
Bueno, amigos, a ver si esta semana le doy el arreón definitivo a mi primer ebook, una semana en la que, si MRW quiere, recibiré en casa los primeros ejemplares de mi
BREVE HISTORIA DE HITLER.
Pues con motivo de la aparición del que es mi décimosexto libro, vamos a dedicarle este
post al personaje en cuestión.

Hace unos días leí esta
NOTICIA, ante la que me quedé flipando... Hace referencia al famoso no-episodio en el que Hitler supuestamente se negó a estrechar la mano del atleta negro Jesse Owens, en los Juegos de Berlín de 1936, y que a estas alturas ya todos sabéis que nunca tuvo lugar (ver pág. 338 de mi libro
EL REICH DE LOS MIL AÑOS).
Resumiendo; en la primera jornada, Hitler felicitó personalmente a los ganadores de las medallas de oro -entre ellos varios alemanes-, pero ya a última hora, de noche y amenazando lluvia, abandonó el estadio cuando todo apuntaba a que los ganadores de salto de altura iban a ser dos afroamericanos, Cornelius Johnson y Davis Albritton.
Ante la duda razonable de que se hubiera marchado por motivos racistas, el Comité Olímpico Internacional informó a Hitler de que debía felicitar a todos los ganadores o a ninguno. Hitler optó por lo segundo, y así lo hizo a partir de ese momento. Por tanto, lo de que Hitler abandonaba el palco para no felicitar a Owens no es más que un mito.

Eso sí, Hitler evitó fotografiarse con Owens, algo que seguramente hubiera hecho de ser blanco, pero el presidente norteamericano, Franklin D. Roosevelt tampoco lo hizo; no recibió a Owens en la Casa Blanca para no perjudicar sus expectativas electorales en los Estados del sur.
Pues he flipado porque en la noticia aparece una mujer que dice haber sido testigo de ese no-episodio, la gimnasta Hildegard Fraser, que será la encargada de llevar la antorcha olímpica en los Juegos de Londres de este año, así que me temo que vamos a tener que escuchar esa leyenda urbana como si fuera cierta muchas veces más. Miedo me da pensar que así se escribe la Historia...
Y yo me pregunto: ¿Cómo se puede ser testigo de un hecho que no tuvo lugar? Esto me ha recordado aquella historia famosa de
Ricky Martin, la niña, el perrito y la mermelada...
Lo peor es que lo políticamente correcto es hacer como si eso hubiera pasado, y el que diga que no, inmediatamente se convierte en sospechoso...
A Hitler se le puede acusar de haber causado millones de muertos, él mismo ordenó masacres como la de Lídice y no dudó en ordenar incluso el asesinato de compañeros suyos, como en la Noche de los Cuchillos Largos, o la terrible represión que desató tras el atentado del 20 de julio de 1944. Por tanto, un hombre así era capaz de cualquier iniquidad... incluida la de no dar la mano a Owens.
Esto me recuerda aquella ingeniosa frase de Thomas de Quincey:
"Si uno empieza por permitirse un asesinato pronto no le da importancia a robar, del robo pasa a la bebida y a la inobservancia del día del Señor, y se acaba por faltar a la buena educación y por dejar las cosas para el día siguiente".
Pues eso, es como si de Jack el Destripador, como era tan malo, demos por supuesto que se colaba en el metro... Así que se cumple aquel principio periodístico de "no dejes que la realidad te estropee una bonita historia".
Para acabar, vamos con un frikivideo en el que aparecen varias maneras de acabar con Hitler (la mejor es la última):
Y por último, me hago eco de una de esas "noticias" recurrentes, la del supuesto
hijo francés de Hitler, del que ya hablé en mi libro
ENIGMAS Y MISTERIOS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. Yo no creo que sea verdad, ya que durante la Primera Guerra Mundial Hitler estaba más preocupado por hacerse con la ración de mermelada de sus compañeros que en confraternizar con las francesas, pero cualquier cosa es posible, sobre todo si vemos la foto de ambos; si no es un
fake, el parecido es innegable, son como dos gotas de agua...

Bueno, está claro que Hitler sería el último yerno que una madre querría, pero a su favor hay que decir que es la tabla de salvación de los blogueros poco inspirados un domingo por la tarde...