lunes, octubre 29, 2007

La tumba del pollo desconocido

A raíz del comentario en la entrada anterior de torocatala sobre los 2.000 monos que Marruecos quiso enviar a los norteamericanos para que los utilizaran como desactivadores de campos de minas, investigué un poco y encontré algunos hechos curiosos protagonizados por los animales en esta segunda guerra de Irak y en la primera.

Por ejemplo, en 2003 se envió al puerto iraquí de Umm Qasr un grupo de cuatro delfines adiestrados para buscar minas. Los delfines procedían de una base militar de San Diego, donde la Marina de EE.UU. tiene un centro de entrenamiento para 70 delfines y 20 leones marinos. Su misión fue utilizar su sonar y sus habilidades para detectar objetos en el agua y ayudar a los buceadores a localizar minas en el puerto.



Las unidades terrestres también usaron pollos y palomas para detectar posibles ataques con armas químicas y biológicas, de manera similar a como se usaban en el pasado los canarios en las minas para advertir de escapes de gas. Además, como decía, Marruecos ofreció 2.000 monos a los norteamericanos para ayudar a detonar minas de tierra. En esa labor se ve que también colaboró un destacamento de 1.400 perros propios del Ejército USA.


Esta utilización de los animales en la guerra ya se dio en la primera guerra del Golfo. Allí, la Marina puso en marcha su "Operación Gallina de Campo Kuwaití" (KFC, su acrónimo en inglés, que curiosamente coincide con el de la cadena estadounidense de pollo frito Kentucky Fried Chicken).

Estados Unidos mandó 43 gallinas para que fuesen a la batalla con los marines, quienes les denominaron "Artefactos Avícolas para la Confirmación de Elementos Químicos", puesto que la contaminación de los pozos de petróleo incendiados podría afectar a los equipos de detección de agentes dañinos. Las aves son más sensibles que los seres humanos a las armas químicas y biológicas, y si se enferman súbitamente los soldados sabrán que tienen que ponerse las máscaras de gas.



No obstante, todos excepto dos murieron al poco de llegar a Kuwait. Las fuerzas armadas los reemplazaron con 43 palomas, pero el misterio sobre el fallecimiento de los pollos no se ha develado. "Nadie sabe cómo murieron", afirmó Ken Griffin, un portavoz de la Marina en Kuwait. "Sólo oí que vinieron muy apretados en las jaulas y empezaron a morir tan pronto como llegaron aquí. Y no pudimos ayudar porque no hay nadie aquí realmente que sepa nada de gallinas".

Las 41 aves fueron enterradas al lado del cuartel central del regimiento y los soldados colocaron pequeñas lápidas de madera en sus tumbas. En una se podía leer "Capitán Popeye", en otra "Cabo Pecker" y otra era, simplemente, la tumba del "Pollo Desconocido" (!).

miércoles, octubre 24, 2007

Mis libros, por la cara

Bueno, en estos tiempos en que los libros están tan caros (yo me acuerdo que antes ibas a una librería con un billete de 5.000 pelas y salías cargado, en cambio hoy con 30 euros sales con uno y depende), es bienvenida cualquier iniciativa para poder leer de gorra. Gracias a la editorial Nowtilus y la excelente web HISLIBRIS, dedicada a los libros de historia, ahora es posible conseguir dos de mis libros by the face.
Los amigos de Hislibris sortean tres ejemplares de cada uno de estos dos libros, el ENIGMAS Y MISTERIOS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, del que ya salió la segunda edición, y del HISTORIAS ASOMBROSAS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, del que no creo que tarde mucho en salir también la segunda edición, porque ya les envié las correcciones.
Pues tan sólo tenéis que explicar brevemente en la web de Hislibris alguna anécdota de la Segunda Guerra Mundial y ya podéis optar a uno de estos ejemplares. El plazo se cierra este domingo 28 de octubre.

Si queréis probar, por si hay suerte y cae algo, entrad aquí.

lunes, octubre 22, 2007

La vía fantasma

Al final no había ningún misterio... La foto de la vía fantasma no había desaparecido, sino que se había quedado en la memoria de la cámara digital junto a otras dos, y como lo prometido es deuda aquí la tenéis:
La imagen está tomada mirando hacia la Guarida del Lobo, es decir, en el mismo sentido en que los trenes llegaban al cuartel general. Aunque pueda sorprender, la foto es del lugar exacto en el que estaba el apeadero. A la derecha había un pequeño andén, que no puede apreciarse porque el escalón está tapado por la maleza, y un pequeño edificio en ruinas también cubierto de vegetación.

Al lado izquierdo podéis ver el terreno despejado; en teoría en ese lugar había un ramal de servicio, pero supongo que lo quitaron en algún momento. Justo al girar la vía, tal como podéis ver unos cien metros más adelante, está la entrada de la Wolfsschanze; el camino pasa a nivel por la vía.

Todo este asunto me despertó el interés por el tema del tren de Hitler. Aquí tenéis la información que me han proporcionado en el Foro Segunda Guerra Mundial.

Y para acabar el tema del cuartel general de Hitler en Rastenburg, aquí van las dos últimas fotos. Se trata del búnker de la delegación del Ministerio de Asuntos Exteriores. En la primera foto podéis ver la fachada principal, que da a la carretera principal del recinto:

Y en ésta, aunque no se ve muy bien porque está borrosa, espero que podáis apreciar cómo el hormigón de esa estancia interior se requebrajó de dentro hacia fuera, lo que indica que se colocaron cargas explosivas en el interior. En la foto de arriba también parece apreciarse en la ventana de la izquierda. Lo que no sé es si estas explosiones fueron obra de los alemanes en su huida o del trabajo de demolición de los rusos emprendido tras la guerra.

Pues hasta aquí mis andanzas por la Wolfsschanze. Ahora me queda pasarme el año que viene por Berchtesgaden, el refugio alpino de Hitler, en el que aún no he estado. Para ir abriendo boca de las fotos que espero colocar, aquí tenéis una página interesantísima que he encontrado sobre el Berghof y los demás edificios que componían ese complejo. Al menos, seguro que allí se respiran mejores aires que en Rastenburg.

jueves, octubre 18, 2007

¿Tuvo algo bueno el nazismo?

Bien, pues descansamos ya del viaje a Polonia (si consigo la foto de la vía fantasma la pondré, no me olvido) y vamos con la actualidad. Ahora que está tan de moda la memoria histórica, los alemanes han hecho una encuesta sobre el nazismo. Ha sido la revista Stern, que ha publicado hoy los resultados, y como las encuestas las carga el diablo, ha salido que la cuarta parte de los alemanes sigue opinando hoy en día que el nacionalsocialismo tenía aspectos positivos.

Si bien un 70 por ciento respondió que 'no' a la pregunta de si creía que el nazismo tuvo también partes positivas, como, por ejemplo, la construcción de autopistas o el fomento de la familia, un 25 por ciento respondió que 'sí'. Curiosamente, la aprobación del nazismo crece cuando mayor es el encuestado, es decir, cuanto más probable es que lo haya vivido personalmente. Un 37 por ciento de los preguntados mayores de 60 años aseguraron ver cosas positivas en la época de Hitler; entre las personas de entre 45 y 59 años el apoyo fue del 15 por ciento, y entre los menores de 45 tan sólo de un cinco por ciento.
Pues vaya ¿no? La verdad es que el tema se presta a la polémica. ¿Tuvo algo bueno el nazismo? Si partimos de la base de que sus crímenes invalidan todo lo demás, pues no hay discusión. Pero si analizamos fríamente tendremos que plantearnos si realmente hubo alguna cosa positiva. Por ejemplo, la red de autopistas fue una obra magnífica, que inspiró a Eisenhower, cuando cruzó Alemania en 1945, para acometer posteriormente en Estados Unidos la construcción de una red similar cuando llegó a presidente.
Pero hay otros aspectos que no están tan claros; si leéis el documentado libro "Historia social del Tercer Reich", de Richard Grunberger, veréis que muchos supuestos logros del nazismo (fomento de la familia, trabajo, economía, motorización de la sociedad) no eran más que humo.

Los nazis fueron los inventores del concepto de que en vez de hacer una cosa es más fácil hacer creer a la gente que el gobierno la está haciendo. Hoy tienen discípulos aventajados; en lugar de hacer pisos, se hace una campaña para que la gente crea que se está mejorando el acceso a la vivienda y listos. Pues en eso los nazis fueron unos genios. El mayor ejemplo fue el del Volkswagen; parecía que todos los alemanes iban a ser propietarios de uno de estos coches populares, pero de hecho no se entregó ni uno, ya que se destinaron todos al Ejército.


Y vamos con un poco más de polémica. ¿Qué pasaría si se hiciese aquí la encuesta, cambiando el nazismo por el franquismo? ¿Esa dictadura tuvo cosas buenas? Entonces hubo gente que valoró el trabajo, la seguridad, los pantanos o el largo período de paz, como por ejemplo este conocido cantante.
Pero otros creen que Paquito, además de la dura represión a la que sometió al país, supuso un atraso de varias décadas para España, que forzó el exilio de toda una una generación o que se incubaron problemas cuyas consecuencias vemos hoy día.
Dejo la espinosa cuestión en el aire...

martes, octubre 16, 2007

Guarida del Lobo III

Pues vamos allá con la tercera y última entrega de la visita a la Wolfsschanze (como véis, el viaje a Polonia ha dado mucho de sí). He dejado para el final el momento más emocionante, que -cómo no- es el lugar exacto en el que el conde Von Stauffenberg colocó la bomba con la que intentó matar a Hitler. No voy a explicar los detalles del atentado porque seguro que ya los conocéis de sobra, pero sólo recordar que él colocó el maletín con el artefacto explosivo al lado del Führer pero que un oficial lo cambió de sitio porque estorbaba, poniéndola detrás de una de las patas de la mesa, que era un grueso tablón. Así, cuando estalló, no pilló de pleno a Hitler y pudo sobrevivir.



Bien, pues el sitio exacto en donde estalló la bomba es éste:



Como podéis ver, hay una placa que lo indica. En esta foto salgo yo señalando ese histórico lugar:

Aquí podéis ver el memorial de la piedra vertical con más detalle. Está dedicado a Von Stauffenberg y a todos los que lucharon contra el nazismo. No me acordé de apuntar el texto, pensé que se vería bien, pero me parece que no.

Del barracón en donde estalló la bomba no queda nada , así que cuesta imaginárselo, eso es lo único que me decepcionó. No se indica por dónde discurrían las paredes, ni nada. Es una lástima, espero que algún día modifiquen el lugar para que uno pueda hacerse una idea de cómo era aquello. Así quedó tras la explosión:

Y aquí está Hitler enseñando los destrozos a Mussolini, que llegó de visita esa misma mañana, tal como tenía previsto. Parece que Adolfo le está diciendo "pues mira el bombazo que han metido esos cabrones, pero nada, que no han podido", y Benito le contesta "pues sí, macho, menuda han liado".

Por otro lado, la verdad es que es emocionante estar allí, de hecho estuve unos veinte minutos allí, esperando que me llegase alguna especie de vibración procedente de entonces, alguna impresión que me trasladase a aquel momento, ocurrido 63 años atrás. Si yo fuera el Iker Jiménez seguro que hubiera sentido algún extraño escalofrío, oído voces y gritos distorsionados y moverse alguna sombra entre los árboles... pero como soy un descreído, pues nada, lo único que sentía era frío porque iba en camiseta.

Como os dije en la primera entrega, sólo estuve dos horas en el recinto, porque fue lo primero que se me ocurrió cuando el taxista me dijo que a qué hora tenía que volver. La cagué, porque la Wolfsschanze da para toda una mañana o una tarde, como mínimo. Aquello es inmenso, y lo mejor es perderse por aquellos caminos de donde surgen búnkers como setas. Así que me quedé sin poder ver como una cuarta parte del recinto.

También es que perdí mucho tiempo caminando por la vía férrea que llevaba hasta allí. Me puse a buscar la estación, o mejor dicho apeadero, a donde llegaban, además de Adolfo, los ilustres visitantes, como Mussolini o Antonescu. Así que me puse a caminar por la vía pensando que encontraría el andén enseguida y seguí y seguí... hasta que me di cuenta de que me lo había pasado. En efecto, regresé y sí, estaba al principio, pero oculto entre la maleza. También entre la vegetación hay un pequeño edificio en ruinas, debía de ser la estación propiamente dicha.

Igual que os he dicho que en el lugar de la bomba no sentí nada paranormal, si me permitís esa expresión, sí que os digo que cuando caminaba por la vía sí que noté algo. Me daba la impresión de que en cualquier momento aparecería por la vía una locomotora negra, a toda máquina, silbando y escupiendo vapor. A eso ayudaba el que allí no había absolutamente nadie, tan sólo unas babosas enormes y naranjas, en el suelo. Así que tenía la impresión de que en cualquier momento iba a ser arrollado por un tren del Führer fantasma, saliendo inesperadamente de una curva...

Yo estoy seguro de que hice una foto a la vía misteriosa, pero no la encuentro en el ordenador y en la memoria de la cámara tampoco. Volveré a buscarla, pero igual ha desaparecido... Pues nada, con este toque de suspense barato pongo fin al relato de mi experiencia en Polonia. Tengo más material, pero tampoco quiero machacaros con el viajecito. Igual más adelante saco alguna cosa más, aunque espero que lo que he ido poniendo os haya gustado.

jueves, octubre 11, 2007

La Guarida del Lobo II

Bien, como os dije, ya que no pude ir a Segovia estoy aprovechando estas mini-vacaciones que tenía para darle caña total a la última fase del libro sobre la Guerra de Secesión, que me está quedando bastante bien. Aún no sé a qué editorial se lo pasaré ni nada, primero quiero tenerlo terminado y luego ya veré. Seguiré informando.
Aunque estoy hecho polvo después de estar todo el día en el ordenador, me pongo a mostraros más fotos de la Wolfsschanze. Disculpad que no me explaye mucho, otro día os contaré más cosas sobre la visita. Por lo pronto, ahí van unas cuantas imágenes.

Este soy yo en el interior del búnker de Keitel, en el que ya véis que han crecido árboles:

Se ve que cada jerarca nazi tenía su propio búnker, no sé por qué razón, igual es que cada uno prefería una decoración interior diferente; feng-shui, rústico, minimalista... para mí que un búnker es un búnker, con que hubiera unos cuantos y todos se repartieran ya sería suficiente, digo yo. Un despilfarro de hormigón...

Aquí tenéis los de Bormann. Este pájaro tenía un búnker puro y duro (el primero) y un búnker-residencia (el segundo):


Como véis, la gente que pasa por allí hace la gracieta de ir colocando ramitas para que parezca que sostienen el trozo de búnker.

Y aquí tenéis el de Hitler, que lleva el número 13. Se puede entrar, lo que pasa es que está todo embarrado y totalmente oscuro. Yo sólo entré unos diez pasos, porque la linterna iba en el equipaje que me perdió la línea aérea (ésa es otra historia). Así que la próxima vez llevaré una linterna en el equipaje de mano para poder verlo por dentro.

Y esto es lo que hay. En el próximo capítulo comentaré más cosillas.

lunes, octubre 08, 2007

La Guarida del Lobo I

Bueno, amigos, ya está aquí el plato fuerte del viaje a Polonia. Se trata, claro está, de la Guarida del Lobo, Wolfsschanze en alemán o Wolf´s Lair en inglés. Ya sabéis que este fue el principal cuartel general de Hitler a lo largo de la guerra, desde que lanzó la invasión de la Unión Soviética. Pues estas instalaciones se encuentran a seis kilómetros de la ciudad polaca de Ketrzyn, en el extremo nororiental del país.

Esa ciudad era conocida, cuando formaba parte de Alemania, con el nombre de Rastenburg, por lo que muchas veces se denomina a ese cuartel con el nombre de la ciudad. Rastenburg es pequeña y agradable, y puede verse la herencia del período alemán, por la inconfundible silueta de sus iglesias y edificios. Ahora hay muchos bloques típicos de la época comunista, lo que desluce un poco la ciudad, por lo que hay que hacer un poco de esfuerzo para imaginársela como era entonces. Aquí , un rincón típico:
Durante la guerra sus habitantes sabían que allí cerca había una base militar, pero se ve que nadie se imaginaba que allí pudiera estar el Führer.
Pues bien, os explico; desde Rastenburg pillé un taxi y le pedí que me llevara a la Wolfsschanze. El taxista era enrollado y comenzamos a charlar en nuestro inglés básico. Salimos de la ciudad y fuimos por una carretera estrecha, por campos abiertos y alguna que otra aldea, hasta que en unos diez minutos nos fuimos adentrando en un bosque de árboles altos y atmósfera muy húmeda. Paró en la puerta de acceso al recinto y bajé; como por allí no pasa casi ningún autobús me dijo que si quería que me pasase a recoger y sí, le dije que pasase dos horas más tarde.

En la puerta pagué la entrada (creo que fueron un par de euros al cambio) y entré. Había un parking en el que iban estacionando autocares en los que llegaban jubilados alemanes y estudiantes polacos, y algunos coches. Respiré ese aire tan húmedo y me dirigí hacia el sendero que recorre el recinto, y que está marcado con flechas en los árboles.

Pero antes de iniciar el recorrido me fijé en dos edificios bajos, de color verde, que formaban una "L". Uno era un restaurante y otro un hotel. Aquí tenéis el restaurante:
En mi guía comprobé que esos dos edificios unidos correspondían al hotel de los oficiales que visitaban el cuartel. Es una lástima que no me hubiera planteado con anterioridad quedarme a dormir en ese hotel, porque hubiera sido fantástico quedarse allá a dormir, en plena Guarida del Lobo. Más a la derecha de estos dos edificios se encontraban los barracones de la guardia de las SS

El cuartel es en realidad un conjunto de construcciones de hormigón distribuidas por el bosque. Los alemanes camuflaron esos edificios e incluso los caminos, para que nada pudiera ser detectado desde el aire. Ponían redes con hojas, que las iban cambiando según la época del año.

Pues comencé el recorrido. Casi de inmediato te encuentras el lugar en el que estalló la bomba que Von Stauffenberg logró introducir en el cuartel, pero esto lo dejó para más adelante para verlo con detenimiento.
Seguí caminando y fui viendo varios edificios. Aquí podéis ver el barracón destinado a las mecanógrafas:

Y este es el interior del mismo edificio:


Ahora hay muchos desperfectos, porque los alemanes volaron las construcciones y los soviéticos siguieron con el trabajo de destrucción, así como la desactivación de unas 50.000 minas, pero los edificios no pudieron ser destruidos por completo y, en líneas generales, se conservan relativamente bien.
Así eran algunos de aquellos barracones entonces, en una imagen un tanto bucólica, ya que parece una casita en medio del bosque:

Pues en la próxima entrega veremos el búnker de Hitler, que está prácticamente intacto.

viernes, octubre 05, 2007

Las 13 rosas

Bien, para que este no sea un blog monográfico sobre Polonia, vamos a hacer un breve inciso. La semana que viene me marcho unos días a Segovia, pero que no cunda el pánico, antes de irme dejaré las fotos del plato fuerte de mi viaje a tierras polacas, ¡no os lo podéis perder!

Pues al hilo de lo que comentábamos de la película polaca sobre la matanza de Katyn, he visto que el 19 de octubre se estrena aquí la peli "Las 13 rosas", dirigida por Emilio Martínez-Lázaro y producida con la participación de TVE y el Canal Plus.
Seguro que la historia en la que está basada ya la conocéis. Resumiendo, en febrero de 1939, el máximo órgano de dirección del PCE se reunió por última vez en Madrid para decidir qué hacer en caso de que la capital cayera en manos de Franco; se decidió preparar la evacuación del mayor número posible de dirigentes y dejar la organización en manos de militantes de segundo nivel. Pues eso, los jefes se largaron y quedaron en la capital unos pringaos, que fueron los que cargarían con el mochuelo (algo que suele pasar a menudo, por otra parte).
Total, que los nacionales, cuando entraron, pillaron a uno de los chavalines a los que habían dejado a cargo del negocio, le torturaron (siguiendo los métodos de la Gestapo), cantó y acabaron cogiendo a trece chavalas, siete de ellas menores de edad. Fueron condenadas a muerte y el 5 de agosto las fusilaron contra la tapia de un cementerio de Madrid.

Si os interesa esta historia, podéis echar un vistazo a este libro de Carlos Fonseca:

Pues ahora sacan una peli de estos dramáticos hechos (ya antes se había hecho una obra de teatro). Y yo me pregunto: ¿Es un caso homologable al de Katyn? ¿Es una iniciativa loable para recuperar un pasaje histórico oculto durante la dictadura?

Aquí puede haber dos posiciones; unos creerán que es positivo que se conozcan hechos de este tipo (como dice el tópico, para que nunca más vuelvan a ocurrir), pero otros creerán que el cine español solamente trata los excesos cometidos por uno de los bandos, algo que garantiza el grifo de la subvención y ser promocionado en un sector importante de los medios.

Para unos, ayudará a recuperar la llamada Memoria Histórica, pero para otros se trata más bien de un nuevo capítulo de una campaña de agit-prop permanente para deslegitimar moralmente a todo aquel que no siga las consignas proclamadas por la izquierda.

Supongo que habrá opiniones para todos los gustos sobre el modo como los actuales cineastas reflejan el tema de la Guerra Civil, pero la verdad es que a mi ya todas las pelis sobre ese conflicto me parecen un déjà vu, a ver cuando sale un director valiente que se atreva a plantear en una peli los excesos llevados a cabo por ambos bandos. Quizás sea el primer paso para que superemos de una vez ese trauma histórico...

miércoles, octubre 03, 2007

El Palacio de Stalin

Lo primero, gracias por seguir este blog. El lunes pasado batísteis todos los récords y hubo 811 visitas (!) Cuando lleguemos a mil ya lo celebraremos de algún modo.


Pues vamos por faena... siguiendo con la visita a Varsovia, hoy os hablo del Palacio de la Cultura y de la Ciencia, más conocido como el Palacio de Stalin. Se encuentra en el centro de la parte nueva de la ciudad, en un terreno que lindaba con la parte sur del ghetto. Ahí se levanta este mastodonte arquitectónico, de puro estilo soviético:



Fue construido entre 1952 y 1955 como regalo de amistad de la Unión Soviética (cualquiera rechazaba el regalito). Ocupa una superficie de tres hectáreas y en las guías dice que el reloj es el más grande del mundo, pero no sé si eso será verdad, no da sensación de que sea tan grande. La gente lo conoce también como "el pastel de boda ruso" o el "cuartel vertical".


Tiene una altura de 234 metros y se puede subir al piso 30 para contemplar las vistas de la ciudad, pero no subí, lo dejo para una próxima visita. En el recinto del edificio se encuentra el Museo de la Técnica y el Museo de la Evolución. Otra vez que vaya con tiempo echaré un vistazo, más que nada para ver el interior.


Pues después de los datos que podéis encontrar en cualquier sitio, vamos con las curiosidades, que es lo que interesa... Este Palacio tiene en uno de sus laterales un multicine con varias salas. Pues bien, ¿sabéis que películas se podían ver en ese antiguo templo del imperialismo soviético? Pues una peli era la última de Las Tortugas Ninja y otra... tachán, pues... Katyn (!!!).



Sí, en el Palacio de Stalin se proyectaba la película Katyn, sobre la matanza de oficiales polacos a manos del Ejército Rojo, y que los rusos atribuyeron entonces a los alemanes, mientras los Aliados occidentales miraban para otro lado. Ironías de la Historia...

Lo que me pareció más interesante del Palacio de Stalin son las estatuas que rodean el edificio. Son estatuas humanas que representan obreros, estudiantes, soldados, gente de diferentes razas, etc. Son el símbolo de esos tiempos en los que los revolucionarios soñaban y luchaban por ese paraíso socialista que luego se revelaría como una estafa. Pero ahí quedan esas estatuas como testimonio de esa utopía; realmente me gustaron, aquí tenéis uno de esos estudiantes pétreos sosteniendo las obras de Marx, Engels y Lenin:


Y en la parte de delante del Palacio tenemos la plaza Defilad, llamada así porque era en la que se celebraban los desfiles militares. Aquí veis esa fachada en una foto que tomé cuando se estaba haciendo de noche (me quedó bien ¿eh?):

Yo me puse en el lugar presidencial, en donde se supone que alguna vez tuvo que estar Breznev o alguno de aquellos, que es el muro oscuro que se aprecia bajo las columnas. Si tenéis curiosidad, aquí podéis ver un video de un pavo que utiliza ese simbólico muro para hacer un sketch mezclando imágenes de noticiarios antiguos y que se supone que debe tener su gracia (si alguien sabe polaco, que traduzca).

Tenía que haber sido espectacular el paso de las tropas por ahí, con el Palacio de fondo. Hoy aquello es un aparcamiento privado de coches y en una parte de la calzada destinada al paso de los soldados y los tanques hay instalado un supermercado de la cadena MarcPol. Como véis, los tiempos han cambiado...

lunes, octubre 01, 2007

Museo del Levantamiento de Varsovia

Seguimos haciendo el turista por la capital polaca... Después de ver lo poco que queda del ghetto, nos vamos al Museo del Levantamiento de Varsovia. Como bien sabéis, en agosto de 1944, con los rusos al otro lado del río Vístula (que atraviesa la capital), los varsovianos decidieron "liberarse" ellos mismos. Estalló la revuelta contra los alemanes, pero los rusos prefirieron verlo todo desde la otra orilla del río.

Ante las peticiones de socorro por parte de los polacos, conocidos como la Armia Krajowa, los Aliados suplicaron a Stalin que, al menos, les dejase utilizar las bases aéreas para poder aprovisionarles. Pues ni por ésas, Stalin dijo que no y los alemanes pudieron machacar a base de bien a los polacos sublevados. Los que sobrevivieron o lograron llegar a las líneas soviéticas fueron acusados de "fascistas", recibiendo una buena dosis de plomo ruso.

Así pues, los alemanes hicieron el trabajo sucio para los soviéticos, exterminando a los polacos combativos y dejándolo todo hecho un erial para que los ocupantes pudieran establecer tranquilamente su nuevo modelo socio-político.

Durante la época comunista, esos combatientes fueron difamados a saco. Cuando ya no coló lo de "fascistas" (¿no habían luchado precisamente contra los nazis?), se dijo que habían actuado "por ansias de poder y para poder satisfacer sus ambiciones personales". Pero tras la caída del comunismo, aquellos luchadores pasan a ser considerados con justicia como auténticos héroes y por fin se les reconoce como tales.

Es en este contexto en el que hay que hablar del MUSEO DEL LEVANTAMIENTO DE VARSOVIA . La dirección es calle Grzybowska, 79, y se llega con el autobús 155. Este museo se inauguró en 2004, coincidiendo con el 60 aniversario. Pues realmente tengo que deciros que es una pasada, es de los mejores museos de temática militar que he visto nunca (y he visto unos cuantos). Podríamos decir que es calidad Imperial War Museum o aún más.

El museo aprovecha las nuevas tecnologías para ser totalmente interactivo. Se oyen de fondo disparos y explosiones, se proyecta un documental muy interesante en pantalla grande, ofrece la posibilidad de internarse por las alcantarillas por las que tuvieron que huir los polacos, hay todo tipo de objetos, uniformes, etc, total , que es como un parque temático de la Varsovia de 1944. Una cosa curiosa que te reparten en una octavilla recién impresa con una de las imprentas que se utilizaban entonces, tiene su gracia.
La verdad es que el museo da para toda una mañana, y todo el día o incluso dos si vas analizando toda la información que te ofrece. Yo fui el domingo y había mucha gente. Quizás tenía algo que ver que ese día era gratuito, pero me dio la sensación de que el museo despierta mucho interés entre los polacos.
Afuera hay un Memorial dedicado a los combatientes polacos y también puede verse este vehículo blindado tan peleado con la estética:

Su historia es curiosa. Como la Armia Krajowa no tenía tanques, tenían que agenciarse lo que podían. Pillaban tanques alemanes averiados o casi destrozados y, con una improvisación similar a la del chapucillas español, con un alambre y cuatro martillazos lo volvían a poner en marcha. En este caso los polacos se hicieron con el chasis de un camión Chevrolet y lo cubrieron con placas de acero, siguiendo las indicaciones del ingeniero Walerian Bielecki, alias Jan. El vehículo resultante fue bautizado con el nombre de KUBUS.

Se utilizó dos veces, el 23 de agosto y 2 de septiembre, en la zona de la Universidad. Finalmente fue abandonado en retirada en la calle Okolkic. El Kubus original se exhibe en el Museo del Ejército Polaco y este de aquí es una réplica exacta.

Pues esto es lo que dio de sí el Museo del Levantamiento, mañana más.