lunes, noviembre 04, 2013

"EL AVION ROJO DE COMBATE": EL LADO HUMANO DEL MITO


Hoy os traigo una sugestiva novedad editorial: Las memorias de Manfred von Richtofen, el Barón Rojo. Hace unos meses os hablé de un libro de la editorial granadina Macadán, KOMPRESSOR; ahora es la misma editorial que nos ofrece esta pequeña perla, AVIÓN ROJO DE COMBATE.

Este aviador alemán consiguió trascender su papel en la Primera Guerra Mundial para convertirse en un auténtico mito. Si preguntáis por la calle quién era el Barón Rojo, la gran mayoría lo acertará, y eso está al alcance de muy pocos, tal vez Mata Hari o Lawrence de Arabia. Incluso si sólo mostráis su aeroplano rojo, bastantes lo podrían identificar.

Sin embargo, ¿qué hay detrás del mito?

Este libro viene a mostrarnos la cara humana del héroe, en sus personales e intransferibles palabras. Estas memorias fueron escritas por Richtofen en julio de 1917, mientras se recuperaba de la herida en la cabeza provocada por una bala perdida mientras perseguía a un avión enemigo. Durante su convalecencia en Courtrai, Bélgica, escribió estas páginas, que se publicarían antes de su muerte. Por entonces era ya una celebridad, y este libro hizo aumentar aún más popularidad.


¿Qué podemos encontrar en este libro?

Aquí no encontraremos unas sesudas memorias al uso, sino más bien los escritos de un joven impetuoso y valiente, quizás más interesado en vivir aventuras y sentir la adrenalina del combate que en escribir. El era un hombre de acción, y eso se aprecia en el libro, relativamente breve, y escrito casi como si él mismo te estuviera explicando su vida, sin rodeos ni afectaciones. Tampoco hay profundas reflexiones sobre la guerra o lo que significa enfrentarse en uno de esos duelos aéreos a muerte...

Richtofen nos explica todo con una sencillez natural, pero a la vez con un indisimulado orgullo, como si un joven actual nos contase sus éxitos deportivos. Por todo ello, estas memorias nos llegan sorprendentemente frescas, muy diferentes de otros testimonios de la Primera Guerra Mundial, que no pueden ser ajenos a la terrible guerra de trincheras o la inutilidad de la carnicería en la que estaba sumida Europa.

Pero este libro, como apuntaba, también nos sirve para descubrir la cara humana del mito. A Richtofen no le importa hablar de sus fracasos, de sus miedos, de sus errores, incluso de cuando hace el ridículo, situaciones por los que todos hemos pasado alguna vez. Por ejemplo, suspendió su primer examen para ser piloto de caza. O, acostumbrado a volar sobre territorio enemigo mientras era hostigado, se perdió mientras sobrevolaba Alemania durante un permiso. Pero él supera todos esos momentos en los que su capacidad es puesta a prueba y consigue llegar a ser el mito en el que se convirtió.


El libro también nos ofrece pasajes verdaderamente insólitos, como cuando Richtofen explica que, en los primeros compases de la guerra, los soldados alemanes desconocían todo sobre la aviación; esto provocaba que, por si acaso, disparasen a todos los aviones que les sobrevolaban, fueran amigos o enemigos, ya que no sabían que los aparatos alemanes llevaban una cruz en las alas.

También sorprende cuando Richtofen se refiere con naturalidad a las represalias contra civiles belgas por las acciones de los francotiradores, como cuando quema una casa o cuando dice que "hubo que arrimar a la pared a algunos de aquellos caballeros" (fusilar). Y casi inmediatamente, Richtofen se refiere a sus sensaciones tras haber entrado en combate en tierra por primera vez (antes de convertirse en aviador), diciendo "fue muy divertido, probablemente mi momento favorito de todo el conflicto. Ojalá pudiese volver a revivir el inicio de la guerra".

Además de su contenido, mención aparte merece la edición, con una cubierta pulp, una portada vintage muy lograda, una tipografía equilibrada y un apéndice con los planos y los datos técnicos de los aviones que pilotó el Barón Rojo.

En suma, un libro con una mimada edición, que realza este documento histórico; el autorretrato del piloto de caza más famoso de la historia y que, a pesar de que casi ha pasado un siglo de sus gestas, sigue mostrándose tan fresco y desafiante como entonces.

Este es el testamento de un hombre que vivió deprisa, murió joven, dejó un bonito cadáver y se convirtió en fuente de inspiración; la prueba, este tema -también inmortal- de un grupo del que yo era seguidor cuando era joven... Barón Rojo:





8 comentarios:

Santy_RS dijo...

Un saludo a todos:

Para los que como yo somos "aerotrastornados" e interesados en la Primera Guerra Mundial, la lectura de la autobiografía de Richthofen es casi obligatoria. Jesús yo compré el libro cuando lo sacó la editorial Almena en el 2000.
( http://novilis.es/?p=732 ).

pedroboso dijo...

Yo tb tengo el libro y me gustó bastante, imprescindible si uno quiere saber más del Baron Rojo. Está ilustrado con bastantes fotos, incluidas alguna de Göring muy joven y delgado..

JH no sabía yo que eras fan del grupo "Barón Rojo", seguro que tb te gustaba "Obus", je,je

Saludos

Unknown dijo...

Al parecer ésta es la primera edición íntegra de los escritos del Barón, y es otra traducción por lo visto (la de Almena es, en fin... También la tengo) Lo bueno es que está anotado muy correctamente. Hoy me ha llegado. La editorial ya la conocía por Kompressor.

Jesús Hernández dijo...

Sí, Pedroboso, era fan de Barón Rojo... todo el mundo tiene un pasado.

Mario Tenorio dijo...

Libro interesante, lo conocía de pasada pero ahora esta entrada ha levantado mi interés y cuando eso ocurre...¿dónde he dejado mi cartera?

¡Bonita cabecera del blog!

Saludos desde el Sur.

Jesús Hernández dijo...

Me alegro que te guste la nueva cabecera, Mario.
Ya sé que habrá quien le guste más la anterior, pero creo que hay que ir renovando el blog de vez en cuando y como ayer me sentía inspirado...

isra dijo...

Ya conseguí que la parienta me regalase el de kompressor, el último tuyo... a ver cómo planteo este nuevo libro.

Por cierto, me encanta la nueva cabecera, además, es una buena forma de "actualizar" el blog, yo creo que en 5 años la he cambiado unas 40 veces. Y tanto fondo como cabecera están muy equilibrados, un 8 sobre 10 (si la hubiese hecho yo tendría el sobresaliente, jejejeje)

JOSE TERAN dijo...

Hoy he podido conocer otra perspectiva de quien fue un As en la Primera Guerra Mundial. Todos tenemos un principio y un fin de vida; asi que agradezcamos a Dios el vivir, aprender, enseñar sintiendo el gozo que muchoa cada dia no pueden disfrutar. No fui aviador, aunque presté mis servicios como Oficial Asimilado en la FAV y expreso mi gratitud por todo cuanto aprendi en tierra y en los significativos momentos que volé en las aeronaves piloteadas por amigos o compañeros. Si volviera a nacer, seria un Oficial de la FAV