienzos de septiembre, una patrulla integrada por el Capitán McFarlane, el Teniente Ryan y tres soldados se encontraban cerca del oasis de Baharia siendo sorprendidos por los senusis. Los dos oficiales, dando fuego de cobertura, enviaron a sus hombres con los camellos a un risco cercano al norte del oasis, perdiéndose de vista ambos grupos. Tras varias horas intercambiando disparos, se hizo de noche. Al amanecer, los soldados se retiraron sin tener noticia de los oficiales.

Dos semanas más tarde la patrulla LCP Nº 5 se apostó en los alrededores del oasis con el fin de capturar algún nativo que les pudiera informar sobre los oficiales desaparecidos. Interceptaron una pequeña caravana senusi. En los camellos encontraron un cargamento de de pistolas, granadas, dinamita y detonadores. Finalmente los cuerpos de los dos oficiales fueron encontrados unas semanas más tarde por los integrantes de la LCP Nº 2.



La herencia

Ralph Bagnold, uno de los más famosos exploradores del desierto y posterior creador del LRDG, reconoció que, durante los años 20 y 30, sus expediciones por el desierto se fundamentaban en las lecciones aprendidas por las patrullas LCP durante la I Guerra Mundial.

Aunque desde nuestra perspectiva del siglo XXI, con los adelantos técnicos (GPS o vehículos todoterreno) nos den la sensación de que eran unos "locos en sus extraños cacharros", los miembros del LCP con sus Ford T guardaron las 800 millas de fronteras en el desierto occidental, cubriendo grandes distancias en zonas inexploradas, cumpliendo sobradamente las expectativas que en ellos pusieron. Nunca se había hecho nada parecido.



Pues hasta aquí el capítulo de la obra de Mariano Peral, a quien agradezco que lo haya querido compartir con nosotros.

Próximamente tendré el placer de presentaros otro capítulo más.


2 comentarios:

Conde de Salisbury dijo...

Bonitas ilustraciones e interesante trabajo. Enhorabuena y ánimo, espero que se pueda ver publicado sobre papel pronto.

isra dijo...

Comparto el comentario de Conde de Salisbury, me encantaría poder disfrutar de ese trabajo impreso, no sólo soy un enamorado de esas historias, también del libro tradicionesl (hoy en día hay ediciones cuidadísimas) y añado una pequeña frase del propio autor "ejercicio visual", como diseñador gráfico que soy no podría interesarme más.

Felicidades a ambos, a Mariano por su trabajo y a ti Jesús por compartirlo y darlo a conocer.