Vamos allá. Por un lado, se ve que el acero fabricado a partir de la explosión de la primera bomba atómica, en 1945, contiene trazas de elementos radiactivos; como en la fabricación del acero se emplea una enorme cantidad de aire, se transfiere esa radiactividad ambiental al acero. Por otro, para construir detectores de radiactividad destinados a las naves espaciales se necesita un acero que esté libre de esta radiación adicional.
Entonces, ¿de dónde se puede obtener ese acero limpio? Pues una buena parte de este material se ha obtenido de los barcos del káiser Guillermo II.
En 1919, la flota imperial alemana se había rendido a Gran Bretaña y se hallaba confinada en el fondeadero de la Royal Navy en Scapa Flow, al norte de Escocia. Tras varios meses de espera a ver qué pasaba con los barcos, el almirante alemán creyó que los británicos se iban a incautar de su flota, por lo que envió una señal codificada acordada de antemano y los alemanes echaron a pique todos los barcos. Pero Scapa Flow no es muy profundo y allí quedaron hundidas cientos de miles de toneladas de acero de muy buena calidad, a tan sólo unos metros o como mucho decenas de metros de profundidad.
Pues esa es la "mina" de donde se obtiene ese acero libre de radiactividad. Yo pasé hace dos o tres años por allí y es cierto, se ve la parte superior de algunos de esos barcos sobresaliendo del agua y hay agencias que organizan excursiones para bucear.
Curiosa esta historia, ¿no?