sábado, mayo 27, 2006

La esvástica y los indios


La llegada de los nazis al poder en 1933 tuvo enormes consecuencias. Aunque la mayor parte fueron trágicas, una de ellas fue ciertamente tan insólita como impredecible: el obligado cambio de la ancestral simbología de los indios norteamericanos.

El origen de esta inesperada alteración sería la contradictoria existencia de una insignia militar en el Ejército norteamericano, en la que se mostraba una esvástica. La 45ª División de Infantería , constituida en 1920 por la Guardia Nacional de varios estados del suroeste del país –Oklahoma, Colorado, Arizona y Nuevo México- tenía como insignia oficial un cuadrado apoyado sobre uno de sus vértices, mostrando una cruz gamada en el centro.

Para los indios norteamericanos, al igual que en muchas otras culturas, la esvástica era un símbolo solar que atraía la buena suerte. Por ello, desde tiempo inmemorial, la cruz de la que más tarde se apropiarían los nazis aparecía dibujada en telas y objetos de los nativos. Al haber un buen número de ellos alistados en esa División, se escogió ese signo para identificarla.

Los colores de la insignia tampoco habían sido elegidos al azar. La esvástica aparecía en color dorado, mientras que el cuadrado era de color rojo. Con ello se quería recordar la histórica presencia española en estos estados con los colores de su bandera.

En los años treinta, la coincidencia entre la esvástica de la 45ª División y la del régimen nazi se observó simplemente como un hecho curioso. No obstante, la expansión del Tercer Reich y su enfrentamiento diplomático con las potencias occidentales llevó a pensar que, más pronto que tarde, el régimen de Hitler podía representar una amenaza para Estados Unidos.

Este hecho llevó en 1939 a que Washington cursase una petición a la 45ª División de Infantería para que modificase su insignia. Esta solicitud no fue bien acogida; artesanos indios de todo el país firmaron peticiones para que se mantuviera el polémico símbolo, argumentando que éste ya existía mucho antes de que los nazis irrumpieran en la historia.

Aún así, las autoridades militares norteamericanas no dieron su brazo a torcer y decidieron modificar la insignia. A partir de entonces, la esvástica pasaría convertirse en el dibujo de un ave emplumada –un animal sagrado para los nativos-, respetándose los colores amarillo y rojo. Debido al nuevo símbolo identificativo, a partir de entonces a sus integrantes se les llamaría Thunderbirds.

El hecho de que una División estadounidense luciese la esvástica durante el período de entreguerras no deja de ser una anécdota. Sin embargo, para los coleccionistas de insignias, la de la 45ª División de Infantería se ha convertido en un objeto de deseo. Por una de ella se pagan grandes sumas de dinero, siendo así la insignia más valorada de todo el Ejército norteamericano.

Si en un primer momento los indios soportaron con desagrado la sustitución de su símbolo ancestral, el desarrollo de los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial vino a demostrar que la decisión de eliminar la esvástica había sido una medida acertada.

Una vez finalizada la contienda, representantes de varias tribus norteamericanas, como los Navajo o los Apache, hicieron público un manifiesto por el que se renunciaba a la representación de la esvástica. La razón era que ese signo de buena suerte se había convertido en un símbolo del mal.

En su declaración, los nativos afirmaban:

“Pese a que este signo ha simbolizado la amistad desde los tiempos de nuestros antepasados, recientemente ha sido denigrado por otra nación. Por lo tanto, resolvemos desde hoy y para siempre que nuestras tribus renuncien al uso de este emblema conocido como esvástica en la elaboración de mantas, cestos, vestidos y objetos artísticos”.

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