
Bien, amigos, seré breve, ya que estoy metido de lleno en la redacción del que será, si los dioses quieren, mi decimoquinto libro...
Durante un tiempo he estado poco inspirado; los que también escribís sabéis bien qué es eso... uno se pone delante del ordenador y escribir un par de frases te resulta tan difícil como al Madrid dar dos pases seguidos... y ves que ha pasado una hora y apenas has escrito un párrafo... en fin.
Necesitaba un chute de ánimo, y eso me llegó la semana pasada, cuando me han empezado a llegar datos del comportamiento de mis libros en el 2010. El año pasado ha sido pésimo para las editoriales, y especialmente para los libros de divulgación histórica, sólo tenéis que ver las escasas novedades que aparecieron en la campaña de Navidad... así que me temía que mis libros hubieran sufrido también la crisis reinante, pero para mi alivio, parece ser que se han mantenido ahí arriba, resistiendo el vendaval. De hecho, en breve va a salir una reedición de 100 HISTORIAS SECRETAS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, aunque ya va a hacer dos años que salió.Después de echar un vistazo a la evolución de las ventas de mis libros, se puede decir que estos presentan un fenónemo que yo doy en llamar "svenhasselización". ¿Qué significa este neopalabro?
Bien, a estas alturas todos conocéis al escritor Sven Hassel (AQUÍ su página oficial en Facebook), cuyos libros, a pesar de que llevan escritos varias décadas, resisten en las estanterías de las librerías con nuevas ediciones, siempre a disposición de las nuevas generaciones de lectores que los descubren, o bien de los antiguos lectores que desean renovar sus descuajeringados volúmenes de la mítica colección Reno... Así pues, los libros de Sven Hassel siguen ahí en la brecha, ajenos a las modas o a la irrupción de nuevos autores.
Pues algo así está pasando con mis libros. Cuando la mayoría de obras tiene una presencia en las librerías de unos pocos meses y desaparecen cuando su curva de ventas desciende, mis libros se mantienen en un goteo continuo de ventas que permite prolongar su presencia indefinidamente. La razón de ese fenómeno puede deberse a que hay lectores que adquieren una de mis obras, le gusta, y a partir de ahí comienza a hacerse con el resto de mis títulos publicados con anterioridad.
Pero bueno, no todo son buenas noticias; hasta ahora, EL DESASTRE DEL HINDENBURG no se está vendiendo todo lo que yo preveía. La verdad es que me siento decepcionado por eso, ya que creo -aunque está mal que yo lo diga- que es un gran libro, y de hecho todas las opiniones que me han llegado de él son excelentes. A nadie le ha decepcionado y diría que a casi todos les ha entusiasmado...¿Qué ha podido fallar? Considero que el contenido es muy atractivo, la portada es fantástica y el precio -20 euros- es asequible... Pues no lo sé; quizás es que al público español el tema del dirigible Hindenburg no le dice nada y, por tanto, es un libro que habría encontrado su hábitat natural en las librerías de Alemania, Estados Unidos o incluso Gran Bretaña... La verdad, me sabe muy mal que la gente no se haya interesado por la historia que ahí explico, no saben lo que se pierden... y si alguien piensa que respiro por la herida, pues sí, eso mismo.
Pero bueno, tengo esperanzas de que el tiempo dé a este libro el valor que merece, como ha ocurrido afortunadamente con el "Todo lo que debe saber sobre la I Guerra Mundial" y algún otro que también comenzó su andadura al trantrán.
Espero que al final el libro del Hindenburg despierte el interés de los lectores españoles, lo contrario me dejaría bastante abatido; igual es que definitivamente no soy profeta en mi tierra, jaja...













