sábado, julio 06, 2019
EL MUSEO DE BLINDADOS DE SAUMUR, EL LUGAR AL QUE HAY QUE IR AL MENOS UNA VEZ
Bien, amigos, aquí estamos con los calores del verano y en la ultimísima fase de mi próximo libro. Ahora se trata de corregir las galeradas antes de que entre en imprenta, a mediados de agosto, para que cuando llegue el otoño ya esté en las librerías.
Como sabéis, estuve en Normandía para las celebraciones del 75º aniversario. En el viaje de ida, nuestro grupo de recreación aprovechó para hacer noche en Saumur para visitar el Musée des Blindés, un lugar al que quería ir desde hace mucho tiempo, pero hasta ahora no había surgido la posibilidad.
Tal como digo en el título, este museo es uno de esos puntos que cualquier apasionado por la Segunda Guerra Mundial ha de visitar al menos una vez, ya que su colección es impresionante a pesar de que, por motivos de espacio, tan sólo se expone una cuarta parte de su fondo.
Así que vamos con algunas de las fotos que hice en la visita.
Después de pasar por una sala dedicada a la Primera Guerra Mundial, nos encontramos directamente con el plato fuerte, la dedicada a los blindados alemanes, con su gran estrella, el Tigre Real o Königstiger:
A pesar de haberlo visto tantas veces en fotografías o filmaciones, su presencia en vivo y en directo es apabullante.
Este ejemplar, que fue abandonado intacto por su tripulación el 23 de agosto de 1944 debido a un problema mecánico, tiene una anécdota. Su número original era el 123. No obstante, el primer director del Museo decidió en 1970 cambiarlo por el número 233, que era el número que lucía el King Tiger que dejó fuera de combate al Sherman que él tripulaba. Según tengo entendido, este es el único del mundo que sigue en funcionamiento; una vez al año lo sacan a dar un paseo.
Y aquí tenemos al no menos impresionante Panther, que luego en Normandía tendría la enorme fortuna de ver en movimiento:
No puede faltar el mítico Tigre, y a su lado el robusto y fiable Panzer IV, el único que participó en todas las campañas a lo largo de la guerra:
A todos los que pasaban por delante les llamaba la atención el zimmerit, que además de proteger de las granadas antitanque magnéticas hace que el tanque resulte más molón.
Y aquí un Panzer III, protagonista de la Blitzkrieg, pero que se ve anticuado al lado de sus hermanos mayores:
Por último, el pequeño Goliath:
Hay una pequeña sala con carros italianos:
Aquí vemos los británicos, a años luz de los alemanes. Parecen armastostes de la Primera Guerra Mundial.
El único que no haría demasiado el ridículo al lado de los germanos sería este Comet que sacaron ya al final de la guerra:
Qué decir del T-34 que no sepáis:
El cazacarros soviético SU-100, que no tenía el gusto de conocer, quizás porque apareció al final de la contienda:
Y ahora he visto que no hice fotos a los norteamericanos, pero también hay, claro.
Luego tenemos varias salas dedicadas a los blindados de posguerra, pero aquí he optado por poner sólo los de la Segunda Guerra Mundial.
Al acabar la visita uno puede llevarse algún recuerdo en su bien pertrechada tienda. Yo me llevé esta taza del Tigre Real:
Al salir me hice una foto junto al Sherman que tienen expuesto al aire libre:
Pues ya lo veis, si el destino os lleva cerca de Saumur, no dudéis en realizar una visita.
Ahora me queda por ver el Tank Museum de Bovington y el Panzermuseum de Munster. Si alguien ha estado en los tres, que nos haga una comparativa, por favor.
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