Yo pensaba que era una sensación que sólo tenía yo, pero no, hojeé un libro en un Carrefour en el que se decía que ese efecto psicológico ya fue detectado en el siglo XIX. No sé sabe por qué sucede, pero es real; a más edad, el tiempo parece acelerarse en una espiral cada vez más veloz. Y es lo que tiene, que te plantas en septiembre antes de que te dés cuenta...
Total, que ya vuelve todo a la normalidad. Al final no estuve por Francia. Fui por Jaca y me pasé a ver la estación de Canfranc, que tenía muchas ganas de verla desde hacía tiempo, pero ahora está toda cubierta de andamios y no se puede entrar. Eso sí, en los alrededores hay vagones y locomotoras abandonadas ideales para un programa de Friker Jiménez, porque seguro que allí hay psicofonías por un tubo.Y nada, pues este verano hemos tenido la tragedia del avión de Spanair, que hará que durante un mes la gente vuele acojonada y luego se olvide, y también los Juegos Olímpicos. A los chinos les ha salido todo bien y Occidente les ha reído las gracias mientras ejecutaban a más de 300 tíos, pero bueno, podremos venderles jamón, que es lo que importa.
Sobre la invasión rusa de Georgia, las movilizaciones han rivalizado en magnitud con las que exigían la liberación del músico cubano -lo que afortunadamente han conseguido-, todo normal, pero sin duda lo más sorprendente de este verano ha sido conocer el desplante que Adolf Hitler hizo al nadador norteamericano Michael Phelps en 1972. Gracias a un noticiario venezolano, hemos podido conocer esta historia.Aquí podéis ver el vídeo en cuestión.
Y ahora, a trabajar. Tengo que apretar en la última fase de un proyecto que espero que salga antes de final de año. Y sobre el proyecto que está a punto de salir, en la próxima entrada le dedico la atención que merece.

También leí que, como esos recintos están a petar, tienen que pasar semanas o meses en hangares cerrados de los aeropuertos canarios, comiendo de las bandejas de comida sobrantes de las compañías aéreas. Yo me acordaba de esto un día cenando en el buffet libre; así que esos tipos vienen medio muertos de hambre mientras nosotros nos atiborramos, pero bueno, mientras estaba en estos pensamientos me levanté a repetir lenguado con mojo picón, que estaba buenísimo, y ya se me fue la cabeza a otra cosa.