viernes, junio 29, 2007

Me voy a Benidorm...

No, es broma, pero bueno, me voy dos semanitas de vacaciones, así que os vais a librar de mí durante ese tiempo.

Pues no me voy a Benidorm, como decía aquella canción de los Nikis, ni a Marina d´Or Ciudad de Vacaciones, sino a Lanzarote, que igual está un poco más tranquilo. La verdad es que no tengo ganas de coger vacaciones, porque estoy metido de lleno en lo de la guerra de Secesión y este impasse me va a hacer perder el ritmo. Cuando cortas, luego tardas una semana más en volver a pillar la dinámica de escribir, así que de buena gana me quedaría... en serio.
Pero claro, a nadie le amarga un dulce y me voy con la mujer y el niño para las Canarias. Hace una semana pillamos un pack de esos de viajes Halcón, soltamos la pasta y ya está, con los billetes en la mano y el lunes para el aeropuerto. Eso me ha hecho recordar cuando los viajes veraniegos eran otra cosa...
Me he acordado de cuando nos metíamos toda la familia en el Seat 850 e íbamos a Aragón. Aquellos viajes sí que eran épicos y no los del París-Dakar. Entonces aún no estaba hecha la autopista y te pasabas el camino adelantando camiones y jugándotela cada vez. Y de fondo el omnipresente Toro de Osborne.

Me acuerdo que parábamos en un hostal que se llamaba El Ciervo, por los Monegros, en el que había una empalizada con un ciervo de verdad e íbamos a verlo de cerca. No sé si estará aún el ciervo (supongo que en todo caso sería el hijo o el nieto del que estaba entonces), a ver si alguien tiene noticias actuales.

Pues cuando nos pillaba una avería por el camino (algo a lo que era proclive el 850) podíamos tardar bastante más de lo previsto. Una vez tardamos doce horas y llegamos ya de noche, lloviendo, bueno, parecía que llegabas a Sebastopol, cuando hoy se tarda unas cuatro horitas o menos.
Esto fue hasta 1977. Después vino el Seat 124, con el que íbamos a Murcia, al Mar Menor. Este coche era más fiable, pero como se calentaba un montón debíamos ir con la calefacción puesta, y eso en agosto... Entonces había autopista, pero a trozos. Y no veas atravesando Valencia, el llamado Semáforo de Europa. Aquellos viajes, aunque menos, también eran míticos.

Y ahora todo es mucho más fácil. Al aeropuerto y te plantas en otro sitio, te llevan al hotel, y a la piscina.
Pues nada, me voy para allá y nos vemos dentro de quince días. ¡Un saludo!

4 comentarios:

Unknown dijo...

Pues nada que las disfrutes que a veces es bueno desconectar... todos los de muestras generaciones recordamos esos viajes con cariño... yo recuerdo los entremeses de los Paradores, los Barreiros, el calorcito sano, el olor del mar... en fin... que descanses.

En cuanto al libro, espero que dediques espacio a Stonewall Jackson auténtico héroe y nos aclaremos de una vez por todas del orden de las batallas -Manassas, Appomatox, la segunda de Bull Run...- ah, creo que había un regimiento mandado por un español...

Raul dijo...

Pues que lo disfrutes mucho y que descanses.

Te pensaba enviar el siguiente material de la guerra de secesion:

The Civil War (Ken Burns, 1990) DVDrip VOSI

Esta en ingles y lo puedes descargar por la mula. Hoy por hoy son los mejores documentales sobre la guerra de secesion. Son 10 Dvds.

Espero que te sirva. Cualquier cosa estamos en contacto.

Felices Vacaciones!!

Raul

Nacho dijo...

Hummmm, tengo la impresión de que no vas a desconectar mucho... estaras con un pie en la playa y otro en tus libros... pero bueno, disfruta dentro de lo posible. Saludos

Jose dijo...

No veas, los viajes de antes:
A ver si alguién lo supera:
Pamplona -Cartagena, 13 horas de viaje, en un 127, 4 personas,el perro en el maletero, las jaulas de los pajaros, y la baca del coche tipo moro, el que suscribe, vomitando desde el minuto 1,atravesando Navarra,Zaragoza, Teruel(incluido el Puerto de Paniza), Castellón,Valencia, Alicante y hasta Cartagena...Así que cuando yo llegaba a casa de mis abuelos, blanquito del clima navarro , más blanco-amarillo de la vomitona continua, sin beber ni comer en 13 horas, salvo un limón para chupar que algún camionero me daba en algún area de servició, pues imaginar...lo primero que hacía mi abuelo era meterme una caña con almendras y luego un vino kina con su huevo (desde que me acuerdo, osea , desde los 7 años hasta los 16)y desde luego, el color me volvia a la cara...
Después de eso, ya no me mareo en nada!
saludos y disfrutemos todos de las comodidades de los coches de hoy en día!