Pues, como es tradición, a las puertas del fin de semana vamos con un tema soft. Con lo de la revuelta libia, ahora vuelve a hablarse de la Cirenaica, Tobruk... como si estuviéramos en 1941-42, cuando el Afrika Korps de Rommel se paseaba por el norte de Africa sin que pareciera que nadie pudiera hacerle frente.

Luego toparon con Montgomery en El Alamein y ya sabemos como acabó aquello, pero durante un tiempo la esvástica ondeaba triunfante por aquellas calurosas tierras. Pues parece que algo quedó allí de aquello...

Resulta que la revuelta contra Gadafi tiene una banda sonora propia, la del grupo de rap Hell Boys. Pero no, no se trata de un grupo del Bronx, sino uno integrado por jóvenes libios. Su canción 'Rap de la Qatiba' (el nombre de la fortaleza de Gadafi) no para de sonar en las ondas a través de la emisora Libia libre.
Las estrofas de la canción de moda entre los sublevados de Bengasi dicen cosas como "Más de mil muertos por culpa del dictador" o "Sus misiles matan a mujeres y niños, es la ley del dictador, el castigo a todo un pueblo".
Los tres miembros de la banda han explicado que "cada uno escribió las frases que le salieron del estómago, las juntamos sobre unas bases y a rapear".

Bueno, hasta aquí, todo lo típico para uno de esos reportajes de TV que sirven para ofrecer la otra cara de la guerra. Pero claro, si hablo de esto en este blog es por algo....
Pues sí, resulta que en el local de ensayo de los Hell Boys se pueden encontrar esvásticas en las paredes y una foto de Adolf Hitler. Además, uno de los tres miembros responde al nombre de Nazi (los otros dos son Big Well y 17baby).
Aquí tenéis el video del rap en cuestión, en el que aparecen jóvenes libios realizando el saludo nazi (!):
Naturalmente, esa aparente identificación de los Hell Boys con el nazismo causa perplejidad. Cuestionado por ello, el tal Nazi ha dicho que "me gusta la estética y me parece que Hitler era un buen estratega militar, nada más, paso de su política".
Así que no se trata de ningún grupo neonazi, sino que más bien usan esa parafernalia porque, al parecer, mola... en fin.