miércoles, octubre 20, 2010

Fumando en el Hindenburg


Para que hagáis boca con mi nuevo libro, EL DESASTRE DEL HINDENBURG, os voy a hablar de la que era, sin duda, la sala más sorprendente del célebre dirigible. Aunque el aparato estaba dotado con más de 100.000 metros cúbicos de gas inflamable en su interior, y las medidas de seguridad eran extremas para evitar que saltase alguna chispa fortuita, los ingenieros alemanes consiguieron dotar a la aeronave... ¡de una sala de fumadores!

Pues sí; para que ningún hipotético escape de hidrógeno pudiera entrar en esa sala, la habitación era mantenida a una presión mayor que la del resto del dirigible. Además, tanto la sala de fumadores como el bar adyacente estaban separados de las otras estancias por una doble puerta para garantizar el mantenimiento de la alta presión.



La sala de fumadores del Hindenburg disponía de un encendedor eléctrico, ya que las cerillas y los mecheros estaban estrictamente prohibidos a bordo; antes de subir al dirigible, los pasajeros debían entregar estos artículos, que les eran entregados a su llegada a destino.

La sala de fumadores estaba pintada de azul y el mobiliario era azul oscuro. La decoración mural para esta estancia representaba la historia del globo y el dirigible, desde los hermanos Montgolfier al Graf Zeppelin. Mientras uno fumaba un puro o una pipa, podía admirar los paisajes atravesados por el Hindenburg en su camino, pero en este caso, obviamente, no era posible abrir las ventanas, que estaban selladas para mantener la presión en su interior. Sin duda, la sala de fumadores era la estancia más popular de la aeronave.



De paso voy a hablaros del bar del Hindenburg que, tal como he dicho, era una pequeña antesala situada en un extremo de la sala de fumadores, justo antes de la doble puerta de salida. El camarero encargado de apagar la sed de los que hasta allí se acercaban era el veterano Max Schulze, de 60 años, que había sido también barman en los transatlánticos de la mítica línea Hamburg-Amerika.

Aquí tenéis a Schulze ofreciendo puros a un oficial de la Luftwaffe:



Aquí podéis ver la pequeña barra desde la que Schulze despachaba las bebidas. Como podéis ver, en la pared del fondo estaba pintada una escena típica española, no me preguntéis por qué:



Los cócteles que gozaban de más predicamento eran los denominados LZ 129 en honor al Hindenburg, que jugaban con distintas variaciones sobre una base de ginebra con zumo de naranja, todo siempre muy frío, o los Maybach, una combinación que Schulze mantenía en secreto y que, de hecho, se llevaría a la tumba, pues moriría en el accidente. No obstante, debido a la habitual presencia de pasajeros estadounidenses a bordo, Schulze era requerido para servir los típicos cócteles norteamericanos, como el Manhattan, que entonces era muy popular. Pero Schulze no sólo debía ocuparse de agitar la coctelera, sino que debía estar muy atento para ningún pasajero, en un descuido, saliera de la sala presurizada con un cigarrillo encendido.

Aquí podéis ver a unos pasajeros tomándose unos cócteles -creo que unos Manhattans-, con el mural typical spanish al fondo:



¿Qué costaba tomarse una copa en el Hindenburg?
Pues he calculado que un refresco costaba el equivalente hoy día a 6 euros, una cerveza 13 euros, los cócteles variaban entre 15 y 18 euros y un vaso de whisky con soda costaba 24 euros. Si durante las comidas alguien deseaba una botella de vino extra, los precios variaban entre los 45 euros de un vino del Rin o un Mosela a los 90 euros de un vino espumoso Kessler o los 100 euros del Deinhard Cabinet, pasando por los 50 euros que costaba un burdeos o los 60 de un borgoña, aunque aún había botellas más caras reservadas para los viajeros más pudientes.

Pues hasta aquí, lo que os explico gratis; para conocer más detalles de la vida a bordo del Hindenburg, ya os tendréis que comprar mi libro...

lunes, octubre 18, 2010

HOY SALE A LA VENTA MI NUEVO LIBRO

Bueno, pues eso, que hoy lunes 18 de octubre sale a la venta mi nuevo libro, EL DESASTRE DEL HINDENBURG, publicado por la editorial Tempus.



Y nada, la novedad viene con anécdota. Como os comenté, llevé a cabo un seguimiento especial y exhaustivo de la portada, controlando cada uno de los detalles de la misma... Pues bien, con el libro ya salido de la imprenta, me doy cuenta de que en el lateral de la portada, en donde debería poner "Historia", pone "Historia Militar", cuando evidentemente el libro no es de Historia Militar.

Bien, el error, de quien quiera que haya sido, no tiene mayor importancia, pero la conclusión que podemos sacar es que, aunque tengamos todo bien controlado, aunque hagamos un seguimiento total y exhaustivo de una cuestión para que no se nos escape ni un detalle, siempre hay la posibilidad de que surja un factor imprevisto e impredecible que eche por tierra lo que nosotros pensábamos ilusamente que teníamos bajo nuestro control. Y esto sirve tanto en el diseño de portadas como en la vida en general.

Como me suele pasar casi siempre, aunque el libro sale a la venta hoy, todavía no tengo en mi poder ningún ejemplar, así que si alguno de vosotros lo ve en una librería tendrá el honor de verlo antes que yo.

Seguramente a última hora de la tarde me daré una vuelta a ver si lo veo por ahí.

Pues nada, que lo disfrutéis y espero vuestras opiniones, siempre y cuando sean favorables, claro.

jueves, octubre 14, 2010

La normalización de Hitler

Bueno, nuestro amigo Speer ya lo avanzaba en el post anterior; este viernes 15 de octubre se inaugura en Berlín una exposición dedicada a Adolf Hitler, que se podrá visitar en el Museo de Historia hasta el próximo 6 de febrero.



AQUÍ tenéis toda la información.

La verdad es que es una excusa genial para regresar a Berlín, pero yo no soy muy amigo del frío; si fuera en primavera-verano igual me escapaba, aunque no descarto que me dé el punto y me vaya para allá.

Pues creo que coincidiréis conmigo en que es una excelente noticia. Y no tanto por el interés que despierta la exposición en sí, sino por lo que tiene de contribución a la "normalización" de Hitler.

Considero que esta normalización es el camino correcto para conjurar los peligros de que haya gente dispuesta a verse seducida por esa ideología. Creo que muchos neonazis y admiradores de Hitler lo son precisamente por el atractivo que despierta lo prohibido, el malditismo, el tabú. Si ese elemento escandalizador se halla expuesto en un museo con total normalidad, pierde cualquier atractivo de inmediato...

Claro que también existe el peligro de lo que se llama la banalización del mal, el que se reste importancia a los crímenes nazis y el que se considere el nazismo como una apuesta política más, homologable a todas las demás, aunque creo que ya estamos vacunados ante ese peligro.

Pero, por desgracia, todavía hay sectores que consideran homologables al resto de opciones políticas otros planteamientos políticos de esencia totalitaria, como el comunismo o el nacionalismo excluyente, o no perciben -o no quieren percibir- esos comportamientos totalitarios cuando se dan en regímenes nominalmente democráticos, especialmente en lo que hace referencia a la ingeniería social, un campo en el que, por desgracia, están obteniendo unos resultados demoledores, que harían palidecer de envidia a Joseph Goebbels. La verdad es que no soy nada optimista de que todo eso se corrija a medio plazo, más bien diría que tenderá a empeorar en el futuro.

Bueno, pues eso, si alguien va a Berlín y se pasa por allí que nos cuente qué tal está la exposición.

domingo, octubre 10, 2010

Otra vez a Alemania...



Bien, os dije que el lunes os daría una buena-mala noticia... pues ahí va. Yo pensaba que tras conseguir el Gran Slam (visitar Berlín, Núremberg, Múnich y Berchtesgaden), ya podría tachar a Alemania de mis próximos objetivos, pero no es así...

Me he enterado ahora, con un poco de retraso, de que hace seis meses se inauguró un Museo de las SS en el Castillo de Wewelsburg. Seguro que todos tenéis ya referencias de este famoso castillo, epicentro de las idas de olla de Heinrich Himmler, pero si no, buscad un poco por el google y os ponéis al tanto.

Lo del castillo yo lo tenía como un objetivo a largo plazo, para verlo aprovechando que estuviera cerca por otro motivo, pero el que hayan instalado allí un Museo de las SS con 850 metros cuadrados de exposición hace que la tentación ya sea irresistible...

Total, que se impone otro viaje a Alemania... ya he mirado a ver y, al menos, la escapada no parece demasiado complicada. Se trataría de coger un vuelo a Frankfurt, que son frecuentes y relativamente baratos y desde allí pillar el tren a Bad Wünnenberg, que está a unos 250 kilómetros hacia el norte. Tomando Bad Wünnenberg como base de operaciones, pues al ser un pueblo turístico tiene una buena oferta de hoteles, el castillo queda a 15 kilómetros hacia el norte, tengo que mirar como ir hasta allí, pero no creo que haya problema.

También hay la posibilidad de alojarse en el mismo castillo, ya que hay allí un Albergue Juvenil. En este caso se puede llegar en autobús desde Paderborn, que está a unos 20 kilómetros al norte. Lo de dormir en el castillo de Himmler debe tener su gracia, así que es una idea a considerar seriamente. Lo malo es que acabé muy harto de los Youth Hostels... ya veré a ver qué hago.

Pues eso, el año que viene ya tengo escapada programada...

jueves, octubre 07, 2010

LA PORTADA



Bueno, pues ésta es la portada de mi nuevo libro, EL DESASTRE DEL HINDENBURG, cuya fecha prevista de salida a la venta es el próximo 18 de octubre.

La portada es algo muy importante en un libro, aunque parezca que es un elemento secundario. Yo no tengo duda de que una parte importante de la culpa del éxito de mi primer libro, el "Las cien mejores anécdotas de la Segunda Guerra Mundial" la tuvo la portada. A mí, sinceramente, no me acabó de convencer la primera vez que la vi, pero luego funcionó de maravilla, e hizo al libro ampliamente reconocible.



Supongo que alguno se preguntará cómo va esto de la portada, qué criterio se sigue para crear una, hasta qué punto el autor tiene capacidad para influir en su diseño, etc.

Bien, como es obvio, de crear la portada se encarga el diseñador con el que cuente la editorial y, hasta la fecha, la verdad es que he tenido mucha suerte con los diseñadores que me han tocado, todos han sido muy competentes. En principio el diseñador idea algún boceto y te lo manda por mail para que le des tu opinión y aportes alguna sugerencia. Otros te mandan un par o tres de ideas para que le digas cuál ves mejor. Normalmente suelo dar el visto bueno a lo que me mandan porque ya lo veo bien y, como mucho, sugiero alguna pequeña mejora.

Pero, en el caso de este nuevo libro, tenía un especial interés en que la portada resultase impactante para reflejar toda la espectacularidad de la catástrofe del Hindenburg, así que, aun a riesgo de que al diseñador no le sentase bien mi intromisión, decidí hacer eso, entrometerme, y ofrecerme a crear junto a él la portada.

Afortunadamente, la predisposición del diseñador fue fantástica y el trabajo a dúo resultó. Yo tenía una idea en la cabeza bastante clara de lo que quería, como lo de las letras góticas (me hacía gracia ver mi nombre en letra gótica), pero algunos elementos aportados por el diseñador me parecieron que mejoraban claramente mi esbozo, como el fondo rojo en el título, así que estoy plenamente satisfecho del resultado final.

Pero el caso del libro del Hindenburg es una excepción; creo que a los diseñadores hay que dejarles trabajar libremente porque son auténticos artistas, al menos los que se han cruzado en mi camino, a lo que hay que sumar que varios de ellos eran entusiastas de la Segunda Guerra Mundial, por lo que sabían perfectamente el tipo de portada que se debía realizar. Sin embargo, hay otros libros por ahí que presentan unas portadas realmente disuasorias, que no se corresponden con el excelente contenido, lo que es una lástima porque hace que desmerezca el conjunto.

Así que ésta es la historia de la portada de mi nuevo libro, de la que espero vuestras opiniones. Bueno, la foto no es de la portada definitiva, en la que saldrá todo más limpio, pero para haceros una idea ya sirve.

En una próxima entrada os hablaré de algunos de los contenidos del libro, que seguro que os sorprenderán.

domingo, octubre 03, 2010

Las enseñanzas de Guardiola



Seguro que habéis visto ya esta campaña publicitaria por tierra, mar y aire, la del entrenador del Barcelona, Pep Guardiola, anunciando un banco. Bien, pues la campaña toma como leitmotiv unos supuestos consejos de Guardiola, que no son más que perogrulladas, pero que puestos en su boca parecen aquellas frases que soltaba Peter Sellers en Bienvenido Mister Chance.

Pero bueno, hoy en el diario viene una página de publicidad en la que se incluye una supuesta entrevista a Guardiola, en la que dice algo sobre los jugadores de fútbol que me ha resultado muy interesante:

"El más talentoso es el más fatigado. Crear cuesta mucho y cansa mucho".

Bien, esto es verdad. Crear cuesta mucho, más de lo que la mayoría de gente piensa. Tiene un enorme mérito crear algo de la nada, armado únicamente del teclado de un ordenador, un lapiz y un papel, o un piano. Por ejemplo, cuando en una mañana he logrado escribir tres folios -y no digamos si son cuatro-, me siento extenuado. Alguien puede decir "pero si sólo es escribir", y sí, visto desde fuera parece que no entraña esfuerzo, pero no es así.

Por desgracia, quitando los casos en los que el éxito del creador es apabullante y se traduce en dinero, el tener una personalidad creativa acarrea muchos más inconvenientes que ventajas, y es que el que es capaz de crear algo atrae de inmediato sobre sí la sospecha. Yo, en los ámbitos en los que percibo que el pensamiento original no sólo no es valorado, sino que es contraproducente, intento mantener mi creatividad lo más oculta posible.

Bueno, entre los visitantes habituales de este blog contamos con unos cuantos creadores. El último en sumarse es un lector de mis libros, Fernando, que me mandó un mail dándome su opinión sobre ellos y, de paso, me dijo que había compuesto una canción sobre Sophie Scholl, la joven activista que pagó con su vida el enfrentarse al régimen nazi.

Yo me quedé sorprendido y le pedí que por favor me la mandase. Después de escucharla, pensé que merecía ser escuchada por mucha más gente, así que le sugerí que la subiese al Youtube para darle la difusión que merece.

Pues aquí tenéis este ejemplo de creación artística. Espero que os guste.



Desde aquí mis felicitaciones a Fernando. No es muy habitual que un músico español dedique un tema a un asunto de la Segunda Guerra Mundial, yo al menos no conozco ninguno, así que ahí va nuestro reconocimiento.

Y como reconocimiento también a los creadores que visitan el blog, os pediría que pusiéseis en los comentarios los enlaces a aquellas webs en las que se muestren vuestras creaciones artísticas. Para un creador no hay nada más estimulante que dar a conocer sus creaciones, así que adelante...