lunes, octubre 03, 2022

SEIS PELÍCULAS RECIENTES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL + BONUS



Hola, amigos, ya estamos de nuevo por aquí tras un tiempo de descanso.

Hoy vamos con un repaso de varias películas de la Segunda Guerra Mundial que han visto la luz recientemente, ya sea en la gran pantalla o en las plataformas.

Creo que estas telegráficas críticas os pueden interesar tanto por si queréis ver alguna de las recomendadas, como para estar advertidos de las que considero que no vale la pena visionar.



La primera es TORPEDO U-235 (2019), una película belga que me ha sorprendido por su buena factura. Recupera el clásico subgénero de submarinos, con todos los tópicos. 

No esperéis ver Das Boot, sino algo más parecido a U-571, un film entretenido con el que disfrutar de todo lo que se espera de una peli de submarinos. Por cierto, lo del U-235 del título es todo un hallazgo, ya que no hace referencia a ningún U-Boot, como comprenderéis cuando la veáis...



La segunda es DETRÁS DE LA LÍNEA: ESCAPE DE DUNKERQUE (2020). Se trata de un film de muy bajo presupuesto, que más parece un telefilm de Antena 3 de domingo por la tarde. No se puede negar que no tenga buenas intenciones, pero el resultado me parece mediocre.

Se podría decir que es una especie de Evasión o victoria cambiando el fútbol por el boxeo, pero resulta desangelada y aburrida, pese a su metraje contenido.

Yo no lo recomendaría ni a los que la afronten con las expectativas ya de por sí muy bajas. Lo único rescatable es el cartel.




La tercera película es la más renombrada y, por tanto, la que más me ha decepcionado, EL ARMA DEL ENGAÑO (2021). Seguramente ya la habréis visto y no sé si coincideréis conmigo en que el resultado deja mucho que desear. 

El film explica la historia de la Operación Mincemeat, que ya conocéis de sobras.Contando con buenos actores y un presupuesto decente, la historia nunca consigue arrancar y, lo que es más grave, la historia de amor que meten con calzador, supuestamente para atraer al público femenino, resulta muy poco convincente.




Vamos con otra película que, en este caso, sí es recomendable: LA BATALLA OLVIDADA (2020). Este film holandés está ambientado en una operación que no suele aparecer en la filmografía de la Segunda Guerra Mundial, como es la batalla del estuario del Escalda (octubre-noviembre 1944). Realmente, se trata de una batalla que podria calificarse de "olvidada", así que es muy positivo que esta producción la recupere.

Hay que decir que el film no narra todos los hechos, ya que se trata de una batalla algo compleja, pero nos puede servir de sobras para ponerle imágenes a unos choques que apenas aparecen de pasada en los libros de historia o documentales.

Creo que la película funciona a todos los niveles, con una buena ambientación, interpretaciones convincentes y escenas de guerra tensas y bastante realistas, así que vale la pena verla.





Y vamos con la quinta película, en este caso húngara, LUZ NATURAL (2021). Yo tenía muchas ganas de verla porque recibió un Oso de Plata en Berlín, lo que es garantía de calidad, pero la verdad es que me ha decepcionado. 

El film narra las andanzas de unos soldados húngaros encargados de combatir a los partisanos en la retaguardia alemana en Bielorrusia. Pero me da la impresión de que el director estaba más interesado en proponer un ejercicio de estilo que en contar una historia. Hay que reconocer que la fotografía es excelente, y que acierta a la hora de plasmar un ambiente claustrofóbico y opresivo, pero hay poco más después de eso. Por su parte, el protagonista cuaja una actuación realmente contenida, es decir, que no mueve un músculo de la cara a lo largo de los 103 minutos que dura el film.

Tengo también la impresión de que ha pesado demasiado la influencia de un director húngaro del que me declaro fan incondicional, Béla Tarr, y al que parece que quería emular en algún aspecto. En suma, solo la recomiendo para los muy cinéfilos que estén interesados más que nada en los elementos técnicos.




La sexta película ha sido también muy nombrada, así que quizás ya la habéis visto; es MUNICH EN VÍSPERAS DE UNA GUERRA (2021). Este film destacable sirve para conocer el trasfondo del Pacto de Múnich, aunque con ciertas licencias dramáticas, ya que está basado en la novela Múnich (2017), de Robert Harris. 

Está claro que la película funciona, ya que sus dos horas pasan en un santiamén, las interpretaciones son creíbles, el ritmo no baja en ningún momento y la ambientación es excelente.

Lo único que no me ha convencido es la reivindicación de la figura de Chamberlain. En todo caso, esa visión comprensiva es la que destila la novela de Harris, así que no podemos echarle la culpa a la película.





Y vamos por último con el Bonus, que no es un film de la Segunda Guerra Mundial, sino de la inmediata posguerra. Se trata de EL ESTE (2020), una sorprendente película holandesa ambientada en las Indias Holandesas recién acabada la contienda.

El film también narra una "batalla olvidada", como es la de las tropas holandesas que acudieron allí a recuperar la colonia tras el paréntesis de la invasión japonesa. Yo, al menos, no conozco ningún film que haya tratado ese episodio.

La producción cuenta con medios, las interpretaciones son creíbles, la ambientación es excelente y sus 137 minutos pasan muy rápido, así que no puedo hacer otra cosa que recomendarla. 

Tan sólo me ha sobrado la parte final, una mezcla de Rambo y Apocalypto, que chirría con lo visto anteriormente, que recuerda a las mejores películas de la guerra de Vietnam, pero aún así la recomiendo efusivamente.




Estas son las películas que he visto últimamente y me quedan algunas más por ver, así que quizás suba una nueva entrega próximamente.

viernes, mayo 14, 2021

DE AÑO SABÁTICO PANDÉMICO


Bueno, amigos, después de unos meses paso por aquí para actualizar el blog e insuflarle algo de vida. La verdad es que el "modelo blog" está en desuso, quizás porque a la gente le cansa leer y prefiere que, lo que sea, se lo expliquen en un video de cinco minutos en Youtube o, mejor aún, se lo digan en un tuit o en una foto de Instagram. No obstante, mantendré el blog para explicar algo que considere que os pudiera interesar.

Como habéis podido comprobar, tras la publicación de mi último libro, LOS HÉROES DE HITLER, estoy un poco missing. De hecho, en Facebook creo que entro una vez al mes o ni eso (incluso estoy pensando en cerrar mi cuenta ante los impunes abusos que cometen y su siniestra censura), y en las otras redes sociales apenas entro un par de minutos al día. La confección de esa obra me dejó agotado y, teniendo en cuenta que se trataba de mi libro número 25, pensé que era un buen momento para tomarme un descanso.

No sé si se puede llamar año sabático, pero digamos que me encuentro en un período de descompresión. No leo nada de la Segunda Guerra Mundial, a excepción de los libros que La Aventura de la Historia me encarga para reseñar. Ahora mismo mis intereses se centran sobre todo en la Economía; creo que vivimos un momento crucial, con hechos trascendentales que están sucediendo sin que seamos muy conscientes de ello, a lo que quizás le dedique una entrada del blog, así que estoy aprendiendo mucho sobre esta materia.



En cuanto a LOS HÉROES DE HITLER, ya tengo las cifras de ventas hasta diciembre. Sin ser espectaculares, han colmado las expectativas de la editorial, así que parece ser que sigo disfrutando del apoyo de mis lectores. Las opiniones que van dejando en Amazon son unánimemente positivas. Eso me alegra mucho, ya que significa que aún no he llegado a la fase en que los lectores te encuentren repetitivo o pierdas la capacidad de sorprender. Siempre temo que mi nueva obra decepcione a mis seguidores, pero al menos con este libro no ha sucedido. Incluso son varios los que dicen que es mi mejor libro, así que eso me proporciona una gran tranquilidad de espíritu.

Es una pena que ahora resulte tan difícil y arriesgado viajar con tantas PCR y cuarentenas, porque, si no, seguro que aprovecharía este año para darme un paseo por varios lugares que tengo pendientes de visitar. Así que debo limitarme a un año sabático pandémico, a la espera de que la situación mejore, aunque creo que hasta el 2023 no recuperaremos algo parecido a la normalidad. 

Quizás el año que viene puedan ya celebrarse eventos de recreación histórica; tanto mis compañeros del grupo Red Devils Barcelona como yo estamos que nos subimos por las paredes deseando colocarnos de nuevo los uniformes. Además, un buen amigo me ha regalado una chaqueta de tanquista norteamericano fantástica que no veo el día de poder estrenarla... En fin, que no faltan alicientes para el día que la pandemia quede superada.

Hasta entonces, seguiremos cargando energía y haciendo planes. Gracias por seguir mi trabajo y espero que os esté acompañando la salud, un saludo para todos. 


viernes, noviembre 27, 2020

"LOS HÉROES DE HITLER", MI ÚLTIMO Y MEJOR LIBRO, YA EN TODAS LAS LIBRERÍAS

 


Bien, amigos, ya está a la venta mi último libro, LOS HÉROES DE HITLER, publicado por la editorial Almuzara. Por ejemplo, lo tenéis disponible en AMAZON, aunque en principio debería estar ya en todas las librerías, tanto incorpóreas como físicas.

La verdad es que siempre me resulta un poco incómodo tener que vender un libro recién publicado, ya que tiene que adoptar el modo teletienda y lo mío es juntar letras. En todo caso, el que ya haya disfrutado con algunos de mis libros no dudará en comprárselo, y el que considere que no vale la pena leerlo, por el motivo que sea, no se lo comprará, así que tampoco tiene mucho sentido que venga con aquello de "aquí he venido a hablar de mi libro" que decía Umbral.

No obstante, es obvio que hay que difundir la publicación del libro, pero tampoco destriparlo. Algo que me toca los riñones es cuando, en una entrevista, debo ir explicando en detalle el contenido de la obra, lo que hace que ya no sea necesario leerlo... 

Por eso, para el que esté en ascuas por saber el contenido de mi último libro, os transcribo parte del texto de la contraportada:

Estas páginas recogen esos episodios que, sin duda, despertarán la admiración del lector, desde la resistencia desesperada de las tropas germanas en Narvik, rodeadas por las tropas aliadas, al terrible asedio de Cholm, en el que los alemanes soportaron los asaltos diarios de las tropas soviéticas además del hambre y el frío, pasando por el obstinado mantenimiento de la posición de Cactus Farm, en Túnez, ante los sucesivos ataques de los blindados y los bombardeos aéreos o la heroica defensa de Carentan efectuada por aguerridas tropas paracaidistas. También podrá conocer las hazañas de los barcos corsarios en sus correrías por el Atlántico y el Índico, así como las valerosas acciones de los “marineros fantasma” que burlaban una y otra vez el bloqueo de la flota enemiga.

La obra incluye la historia inédita de un oficial alemán que, después de sufrir la amputación de una pierna en el frente ruso, encabezó una insólita misión de exploración al sur del Sáhara, enfrentándose a las Fuerzas Francesas Libres. Gracias al testimonio que la familia ha proporcionado al autor, su vida y sus fotografías personales salen por primera vez a la luz.




Como veis, no revelo ningún nombre propio precisamente para jugar con el factor sorpresa. 

Ante un libro dedicado a héroes de guerra alemanes, todo el mundo piensa en el piloto de Stukas Hans-Ulrich Rudel, ases Panzer como Kurt Knispel, Otto Carius o Michael Wittman, ases del aire como Erich Hartmann, Hans-Joachim Marseille o Adolf Galland, o célebres comandantes de submarino como Gunther Prien u Otto Kretschmer.

Pero relatar sus vidas sería lo más fácil, ya que hay mucha información de todos ellos, y a mí no me van los retos fáciles.. así que el libro trata de esos otros héroes de guerra menos conocidos; seguro que conocer sus vidas resultará mucho más estimulante para el lector.




De entre todos los capítulos destaco el dedicado a Konrad von Leipzig (en la foto superior, el que mira a la enfermera), ya que, como he apuntado, es una historia inédita, que me ha sido relatada por su sobrino nieto, que reside en Argentina, aportando además fotos y documentos (gracias a mi amigo el divulgador histórico Pere Cardona por proporcionarme ese valiosísimo contacto). 

Aunque sepáis mucho de la Segunda Guerra Mundial, seguro que ese capítulo os resultará sorprendente y fascinante, os lo garantizo.

Así pues, os invito a disfrutar de mi último y mejor libro, precisamente el número 25, un número redondo. ¡Espero vuestras opiniones!


martes, noviembre 10, 2020

¿ESTÁ COLAPSANDO EL ESTADO Y NO NOS DAMOS CUENTA?




Bien, amigos, ya estamos de nuevo aquí. Seguro que al ver el título y la foto habéis pensado que me he vuelto definitivamente un autor conspiranoico y apocalíptico. 

La verdad es que desde que comenzó la pandemia mis entradas han tomado ese sospechoso cariz, ante lo que poco puedo alegar en mi defensa, pero aun así asumiré el riesgo de perder mi credibilidad como autor especializado en la Segunda Guerra Mundial, en el supuesto de que todavía posea alguna.

Coincidiréis conmigo en que las grandes crisis se perciben en su estado embrionario por indicios aparentemente triviales, pero que se van engarzando a otros hasta que conforman el turbador anuncio de lo que está por llegar. Recuerdo que el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en 2007 lo percibí durante el verano, al comenzar a ver bastantes letreros de "Se vende" en los balcones, o la actual crisis al contemplar locales comerciales recién cerrados y con carteles ofreciéndolos en venta o alquiler. 




Así pues, se me han presentado algunos indicios de que algo inquietante está sucediendo. Lo primero, una vecina de ochenta años vino ayer a pedirme que le haga un trámite de la Seguridad Social por internet; me dijo que había ido a la oficina pero que no los tramitan de forma presencial porque están saturados. Así que le entregaron una triste fotocopia en papel reciclado con la dirección de la web y unas indicaciones en rotulador que se han revelado inútiles cuando me he dispuesto a diligenciarlo. 

A pesar de que me desenvuelvo con cierta pericia en trámites online, me resultó muy difícil realizarlo. Ayer lo despaché -o eso creía- pero hoy me han respondido por mail que debo rellenar otra solicitud en PDF para adjuntarla, a su vez, a la solicitud que formulé -al menos me la han suministrado en archivo adjunto-, enviarla online, y adjuntar a su vez unos documentos también en PDF. He empleado más de media hora en solventarlo todo y aún así me barrunto que algo no habré adjuntado como es debido. 

Es decir, que el Estado ya reconoce que no tiene capacidad para realizar ese trámite, y encarga al propio ciudadano que se busque la vida para hacerlo él mismo. Cuando acudimos a un McDonald's aceptamos hacer de camareros, o de dispensador de combustible en la gasolinera, pero creo que el que debamos hacer también de funcionarios ya es excesivo.

La vecina me ha dicho que en la oficina, cuando las personas mayores se quejaban de que no sabían hacer ese trámite por internet, les conminaban a que recurriesen "a algún nieto"; ignoro si ese es el protocolo de actuación de los funcionarios ante la demanda de aquellos que no poseen competencia digital.





Ítem más. Ayer aquí en Cataluña se abrió el plazo para solicitar unas ayudas de 2.000 euros para los trabajadores autónomos, que ascienden a unos 500.000. Pero sólo había fondos para los 10.000 primeros, así que ayer hubo tortas digitales por entrar en la web y tramitarla. Naturalmente, la web se colapsó y sólo unos pocos afortunados lograron agarrar el dinero en esos Juegos del Hambre en los que, de cada cincuenta, sólo podía quedar uno. En la TV han entrevistado a un gestor que dice que no consiguió tramitar ni una sola.

Seguimos. También han explicado en la TV que los parados de Cataluña que se quedaron sin trabajo después del 12 de agosto les ha resultado imposible tramitar el subsidio de desempleo por falta de personal y medios. En alguna noticia he leído que se ha tramitado el 15%, lo que no cambia mucho las cosas.

En cuanto a personas que tampoco han podido cobrar el ERTE existen cifras dispares, pero parece ser que un número indeterminado, quizás cientos de miles, están todavía afectados en toda España.

La prestación de nuevo cuño conocida como Ingreso Mínimo Vital, destinada a paliar emergencias económicas, también está experimentando muchos problemas. Aquí en Cataluña, según datos de ayer mismo, el 93% de las peticiones están sin tramitar.

En Barcelona, los inmigrantes no pueden renovar sus documentos porque la Oficina de Extranjeros está colapsada, lo que ha dado lugar a un mercado negro de citas previas, al precio de hasta 200 euros.





Naturalmente, puede objetarse que la pandemia ha tensionado el sistema y que es normal que se produzcan esos cuellos de botella en todo tipo de trámites, pero como uno es muy susceptible, temo que estos sean los primeros indicios de que, sencillamente, el Estado se está desintegrando ante nosotros, sin que casi nos demos cuenta.

En general, la gente confía su bienestar actual y, sobre todo, el futuro, a lo que le pueda proveer el Estado. Eso ha sido así desde que surgió el Estado del bienestar, también conocido como Estado benefactor, Estado providencia o, según los más críticos con esa idea, el "papá Estado". En principio, el Estado no deja a nadie abandonado a su suerte.

Sin embargo, tengo la impresión de que eso está cambiando. Por primera vez, que yo recuerde, el Estado está siendo ya incapaz de cumplir con las funciones que le dan su razón de ser. Eso aún no se reconoce por los poderes públicos, por supuesto, pero quizás haya un momento revelador en el que eso se haga dramáticamente visible para todos. 

Puede llegar en forma de un retraso en el pago de prestaciones y pensiones, en solicitar a los enfermos que se queden en casa porque los hospitales ya están saturados, en la instauración de algún tipo de corralito, la quiebra del orden público sin que las fuerzas del orden puedan ya restaurarlo, etc.

Si llega ese momento cada uno tendrá su margen de actuación, sea mucho o poco, pero creo que no está de más tener presente esa hipótesis para que no nos coja por sorpresa. Como método de autodiagnóstico, aconsejo que cada uno calcule cuántos meses podría sostenerse por sí mismo en el caso de que no le llegasen los fondos del Estado que reciba habitualmente -sueldo de funcionario, subsidio o pensión- o si se quedase sin trabajo y no recibiese ninguna prestación. El resultado permite conocer el alcance del problema al que hipotéticamente uno debería enfrentarse y la necesidad o no de apostar por estrategias que reduzcan esa dependencia de un proveedor que está demostrando no ser demasiado fiable.



 
Como siempre digo, esperemos que esté equivocado y que estas reflexiones no se correspondan con la realidad venidera; y, por tanto, que me deje de jugar a ser Casandra y dedique mi tiempo a seguir juntando letras para goce y disfrute de los aficionados a la Segunda Guerra Mundial. 

No obstante, espero que, al menos, estas líneas os sirvan para tener los ojos bien abiertos y advertir esas señales de peligro que, como los canarios en las minas, avisan de lo que quizás, sólo quizás, está por llegar.





miércoles, octubre 28, 2020

EL HUNDIMIENTO (Y NO HABLO DE LA PELÍCULA)

Bien, amigos, he estado ausente tres meses desde mi última entrada, pero ha habido algunas circunstancias que me han llevado a dejar de lado el blog. Pero no ha sido sólo el blog, ya que, por ejemplo, debe hacer un par de meses que ni entro en Facebook, y apenas posteo algo en Twitter o Instagram. 

Podría decir que la razón es que he estado todo este tiempo muy ocupado con mi nuevo libro. En parte es verdad, ya que esta obra me ha supuesto un gasto de energía considerable. Creo que es mi mejor libro hasta la fecha, y tardaré un tiempo en acometer una empresa similar. Durante este tiempo he tenido que hacer las últimas comprobaciones, trabajar en su pulido y abrillantado, y después corregir los tres juegos de galeradas que me ha remitido la editorial. 

 Al mismo tiempo, he tenido varios encargos de artículos para revistas de Historia, por lo que he estado ciertamente entretenido en cuanto a las obligaciones. En cuanto al libro, ya hay fecha de publicación -el 24 de noviembre- e incluso se puede adquirir ya en preventa en Amazon, pero quiero esperar un poco antes de comunicar oficialmente su lanzamiento. 

Pero mi ausencia no se explica sólo por esa carga de trabajo. La verdad es que no estoy muy animado para interactuar en internet, viendo lo que está ocurriendo y, sobre todo, con lo que está por venir. Ya he subido algunas entradas catastrofistas y realizado vaticinios apocalípticos que no se han cumplido (aún), pero el paso del tiempo no me ha llevado precisamente a desdecirme de mis augurios. A mí me gusta ver números, gráficas y estadísticas, y absolutamente todos los datos apuntan a una crisis de tal calibre que ni siquiera podemos imaginar.

 

Durante este tiempo me ha dado por estudiar la apasionante crisis financiera de 2008; he visto bastantes documentales y varias películas, lo que me ha resultado muy esclarecedor. 

De entre las películas destaco LA GRAN APUESTA (2015), que explica la historia de los clarividentes inversores que ya en 2005 advirtieron el tsunami que se cernía sobre la economía norteamericana y mundial. Ahí te das cuenta de que, para entonces, la crisis ya había comenzado, era como una bomba de relojería que alguien había activado y que ya resultaba imposible detener. 

Pero lo más significativo es que todavía en 2007 no se apreciaban los efectos de esa crisis que ya se había desatado en el subsuelo. Aparentemente todo iba bien, el edificio de la economía lucía esplendoroso, pero el interior estaba apuntalado y los cimientos carcomidos. La cuestión ya no era si el edificio se hundiría, sino cuándo. 

Por tanto, me ha resultado inevitable comparar aquella situación con la actual. No soy economista, pero aplicando sólo el sentido común adviertes a dónde nos dirigimos. Nuestra economía se asienta sobre una gigantesca deuda. Ahora mismo, la deuda mundial es del 322% del PIB del planeta. El incremento de la deuda está fuera de control; el año pasado, la deuda de los gobiernos sencillamente se duplicó (España tiene que pagar cada hora 4,5 millones de euros sólo para abonar los intereses). Y este año, con la pandemia, no hay duda de que la deuda se estará disparando aún más.

 

Estados Unidos está imprimiendo dólares a un ritmo nunca visto antes: 60 millones por minuto. El 22% de los dólares en circulación se han impreso en 2020. Al parecer (porque todo lo que hace referencia a la Reserva Federal está rodeado de secretismo), las máquinas ya no pueden imprimir más rápido, por lo que ya se tienen que "imprimir" dólares virtuales dándole a la tecla de un ordenador. 

De momento, los bancos parecen gozar de una excelente salud. Pero, ¿qué pasará cuándo personas, empresas y quizás gobiernos no puedan pagar los préstamos? Por culpa de los efectos de la pandemia las compañías aéreas se están hundiendo, igual que las de cruceros, las empresas hoteleras, los negocios de restauración, las grandes cadenas de ropa, las empresas automovilísticas... 

Todas esas empresas tenían préstamos a los que no podrán hacer frente. Al igual que los millones de personas que se están quedando en paro, o que están cerrando sus negocios. No podrán pagar sus préstamos ni hipotecas. Los bancos poseen una gigantesca deuda que es incobrable, ya que no podrán ejecutar las garantías con las que se firmaron esos préstamos por su drástica caída de valor (¿quién va a comprar esos aviones, barcos, locales o casas?).

 

No hace falta ser un sabio para ver la enorme diferencia entre la crisis del 2008 y la que ya está teniendo lugar ante nosotros. Aquélla surgió del sector inmobiliario y ya vimos cómo afectó a toda la economía mundial; imaginemos esa crisis multiplicada por todos los sectores a la que está afectando la actual. 

Así pues, la cuestión ya no es si va a haber un hundimiento catastrófico de la economía o no, sino cuándo será y si el colapso será repentino o gradual. 

Y ahora surge la pregunta: ¿Qué hacer? A nivel global, considero que es inevitable, ya no puede hacerse nada para impedirlo.

En el plano personal tampoco existen muchas alternativas. En mi caso, he rebajado al mínimo mi dependencia de los bancos, adoptando soluciones financieras radicales. Cuando el edificio se desplome no quiero verme atrapado en ningún corralito o una pérdida completa de mis fondos. La gente no es consciente de que, por ejemplo, en la zona Euro los bancos sólo están obligados a tener un 1% de sus depósitos en la caja. El resto se presta o se invierte. En Estados Unidos, para los depósitos a plazo y otros que no sean a la vista es el 0%. 

No hay que ser economista para imaginar lo que puede pasar si esos préstamos son incobrables, como hemos visto, o las inversiones resultan ruinosas. De pronto, ese dinero depositado en los bancos, sencillamente, se esfumará, al mejor estilo David Copperfield. Y no quiero que el fruto de mi trabajo esté ahí dentro cuando eso suceda. 

En fin, siento lanzar un mensaje tan poco optimista. Como digo siempre, espero estar equivocado, que mis augurios se demuestren infundados y que dentro de un tiempo, cuando, después de haberse distribuido la vacuna, los locales y restaurantes vuelvan a abrir, los estadios se llenen, lluevan las ofertas de trabajo, entremos en una época de esplendor y nuestra vida sea como la del gran Gatsby, os podáis reír de mí un rato...

jueves, julio 30, 2020

"GREYHOUND" (2020): TOSTONAZO RIDÍCULO EN EL ATLÁNTICO NORTE




Bien, amigos, al menos tengo que agradecer una cosa a la pandemia.

Este año tenía previsto ir al cine con el niño para ver GREYHOUND. ENEMIGOS BAJO EL MAR (2020), pero por suerte no se ha estrenado en las salas, así que me he ahorrado el dinero de las entradas y la cara larga del nene por haberle sometido a semejante tostón, tal como me pasó cuando lo llevé a ver DUNKERQUE.


Vamos con el minuto y resultado de la película (por llamarla de alguna manera), sin ánimo de spolear.


MINUTO 15: Bueno, no pinta mal, parece una visión muy realista de lo que tenía que ser un destructor de escolta, casi un documental. Vamos a ver.

MINUTO 30: Buff... ya me agobia tanto ir de babor a estribor y de estribor a babor, mensaje por allí, mensaje por allá.

MINUTO 45: ¿Sólo llevamos 45 minutos? Esto es más pesado... Ya me empieza a dar un poco lo mismo si los U-Boote se cargan a medio convoy o al convoy entero...

MINUTO 60: Sólo llevamos una hora y parece que llevemos tres... ahora si que ya me da del todo igual lo que le pase al convoy, al Greyhound y a la madrina que botó el Greyhound.

MINUTO 73: Ah, ¿entonces, se supone que con esto ya ha terminado la peli?

MINUTO 81: Pues ahora sí que ha acabado, pero si han sido ocho minutos de epílogo... El metraje es de 92 minutos, ¿así que de aquí hasta el final son los títulos de crédito?

MINUTO 92: Pues sí.




Hay que reconocerle el mérito de lograr aburrir a un apasionado de la Segunda Guerra Mundial como yo, con sólo una hora y veinte minutos de metraje real. Guion plano, sin tensión, sin personajes, Tom Hanks haciendo de Tom Hanks, con ese típico lloro espontáneo suyo al estilo Salvar al soldado Ryan pero sin que venga a cuento...

Y para colmo, esas ridículas transmisiones en abierto del capitán del submarino alemán amenazando al Greyhound, que terminan con un grotesco aullido... ¿A qué capitán de U-Boot se le ocurriría semejante payasada?

En fin, parece que con esta película los norteamericanos querían dar el contrapunto a la épica de los U-Boote desde el otro lado del periscopio, pero la jugada se hunde estrepitosamente por sí misma, sin que haga falta ni un torpedo.


sábado, julio 18, 2020

"ENFOCANDO LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL", DE LAUREANO CLAVERO: LA AMBICIÓN DE UN FITZCARRALDO MODERNO



Bien, amigos, espero que estéis todos bien. Por suerte, mis apocalípticos augurios no se han cumplido, pero no soy precisamente optimista sobre lo que está por llegar. Todos los indicios apuntan a que, con la llegada del otoño, vamos a tener que enfrentarnos a una situación, digamos, comprometida, y que este veranito es apenas un impase, una especie de drôle de guerre, que habrá que aprovechar para hacer acopio de energía para lo que está por llegar.

Al respecto, os recomiendo la miniserie francesa EL COLAPSO, en la que reflejan ese hundimiento general del que estamos cerca pero que siempre parece que podremos evitar en el último minuto.




Aunque quizás no sea tan extraordinaria como se está diciendo, estos capítulos de apenas veinte minutos, que siguen una línea parecida a Black Mirror, nos alertan de lo que puede pasar de un día para otro, con escenas -como las de la residencia de ancianos- dramáticamente actuales. A destacar el tour de force que supuso haberlos rodado en plano secuencia.

Por mi parte, aquí estoy en período de descompresión después de vaciarme por completo en la confección de mi nueva criatura, que debería ver la luz este otoño.

Como apunté, considero que éste es mi mejor libro, estoy seguro de que el lector va a disfrutar muchísimo con él, pero es obvio que esta época, con tantas incertidumbres, no es la mejor para enviarlo a luchar a las trincheras de las librerías, porque no sabemos ni siquiera si estarán abiertas... En todo caso, me queda la satisfacción de haber escrito la obra que quería escribir.



Pues vamos con el libro cuya foto aparece encabezando la entrada, ENFOCANDO LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, editado por Círculo Rojo.

Su autor es un buen amigo mío, el director de cine argentino afincado en Calafell LAUREANO CLAVERO, por el que siento una gran admiración, así que no puedo ni quiero ser imparcial en la valoración de su obra. El coautor, encargado de redactar los textos, es el escritor de novelas ambientadas en ese conflicto y también buen amigo, el burgalés DAVID LÓPEZ CABIA.



Se trata de un libro de fotografías que recoge las cuatro sesiones que Clavero llevó a cabo junto a un grupo de excelentes recreadores en escenarios catalanes parecidos a los lugares a representar: la playa de Omaha, Carentan, el bosque de Hürtgen y Market Garden.


Yo tuve el honor de asistir como invitado a tres de ellas y doy fe de la profesionalidad y el entusiasmo de todos los participantes, pero en especial del alma mater del proyecto, quien posee una energía inagotable.

No en vano el gran ídolo de Clavero es el director alemán de cine Werner Herzog. Si conocéis su filmografía, veréis que a menudo busca su inspiración en personajes con una volcánica energía interior, dispuestos a abordar proyectos a priori inalcanzables, pero que se lanzan a ellos ignorando las dificultades, decididos a superarlas sea las que sean. Es lo que se sucede a Aguirre, a Cobra Verde y, sobre todo, a Fitzcarraldo (si no habéis visto estas fascinantes películas no sé a qué estáis esperando). El propio Herzog tuvo que superar obstáculos colosales para rodar esas desmesuradas películas (tenéis que ver los documentales sobre sus rodajes), así que quizás mi amigo Laureano se impregnó de ese espíritu, marcando así su senda vital.


Pues Clavero es un Fitzcarraldo moderno, siempre dispuesto a acometer retos ambiciosos, sin considerar su magnitud. Todavía tiene pendientes de dar los últimos toques a varios de ellos en los que se embarcó tiempo atrás, como una película sobre unos recreadores en Normandía, otra sobre la batalla del bosque de Hürtgen (en la que hago una aparición estelar), otra sobre las fortificaciones de la guerra civil en la costa catalana, y seguro que me dejo algunos más.

El proyecto culminado más reciente es un libro sobre la historia de rugby catalán.


No tengo duda de que todos esos proyectos irán viendo la luz tarde o temprano, como ha sucedido con Enfocando la Segunda Guerra Mundial, y aquí me haré eco de ellos.

Mientras tanto, aprovechad el verano para hacer acopio de armas y munición, alimentos no perecederos, pilas y bidones de gasolina, y confeccionar un plan de emergencia con rutas seguras de huida; que el colapso no os pille por sorpresa.