lunes, diciembre 26, 2016

VISITA AL CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE NEUENGAMME




Bien, amigos, vamos con mi crónica de la visita al campo de concentración de Neuengamme, en las cercanías de Hamburgo.

En este PDF tenéis en español la historia del campo, así como la información práctica para realizar la visita.

Lo primero que sorprende es que Neuengamme no haya alcanzado la celebridad de otros campos como los de Dachau, Buchenwald, Sachsenhausen, Mauthausen o Auschwitz. De hecho, a algunos ni les sonará el nombre. Y es una pena, porque el recinto bien merece una visita de los que se sienten atraídos por estos lugares históricos.

Neuengamme ofrece al visitante más de lo que uno puede esperar. El recinto está muy bien conservado, con enormes edificios de ladrillo en perfecto estado. La extensión es enorme (57 campos de fútbol). La entrada es libre. Posee un interesante museo. Es fácilmente accesible en transporte público desde Hamburgo... ¿Qué más se puede pedir?


Como digo, llegar hasta allí es muy fácil. Hay que tomar la línea S21 del S-Bahn, o tren de superficie, en el centro de la ciudad hasta la estación de Bergedorf. Sirve el mismo billete de Metro, que permite también tomar cualquiera de los dos autobuses que salen de la misma estación y que llevan hasta Neuengamme: 327 y 227. La parada del campo es KZ-Gedenkstätte (Ausstellung). El trayecto dura una media hora. El autobús te deja en la misma puerta.

Tened en cuenta que, a la vuelta, no tendréis que coger el autobús en sentido contrario, ya que la ruta es circular. Así que tendréis que volverlo a tomar en el mismo sentido. El campo tiene forma rectangular y se extiende junto a la carreterita por la que pasa el autobús. Así que hay tres paradas a lo largo del campo, la ya citada que es en la que tenéis que bajar, la KZ-Gedenkstätte (Klinkerwerk) y la KZ-Gedenkstätte (Mahnmal), que es donde tendréis que coger el autobús de vuelta una vez visitado el campo. Supongo que ha quedado claro, pero si alguien tiene dudas me puede preguntar.

Como he dicho también, la entrada es libre.



A la izquierda hay la oficina de información. Allí, una señora amabilísima -que me explicó que era originaria de la antigua RDA- me dio algunos consejos para visitar el campo. Se puede hacer con audioguía, pero no es buena opción, ya que al llegar al final del campo habría que regresar hasta esa oficina para devolverla, así que me lo desaconsejó; es sólo para los que se conforman con visitar el sector más próximo. Me dio un plano en el que me señaló los puntos más relevantes y comencé mi visita.

Los antiguos barracones están señalizados por estos rectángulos formados por piedras. En cada uno hay un cartel con una explicación del tipo de barracón que había ahí.

Aquí estaba la enfermería:



Este era el burdel del campo, para los kapos y los prisioneros con algún privilegio:



Este era un pequeño jardín, al que llamaban el Oasis, y al que los prisioneros no podían acceder:


Curiosamente, el emplazamiento y el carácter del lugar es similar al del zoo de Buchenwald, del que ya os hablé AQUÍ cuando lo visité. En el caso del Oasis de Neuengamme, se ve que tan sólo había una jaula con monos.

Estos son los cimientos de la prisión del campo, o "búnker", en el que también se llevaban a cabo las ejecuciones:



Aquí, los restos del crematorio:



En recuerdo de los prisioneros que llegaban en tren, se expone este vagón de los que se empleaban para este propósito:



Aquí, una visión general del campo:






Esto es lo que queda de una prisión para jóvenes que se construyó en el recinto del campo en los años setenta, y que fue posteriormente demolida tras las protestas de las organizaciones de ex-prisioneros:


Uno de los edificios acoge una amplia exposición de objetos relacionados con el campo. Entre ellos destaca la campana original del CAP ARCONA, el barco que fue hundido en un ataque británico cuando llevaba a bordo miles de prisioneros de Neuengamme:






El garaje de los vehículos de las SS se encuentra muy bien conservado. Acoge una exposición sobre los guardianes.



Este es uno de los letreros que se pueden ver en las paredes:




En el tramo final de la visita se encuentra otra parte muy interesante, en donde se sitúan las enormes naves en las que se fabricaban los ladrillos de los que Neuengamme debía abastecer a Hamburgo.

Una de ellas se puede visitar:


La foto no da idea de la inquietante sensación de vacío que provoca la enormidad de la nave, acentuada por el silencio reinante, provocando el conjunto una desazón que te invita a no permanecer mucho tiempo allí. Aunque no se distingue bien, al fondo hay una pequeña exposición en la que se explica cómo se fabricaban allí los ladrillos.

Este es el exterior de la inmensa nave:


Aquí, otro edificio, quizás el más emblemático del campo. Las rampas servían para que las vagonetas pudieran llegar hasta el piso superior:



Como podéis comprobar, la fábrica es realmente grande. Aquí tenéis sólo un ala:


Curiosamente, leí que, al contrario de lo que podría parecer, la fabricación de ladrillos estaba tan automatizada que requería de poco personal.

Los ladrillos eran llevados a Hamburgo en estas barcazas, que también servían para traer arcilla a la fábrica:


Finalmente, se puede ver este Memorial en recuerdo de las víctimas:



Al lado hay esta figura escultórica:


Y en el camino que va hacia la salida, esta placa recuerda a los internos españoles:



Esta es la salida (o entrada, si se accede por aquí):



La visita me llevó tres horas justas a buen ritmo, pero si uno se toma su tiempo en todas las exposiciones puede emplear fácilmente cuatro horas.

Como colofón, esta bucólica estampa del paisaje que se podía admirar desde la parada del autobús:



Espero que os haya gustado la crónica y las fotos, y os haya despertado la curiosidad por este campo tan poco conocido.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Jesus. Puedes dejarme tu correo? Me gustarìa hacerte unas preguntas.

Gracias y enhorabuena por el blog que acabo de descubrir!!

Jesús Hernández dijo...

Jhermar (arroba) hotmail.com

Unknown dijo...

Hola, me llamó victoria un tío-abuelo desapareció en este campo, él se llamaba Josep Arbones era de Almatret Lleida. Supe desde muy joven de su desaparición por mi abuela....le buscaron pero nunca dieron con él. Ella se murio sin a saber donde se perdió su hermano. En 1995 después de la unificación de Alemania mandarn una carta al Ayuntamiento del pueblo informado de fecha y lugar de su defunción, y también por si había algún familiar cercano.

Jesús Hernández dijo...

Hola, Victoria, un investigador se ha puesto en contacto conmigo para ver si puede contactar contigo, ya que tiene información de gran interés para los familiares de los que fueron allí deportados. Si eres tan amable, ponte en contacto conmigo en el mail jhermar(arroba)hotmail.com y te paso su mail, un saludo.