viernes, junio 05, 2020

LA ESPAÑA DEL CORONAVIRUS, COMO SI HUBIESE SIDO BOMBARDEADA DURANTE OCHO MESES POR LA LUFTWAFFE




Bien, amigos, espero que os encontréis todos bien. Por mi parte estoy perfectamente, dando el último toque a mi próximo libro, que todavía no sé cuándo saldrá. La editorial tiene intención de publicarlo este mismo otoño, pero ya sabemos que las cosas cambian de un día para otro, así que aún no está confirmado.

Lo que puedo adelantaros es que éste será el mejor libro que he escrito, y los que me conocéis sabéis que no suelo decir eso de mi último libro para promocionarlo. Esta obra es realmente excepcional, seguro que vais a disfrutar mucho con las historias que ahí explico.

Afortunadamente, mis apocalípticos augurios sobre la crisis alimentaria que nos esperaba por el coronavirus no han sucedido, al menos de momento, y el aprovisionamiento de alimentos parece garantizado durante bastante tiempo. De todos modos, los epidemiólogos alertan de que en otoño-invierno el virus, después de tomarse unas vacaciones en verano, puede regresar incluso con más fuerza, como lo hace el virus de la gripe estacional, así que quizás sea precipitado afirmar que el peligro ha pasado.




Pues, como uno siempre tiene en su pensamiento la Segunda Guerra Mundial, cuando hace un par de días los medios informaron de que los fallecimientos reales a consecuencia del coronavirus en España han podido ser de 44.000 personas, enseguida recordé que esa fue aproximadamente la cifra de muertos que provocó en Gran Bretaña la campaña de bombardeos llevaba a cabo por la Luftwaffe sobre objetivos civiles entre el 7 de septiembre de 1940 y el 21 de mayo de 1941: entre 40.000 y 43.000 según las fuentes.




Extrapolando a muestro país lo sucedido en Gran Bretaña a lo largo de esos ocho meses en apenas tres meses, sería como si durante este tiempo, por ejemplo, Madrid hubiera sido bombardeada en 71 ocasiones (57 noches consecutivas); Barcelona, Sevilla y Valencia ocho veces; Zaragoza seis; Bilbao cinco; Málaga cuatro; Vigo y Santander tres, y ocho ciudades más hubieran sido atacadas una vez.




¿Qué conclusiones podemos extraer de este paralelismo?

A pesar de la pérdida de ese gran número de personas, podríamos decir que el ánimo de la población española no se ha visto afectado, a tenor de la velocidad con la que se han llenado las terrazas y se han comenzado a organizar barbacoas en cuanto la fase de desescalada lo ha permitido. Esto coincidiría con el modesto impacto de la campaña de bombardeos sobre la moral británica, que no se vio afectada.

Por otro lado, extraña que una cifra de fallecidos tan alta en tan poco tiempo, en el caso de España, haya sido asimilada en general de forma tan poco traumática. Esto podría ser explicado por esa sentencia falsamente atribuida a Stalin de que "un muerto es una tragedia, pero un millón de muertos es una estadística". O quizás no habría que acudir al padrecito Stalin, sino quedarnos en el refranero español: "El muerto al hoyo y el vivo al bollo".