domingo, julio 20, 2014
HASTA LA VUELTA... Y SED BUENOS
Bien, ya tengo la mochila preparada, mañana tempranito me voy.
Quiero agradeceros a todos que hayáis estado siguiendo el blog este curso también, en el que hemos superado el millón de visitas totales. Me hubiera gustado atenderlo más y mejor, posteando más entradas de calidad como ésta última, así que espero poder ofreceros entradas más frecuentes e interesantes, me pongo esos deberes para el curso entrante.
Como sabéis, en septiembre-octubre tendréis en las librerías mi último trabajo, y a la vuelta de vacaciones dejaré listo el proyecto que saldrá a primeros de 2015.
Pero ahora toca desaparecer unas semanitas, aunque de todos modos me iré conectando para subir comentarios o atender las cosas que vayan surgiendo.
Y nada, a ver lo que se nos ofrece este próximo curso, que se presenta interesante; igual en unos meses voy a necesitar el pasaporte para visitar a mi primo de Teruel, o quizás esto sea ya una república bolivariana, que me parece que cualquier cosa es posible...
Pasadlo muy bien estas vacaciones y, sobre todo, sed buenos, que os estaré vigilando.
miércoles, julio 16, 2014
ENTREVISTA CON MANUEL MOROS PEÑA, AUTOR DEL LIBRO "LOS MÉDICOS DE HITLER"
Para acabar el curso, creo que nada mejor que una entrada de calidad. Así, os presento a Manuel Moros Peña (Zaragoza, 1969), un autor que, aunque publica también en Nowtilus, no tengo el gusto de conocer personalmente, pero que se ha brindado con gran amabilidad a concederme esta entrevista para el blog.
A Manuel Moros lo descubrí con su primer libro editado en Nowtilus, HISTORIA NATURAL DEL CANIBALISMO. Tengo que confesar que me acerqué a ese libro con muchas precauciones e incluso prejuicios, ya que temía que fuera una obra sensacionalista, a pesar de que el autor es médico de profesión. Sin embargo, esa obra me gustó mucho, ya que es un estudio serio y riguroso sobre un tema que se presta al morbo y el amarillismo.
Con ese precedente, me acerqué de manera más receptiva a su última obra, LOS MÉDICOS DE HITLER, aunque tengo también que confesar que albergaba dudas sobre el tratamiento que el autor iba a dar al tema. No obstante, el libro me sorprendió también muy positivamente. Aunque he leído bastante sobre la medicina nazi, la obra de Moros me ha aportado mucha información que desconocía, sobre todo en lo referido a los antecedentes, y además, en su calidad de médico, aporta un enfoque distinto al que puede ofrecer un historiador.
Por tanto, LOS MÉDICOS DE HITLER me parece una aportación muy destacada a la bibliografía en español sobre el Tercer Reich.
Una vez metidos en harina, vamos con la entrevista a nuestro invitado.
1. ¿Cómo fue el origen de este libro? ¿Cómo surgió la idea? ¿Considerabas que existía un hueco en la bibliografía en español que había que cubrir?
Todo empezó cuando decidí escribir un artículo para la revista Más Allá, en la que colaboro, sobre los experimentos médicos con gemelos de Josef Mengele en Auschwitz. Yo creía que el suyo había sido un caso aislado, el de un psicópata que se había aprovechado de la oportunidad única que le había facilitado el universo concentracionario nazi para llevar a la práctica sus delirantes fantasías, pero me encontré con que, en realidad, Mengele era el alumno aventajado de Otmar von Verschuer, el director del prestigioso Instituto Káiser Guillermo de Antropología de Berlín y una autoridad mundial en el estudio de estos hermanos.
Y no sólo eso, sino que no fue el único, porque fueron muchos los médicos de renombre, profesores universitarios y hombres con brillantísimas carreras los que se prestaron a utilizar las “cobayas humanas” proporcionados por el Reichsführer-SS Heinrich Himmler para verificar delirantes hipótesis y practicar insensatos experimentos con los deportados que, con una tenacidad implacable llevaron a cabo hasta el hundimiento del Tercer Reich.
Además, me encontré con que los médicos, que se afiliaron al Partido Nazi antes y en mayor número que ningún otro colectivo, no solo participaron en la esterilización de 400.000 de los llamados “no aptos”, sino que fueron también médicos, principalmente psiquiatras, quienes planearon y pusieron en práctica la llamada Acción T4, la operación secreta que acabó con la vida de 300.000 seres humanos etiquetados como “vidas indignas de ser vividas”, auténtica antesala ideológica y material del Holocausto. Como médico, me sentí muy intrigado por cómo pudo ser que estos hombres cuyo oficio consistía en aliviar el dolor y preservar la vida se convirtieran en instrumentos de sufrimiento y muerte.
Comprobé entonces que en nuestro país, libros tan de referencia para los estudiosos de este tema como The Nazi Doctors de Robert Jay Lifton, Racial Hygiene de Robert Proctor o The Origins of Nazi Genocide, de Henry Friedlander, no habían sido traducidos a pesar de la abundantísima bibliografía que existe sobre el Tercer Reich, y me propuse no sólo llenar ese hueco, sino ofrecer una novedosa visión del nacionalsocialismo como “biología aplicada” y analizar en profundidad la situación y mentalidad de los médicos alemanes antes y durante la era nazi y las circunstancias que concurrieron para que una gran parte del colectivo acogiera con entusiasmo sus propuestas y colaborara en su política de exterminio y de creación de una superraza.
2. La obra está muy bien documentada, y demuestra un amplio conocimiento del tema. ¿Cómo fue todo el trabajo de documentación?
Realmente agotador, pues como te he comentado, los libros que he necesitado consultar he tenido que conseguirlos fuera de nuestras fronteras, todos en inglés, e ir colocando poco a poco durante cuatro largos años las piezas de un puzzle que arranca con Charles Darwin y termina con el Juicio de los Médicos de Núremberg. Internet me ha ayudado en ocasiones, pero a veces la red confunde más que ayuda. Es un libro que, en muchas ocasiones, me he sentido realmente tentado de abandonar y por ello, probablemente del que me sienta más orgulloso de haber terminado.
3. Lo que me ha parecido más interesante de tu obra es el relato que haces de los antecedentes de la eugenesia nazi, demostrando que ésta nació y se desarrolló en Gran Bretaña y, sobre todo, en Estados Unidos. Incluso Churchill se mostró en 1910 como un ferviente eugenista. ¿Crees que todo eso se ha intentado ocultar?
Indudablemente, sobre todo los estrechos lazos que unieron a los eugenistas norteamericanos y los higienistas raciales alemanes; los teóricos que dieron ideas a Hitler. Hitler admiraba las leyes de esterización forzada y de restricción de la inmigración urdidas por los eugenistas del otro lado del Atlántico y, de hecho, la llamada Ley para la Prevención de la Descendencia Genéticamente Enferma alemana tomó como referente la ley modelo del norteamericano Harry Laughlin, que para 1936 habían adoptado 36 estados. Los eugenistas norteamericanos recibieron con entusiasmo el programa de “purificación racial” nazi, y en una nota enviada a varios periódicos, Leon F. Whitney, secretario de la AES (Sociedad Americana de Eugenesia), dijo que con su política de esterilización forzada, “Hitler había demostrado su gran valor y su calidad como hombre de Estado”. Incluso uno de sus miembros sugirió que debería nombrarse a Hiler socio honorario.
Al mismo tiempo, la facultad de Medicina de Heidelberg, en reconocimiento, nombró a Laughlin doctor honoris causa en 1936. Pero después de la guerra, y a pesar de que Karl Brandt, máximo responsable de los asuntos sanitarios del Reich, alegó en su defensa en Núremberg que el programa de esterilización y de eliminación de “vidas indignas de ser vividas” había estado basado en ideas procedentes de Norteamérica, los eugenistas de este país olvidaron rápidamente su antiguo y entusiasta apoyo a los higienistas raciales nazis.
4. Un aspecto interesante de tu obra es que, como médico que eres, aportas un enfoque original que nunca podría dar un historiador. ¿Qué ventajas te ha aportado esa condición para afrontar el tema?
Ser médico me ha servido para meterme en la cabeza de estos torturadores y asesinos e intentar comprender yo mismo y explicar a mis lectores sus motivaciones, y creo que lo he conseguido, aunque, como digo en el libro, entender las razones de su conducta no les exime en absoluta de su culpa. Si se fija, en ningún momento antepongo al nombre de ninguno de ellos la palabra “doctor”. Respeto demasiado la bata blanca como para llamar “doctor” a cualquiera. Para mí, un doctor es alguien que salva vidas, no alguien que muestra un desprecio tan absoluto por la vida humana como ellos.
5. ¿Crees que los médicos nazis eran conscientes de todo el mal que hacían, o estaban convencidos de que estaban actuando correctamente? ¿Qué margen de actuación tenía un médico que no estuviera dispuesto a participar en estas prácticas?
Indudablemente eran conscientes del mal que estaban haciendo y, de hecho, todos intentaron no caer en manos de los Aliados al final de la contienda. Sin embargo, en su momento, las vidas de los untermenschen (infrahombres) de los campos o de las “vidas indignas de ser vividas” de los sanatorios mentales no eran nada para ellos en comparación con la salud del Volk (el pueblo), a quien había que preservar de la “contaminación” racial o con conseguir conocimientos médicos que ayudaran a Alemania a ganar la guerra. Nunca se obligó a ningún médico a participar en las esterilizaciones forzadas, ni a asesinar a los discapacitados en los “mataderos” de T4, ni a seleccionar quién debía ir directamente a las cámaras de gas de los centros de exterminio, ni a realizar los experimentos médicos.
La higiene racial no fue impuesta por la fuerza al colectivo médico alemán, sino que fueron ellos mismos quienes acogieron con entusiasmo las propuestas nazis. En este último caso, todos los experimentadores se ofrecieron voluntariamente a Himmler, buscando la mayoría, además, su propio beneficio personal en forma de reconocimiento académico. Tenemos constancia de que el psiquiatra Gottfried Ewald, de Göttingen, no aceptó tomar parte en Acción T4, a pesar de lo cual no fue objeto de ningún tipo de represalia.
6. Para concluir con la entrevista, otro aspecto que me ha resultado novedoso es la descripción de los experimentos con humanos que se han venido realizando desde el final de la Segunda Guerra Mundial, especialmente por parte de los norteamericanos. ¿Hasta qué punto pueden ser comparables a los que llevaron a cabo los médicos nazis? ¿Crees que hoy en día se siguen realizando este tipo de experimentos o es algo que perteneces al pasado?
Uno de los argumentos esgrimidos por los abogados defensores de los médicos nazis en Núremberg fue que también los norteamericanos, que les estaban juzgando, contaban con una larga tradición de experimentos con seres humanos que no se habían ofrecido voluntarios. Se llegaron a presentar 150 de estas experiencias. Y después, a pesar de que elaboraron el Código de Núremberg que insistía en la absoluta necesidad del consentimiento informado y de la previa experimentación animal, siguieron realizando este tipo de experimentos en nombre de la seguridad nacional o el conocimiento científico, viéndose el Código como algo necesario para bárbaros, pero no para médicos y científicos “civilizados”. Y aunque no existe comparación entre las atrocidades cometidas por los médicos nazis y los experimentos norteamericanos, investigaciones como el infame Experimento Tuskegee, que siguió adelante hasta 1972, o los experimentos con radiactividad durante la Guerra Fría, son igualmente expresión de la creencia en el mayor valor de unos vidas con respecto a otras y una violación de la más elemental ética médica.
Hoy en día, todos los países desarrollados cuentan con una estricta legislación en cuanto a la experimentación médica con seres humanos, pero, lamentablemente, en el llamado Tercer Mundo estas disposiciones nunca han aparecido o lo han hecho de forma incompleta, lo que unido a la globalización de los ensayos clínicos, es decir, la realización de investigaciones con seres humanos en países pobres auspiciadas por las poderosas multinacionales farmaceúticas, ha dado lugar a experimentos éticamente inaceptables.
En abril de 2009, el gigante farmaceútico estadounidense Pfizer negoció con el gobierno de Nigeria el pago de una indemnización de 75 millones de dólares para evitar un juicio por la muerte de once niños y las graves secuelas causadas a decenas de ellos más tras haber utilizado el fármaco Trovan, en fase de desarrollo, en 200 niños durante una epidemia de meningitis ocurrida en 1996 sin haber informado a sus familiares de que sus hijos iban a formar parte de un ensayo clínico.
Muchas gracias, Manuel, por hablarnos aquí de tu interesante libro, esperamos que sea todo un éxito.
Y si se os ha destapado la curiosidad por esta obra, que seguro que sí, AQUÍ os podéis bajar el índice y algunos extractos de la obra en PDF.
lunes, julio 14, 2014
CERRANDO EL CHIRINGUITO
Bien, ya se está acabando el curso, y ahora que ha concluido el Mundial de Fútbol sí que da sensación de que comienza de verdad el tiempo de la indolencia, el dolce far niente y las siestas con la etapa del Tour de fondo.
Lo cierto es que, al menos aquí en Barcelona, de momento no hace nada de calor, parece que todavía estemos en primavera, lo que está genial. Yo aún voy a emplear esta última semana de trabajo antes de salir de viaje en acabar de dejar perfilado un proyecto que verá la luz a primeros del 2015, y que tras mi reincorporación al frente de batalla acabaré de pulir.
Por otro lado, también voy a dar el último vistazo a la maqueta del libro que, si los dioses quieren, tendréis en las librerías a mediados o finales de septiembre, del que ya hablaremos. Como os adelanté, a los que han tenido la suerte de leer el manuscrito les ha gustado mucho, así que estoy muy ilusionado con él. Por tanto, no os lo gastéis todo en cervezas en el chiringuito y guardad para cuando salga el libro; y si no tenéis, pues que el niño se quede sin estuche nuevo, lo primero es lo primero.
Para esta última semana de trabajo tengo previsto publicar aquí una entrevista con el autor de un interesante libro que he tenido ocasión de leer, y que creo que merece la pena que conozcáis, ya que aporta una visión novedosa sobre un aspecto concreto del Tercer Reich.
Para mí supone una alegría que cada vez más autores españoles se animen a escribir de temas que antes parecían vedados, y autores de una solvencia que no tienen nada que envidiar a los podemos encontrar fuera, así que atentos esta semana al blog.
Por último, AQUÍ tenéis un interesante reportaje sobre unos Messerschmitt Bf 109 que están a la venta en Texas. Los que seguís mi Página Oficial de Facebook ya sabéis de sobras cómo surgió la historia, así que no me voy a repetir.
Pues nada, los que estéis ya de vacaciones, espero que las estéis disfrutando de ellas, y los que, como yo, estéis preparando la maleta, ánimo que ya queda poco...
miércoles, julio 02, 2014
QUE LOS YIHADISTAS TOMAN BAGDAD... PUES VALE
El otro día vi la película EL ÚNICO SUPERVIVIENTE (Lone Survivor, 2013). La verdad es que es tan mala que un día vi la primera hora, la dejé aparcada, y otro día vi la segunda hora, más que nada por decir que la he visto entera.
Cuando se estrenó estuve a punto de ir a verla, ya que tenía muy buena pinta. Está basada en hechos reales, en una operación contra los talibanes que llevaron a cabo los míticos Navy SEAL en Afganistán en 2005.
Así que me puse a verla con buenas expectativas, sin haber leído antes ninguna crítica por si acaso, pero mi gozo en un pozo. La película es decepcionante, y ni siquiera las escenas de acción me parecieron logradas. No sé qué es lo que falla, si el guion, los actores o los efectos especiales, pero lo cierto es que no funciona.
Aquí tenéis el tráiler:
Lo único destacable es el final, cuando ves las fotos de los soldados que inspiraron la película, y te das cuenta de hubo hombres que murieron allí en Afganistán cumpliendo con su misión.
Pues a raíz de eso me puse a pensar y lo relacioné con lo que actualmente está pasando en Irak. Como sabéis, desde hace varias semanas los yihadistas del ISIS (Estado Islámico de Irak y Siria) van avanzando hacia Bagdad, y parece ser que ya están controlando bastante territorio, incluyendo ciudades importantes.
Con mi hermano comentamos lo raro que es que no se hable casi nada de todo esto; después de todo lo que se habló de la guerra de Irak, resulta que ahora, que se corre el riesgo de que todos los recursos que se han abocado ahí no hayan servido para nada si el país cae en manos de los yihadistas, nadie diga absolutamente nada.
Tan sólo hace unos diez días escuché que algunos congresistas republicanos norteamericanos habían pedido explicaciones a Obama por ello, pero creo que ahí quedó la cosa.
Por lo demás, estoy buscado noticias del avance yihadista y las últimas informaciones fiables datan de hace cuatro o cinco días, y en los telediarios no escucho nada sobre el tema.
Al igual que a Papuchi, a mí esto me parece...
Un día podemos encontrarnos en las noticias de Piqueras en Telecinco, entre la de un asesinado con treinta puñaladas y la de un pavoroso incendio en la que ha muerto abrasado hasta el gato, con que Bagdad ha caído en manos de los yihadistas y que las tropas occidentales van a tener que abandonar sus bases en Irak en 48 horas.
Creo que llegados a ese punto, la opinión pública se verá, sin duda, dividida; a aproximadamente la mitad de la población se la pelará, y a la otra mitad se la sudará, aunque quizás haya un pequeño porcentaje al que se la traerá floja.
Yo, la verdad, es que no tengo una idea formada sobre todo este asunto, me falta leer algunos artículos de fondo que tengo pendientes, pero no quiero imaginarme a los soldados norteamericanos que han perdido una pierna o un brazo, o a las familias de los que allí han muerto, cuando comprendan que ese sacrificio no ha servido para nada, y llevamos ese camino...
Y, aunque parezca que no, nos jugamos mucho en este envite. Si esto acaba siendo de nuevo Al-Andalus, que parece ser que esos señores tienen la intención, se nos acabó el jamoncito, la longaniza y el vasito de vino, algo por lo que creo que vale la pena luchar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)