Nuremberg (III)

Bien, dejamos el Palacio de Justicia y vamos hasta el terreno de las convenciones del Partido Nazi, que está a cinco kilómetros del centro de la ciudad.

Allí los nazis se montaban un fiestorro de varios días a la vuelta del veranito, cada mes de septiembre, hasta 1938. Los miembros del Partido de toda Alemania se ponían el uniforme, se juntaban con los amigachos y, dejando a la mujer en casa, cogían el tren y se iban todos para Nuremberg. Allí hacían turismo por la ciudad, se ponían hasta arriba de cerveza (es verdad, no me lo invento, el suministro estaba garantizado) y se lo pasaban en grande.

Los de las Juventudes Hitlerianas y las muchachas del Partido también aprovechaban el tiempo, y se ve que hubo quejas porque no eran pocas las que regresaban a casa con una sorpresa (esto también es verdad, no es broma). El que todos se alojasen en tiendas de campaña supongo que ayudaba a la confraternización, era como Benicassim, para haceros una idea.

Pues todo el complejo en donde se desarrollaban estas jornadas es impresionante; es extensísimo, yo iba con la idea de que era grande, pero allí te sobrepasa, es inmenso. No te lo acabas en una mañana.

Llegas allí en el tranvía y junto a la parada tienes lo que queda del PALACIO DE CONGRESOS, que es lo que veremos hoy. Este Palacio es la más grande construcción nazi que se conserva.

Una vez concluido, los miembros del Partido se hubieran reunido allí una vez al año. El aforo era de 50.000 personas; para comparar, en el Palau Sant Jordi de Barcelona caben 17.000 tíos. El techo colgante, con su parte acristalada, debía otorgar a la sala una iluminación espectacular. Todos los asientos miraban a una especie de altar, desde donde Hitler pronunciaría sus discursos.

Para construir los cimientos tuvieron que hacer virguerías, porque está junto a un lago y la base no era muy firme, pero se ve que Adolfo dijo que lo quería ahí, para que se reflejase en el lago, y no había más que hablar.

Pero el Palacio quedó inacabado, como se puede comprobar. Este es el interior del edificio:

Después de la guerra se planteó construir en el interior un campo de fútbol y en los años 80 un centro comercial. Hoy día alberga un Centro de Documentación, que es una especie de museo sobre el nazismo. No es demasiado interesante, pero proyectan documentales de la época en los que se ve el ambiente que se vivía en las convenciones anuales del Partido.

Y aquí, una imagen del exterior, que es todo de granito. Tiene un aire al Coliseo de Roma:

Pues ya lo habéis visto. Verdaderamente impresionante. En la próxima entrega de esta serie veremos lo que hace referencia a la calzada que se ve en primer plano en la foto de arriba, que se conocía como La Gran Avenida.