lunes, noviembre 12, 2018

EL CAPITÁN (DER HAUPTMANN, 2018): MUERTE A LOS TRAIDORES




Bien amigos, ya estoy por aquí después de dejar mi nuevo libro listo para entrar en imprenta. Así que vamos con la película que vi ayer, EL CAPITÁN (Der Hauptmann, 2018), dirigida por Robert Schwenkte.

El film explica la historia real de Willi Herold, un joven de apenas 19 años que en abril de 1945, tras verse separado de su unidad, se hizo pasar por capitán de la Luftwaffe después de que encontrase un uniforme abandonado en un vehículo.

Amparándose en su recién estrenado rango, reunió un grupo de hombres que habían quedado también perdidos y se dirigió al campo de prisioneros de Aschendorfermoor, en el que estaban confinados desertores del ejército alemán. Asegurando cumplir órdenes directas del Führer, se hizo cargo del campo y comenzó a asesinar a los internos.


Como veis, el planteamiento de la película no puede ser más prometedor, de ahí que tuviera muchas ganas de verla. El tema de los desertores en esas últimas semanas del Tercer Reich no ha sido demasiado tratado, por lo que contaba con un plus de originalidad.

Sin embargo, en mi opinión la cinta no cumple con esas altas expectativas. De hecho, no llegué en ningún momento a conectar con la historia. La interpretación del protagonista, Max Hubacher, sin ser deficiente, no deja traslucir lo que debía sentir el verdadero Herold, por lo que su comportamiento aparece un tanto incomprensible. El resto de interpretaciones tampoco es demasiado brillante.

Aunque se ha destacado la fotografía -está rodada en blanco y negro con alto contraste-, creo que no ofrece ese toque de documental que tenía, por ejemplo, La lista de Schindler. Tan sólo aparecen imágenes en color cuando brevemente se muestra el estado actual del lugar en el que se levantaba aquel campo de prisioneros.




En definitiva, creo que la historia daba mucho más de sí y que se ha desaprovechado. Quizás el director debería haberse inspirado en la película FUNNY GAMES para aprender a mostrar de manera perturbadora todo el horror que suscita la violencia arbitraria. Lo más positivo es que el film ha hecho aflorar esta insólita historia que, al menos, yo desconocía.

Por cierto, no os perdáis los títulos de crédito finales; quizás sea lo único que me ha gustado de la película.



Por último, anotad en vuestra agenda que de aquí a una semana tendréis a vuestra disposición en las librerías mi nuevo libro, GRANDES ATROCIDADES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, publicado por Almuzara, una obra en la que hubiera podido tener un hueco la escabechina que perpetraron Herold y sus hombres en el campo de Aschendorfermoor.


2 comentarios:

Ángel dijo...

Hola Jesús.

Ésto no es un comentario sobre la película Der Hauptmann sino una pregunta sobre tu libro de "Atrocidades en la 2ª GM".

Leyendo la sinopsis del libro (siguiendo tu enlace) me da la impresión de que está más dedicado a las barbaridades que se cometían contra la población civil por parte de los militares de los diversos ejércitos que entre los propios militares. ¿Es así? Vale que veo algún ejemplo de Ejército masacrando prisioneros (Katin)... pero supongo que lo que yo quería saber es si se tratan temas como lo ocurrido en Malmedy en Las Ardenas u otras parecidas.

Sea como fuere, me parece de los más interesante a priori y un digno ejemplar para "sugerir" que se me regale por Reyes a las personas adecuadas.

Gracias por tu atención.

PD: Releyendo la información del libro... A lo mejor yo he entendido mal el "espiritú" del libro y (por terrible que suene) para que una situación sea contada como "atrocidad" tiene que haber un número muy elevado de víctimas. Por eso, lo de Peipper en Malmedy (no sé si lo he escrito bien) no entraría en el libro. O hubo tantas situaciones terribles en la WW2 que no cabe todo. Cielos. En fin, perdona los desvaríos.

PD2: Has incluído lo de Katyn. Te la vas a cargar. Todavía hay gente que te va a discutir que "eso" no lo hicieron los rusos. Yo no.

Jesús Hernández dijo...

Hola, Angel, muchas gracias por el interés mostrado por mi nuevo libro.

La realidad es que no existe unas reglas establecidas para definir un hecho como "atrocidad", por lo que el criterio elegido por mí es personal, como podrás comprobar cuando tengas el libro.

La matanza de Malmedy podía haber entrado en la selección pero, tal como digo en el prólogo, el espacio era limitado, por lo que son muchas las atrocidades que no figuran.

Ya sé que todo escritor habla muy bien de su último libro, pero creo que éste es uno de mis tres mejores, estoy segurísimo de que te gustará, te lo garantizo, espero tu opinión, ¡un saludo!