martes, junio 25, 2019
"LO QUE NUNCA TE HAN CONTADO DEL DÍA D" DA LO QUE PROMETE
Bien, amigos, aquí estamos de nuevo, en este caso para ofreceros una reseña de un buen libro, LO QUE NUNCA TE HAN CONTADO DEL DÍA D, publicado por Principal de los libros.
En la anterior entrada os dije que en la próxima os pondría el video de mi desembarco, pero como me imagino que, si me seguís en las redes sociales, ya lo habéis visto, no voy a repetirme, ya que los escritores tendemos a ser unos pesados. Si alguien no lo ha visto, que se pase por mi Página Oficial de Facebook o por mi Instagram, jesushernandez3945.
Como digo, os voy a hablar de un libro que tiene la particularidad de que lo han escrito dos buenos amigos míos.
Tengo que admitir que no me siento cómodo al escribir la reseña de un libro del que conozca personalmente a su autor, y menos aún si es un amigo. Si digo que, efectivamente, la obra me ha gustado, el lector pensará que lo recomiendo por hacerle un favor, y si el libro no me ha gustado y así lo expreso, puede crearse una situación un tanto incómoda. Por tanto, no soy muy proclive a mezclar amistad y crítica literaria.
Hace un año, el divulgador histórico Pere Cardona y el periodista del ABC Manuel Pérez Villatoro (en la foto estamos los tres junto a una máquina Enigma) regresaron de un viaje a Normandía junto a un grupo de recreadores, durante el que se filmó una película documental, Road to Normandy, dirigida por Laureano Clavero.
Unos meses después, me confesaron que, a su vuelta, habían decidido escribir un libro sobre el Día D y que ya estaban en ello. Como podéis imaginar, me mostré un tanto escéptico sobre esa iniciativa, ya que se ha escrito casi todo sobre ese episodio. Me mandaron algún capítulo que habían escrito; mis reservas parecían confirmarse y así se lo expresé con sinceridad.
Sin embargo, los autores demostraron un buen criterio al ignorar mis disuasorias advertencias y poseer una gran fe en su proyecto. Un tiempo después, cuando leí algunos de los nuevos capítulos, vi el extraordinario fruto de ese empeño a prueba de agoreros.
Tanto Cardona como Villatoro no se han conformado con recoger información que ya ha sido publicada, sino que han realizado una auténtica investigación para descubrir historias inéditas.
Vosotros diréis, ¿es que quedaba algo por decir? Pues sí.
En lugar de explicar todo lo que ofrece el libro, voy a indicar lo que más me ha gustado.
Hay un capítulo dedicado a los planeadores, en el que he descubierto muchas cosas que no sabía, como lo que hace referencia a sus pilotos, unos héroes injustamente ignorados.
El testimonio inédito de un paracaidista de la 82.ª División Aerotransportada, conseguido directamente por los autores.
La emocionante descripción del desembarco en Omaha.
La historia, también inédita, del tesoro de Maisy.
El testimonio escrito de un joven soldado germano-español en la defensa de Normandía y la Bolsa de Falaise, Alberto Winterhalder, publicado también por primera vez.
Además del interés de los temas tratados, hay que decir que el libro está muy bien escrito, resultando ágil y ameno. Por otra parte, es pertinente señalar el gran trabajo llevado a cabo por la editorial, ya que la edición está muy cuidada y no hay prácticamente ninguna errata.
Hay que destacar también el dominio de las fuentes, aportando lo que de verdad interesa al lector y huyendo del aparato bibliográfico, tan prolijo como pastoso, que uno suele encontrarse en presuntas obras divulgativas, que demuestra que el autor sabe mucho del tema, pero que lo único que consigue es obstaculizar la lectura. Los autores consiguen aquí ese difícil equilibrio.
Sin duda, es un libro que volveré a leer para disfrutar nuevamente de esas historias. La única nota negativa es que los autores han dejado el listón tan alto que es difícil que lo puedan superar en su próximo proyecto, pero si ya fracasé una vez en mis augurios, por qué no puede pasar otra vez...
lunes, junio 10, 2019
DESPUÉS DE DESEMBARCAR EN OMAHA BEACH, MI VIDA SÓLO PUEDE IR HACIA ABAJO
Bueno amigos, vamos con una entrada que espero que os resulte interesante.
Como algunos sabéis, he estado una semana en Normandía con ocasión del 75º aniversario del Día D. Desde hace más de un año se ha estado organizando una expedición de recreadores de la Segunda Guerra Mundial, a la que fui invitado al formar parte del grupo de recreación del que formo parte, Red Devils Barcelona.
Al final hemos sido medio centenar de recreadores de toda España, de Asturias a Melilla pasando por Valencia, Guadalajara o Madrid, y hemos contado con varios vehículos para recorrer los puntos de interés de la región: un camión GMC, un halftrack, un Dodge y dos Willys, lo que no está nada mal. Y además... bueno, lo digo más adelante.
Aquí me tenéis junto a nuestro camión:
Antes que nada, quiero dar las gracias a todos los que han hecho posible este evento inolvidable; no los voy a enumerar porque seguro que me dejo alguno, pero hay que destacar sobre todo a David de la Tercera Blindada Spearhead, de Madrid.
Un diez a la organización y para todos los participantes, que han demostrado en todo momento una enorme generosidad y camaradería. A todos ellos les quiero transmitir mi agradecimiento.
Pues bien, después de que, en el caso de nuestro grupo, hiciésemos noche en Saumur para poder visitar su Museo de Blindados, hemos pasado toda la semana recorriendo Normandía. Como imagino que la mayoría de vosotros ya ha estado allí y conoce de sobra sus irresistibles encantos, no entraremos a describirlos y pasaremos directamente a lo que ha hecho de este viaje algo único y especial:
Sí, es una lancha de desembarco Higgins auténtica. Aquí la vemos cuando la estaban cargando en Madrid, colocando un Willys dentro para aprovechar el espacio.
Pues nuestro objetivo no era otro que desembarcar en Normandía. En principio se contaba con el permiso de las autoridades francesas para desembarcar en Gold, pero existía la posibilidad de hacerlo en Omaha según cómo fuera la cosa. Yo firmaba hacerlo en Gold, pero los astros serían propicios...
También en principio, al ir como US War Correspondent, tenía previsto dedicarme sobre todo a hacer fotos, pero una vez allí falté al juramento hipocrático del buen periodista y me decidí a involucrarme de lleno en la acción, tomando algunas con mi móvil pero dejando que las fotos las tomaran otros.
Bien, pues conforme iban avanzando los días, por una cosa o por otra, ya que había que tener en cuenta el viento, el oleaje y, por si fuera poco, el horario de las esclusas del puerto de Port-en-Bessin, el deseado desembarco se iba posponiendo. La fecha que parecía definitiva era el mismo día 6 de junio, pero la Gendarmerie decidió cortar todas la carreteras -incluyendo la autopista-, por lo que fue imposible llegar ni siquiera al puerto.
Al menos ese día por la tarde, cuando se levantaron todas las restricciones de tráfico, nos llegamos hasta Omaha, en donde me hice alguna foto, destacando esta que me encanta por su toque épico.
Después fuimos a toda pastilla con los vehículos por la arena, de una punta a otra de la playa.
El desembarco fue aplazado al viernes, pero el mal estado de la mar también lo impidió. Tan sólo quedaba el sábado, ya que el domingo regresábamos la mayoría de la tropa.
El sábado por la mañana llovía, hacía mucho viento y había oleaje, por lo no se podía zarpar. Hasta que, por la tarde, Eolo se apiadó de nosotros y el viento remitió un poco, aunque el mar seguía picado.
Ante las dudas en lanzar la operación, los responsables nos propusieron zarpar advirtiéndonos que el oleaje estaba "en el límite del límite". Después de otras dramáticas advertencias que mejor no reflejo aquí, decidimos igualmente desembarcar, afirmando con gallardía que "hemos venido a esto". Fue entonces cuando se confirmó un rumor que estaba circulando; no desembarcaríamos en Gold, ¡sino en Omaha Beach!
Si no me equivoco, al final fuimos 16 los que nos apuntamos al desembarco, incluida una aguerrida dama. Subimos a la lancha en el puerto y, después de distribuirnos bien para repartir el peso, atravesamos el puerto para salir a mar abierto.
Como os he dicho, no hice ninguna foto. Cuando me pasen el material gráfico ya lo publicaré en una nueva entrada.
Entre risas nerviosas y gestos mutuos de "esto va en serio", comenzamos a enfrentarnos a las olas. Por si no lo sabéis, las lanchas de desembarco no son nada marineras, al carecer de quilla. Eso implica que no pueden cortar las olas, sino que suben y bajan bruscamente. Pues cada vez que bajaba la lancha era como si un alemán nos arrojase un cubo de agua salada por encima. A los dos minutos estábamos todos empapados de arriba a abajo. Al menos, si a alguien le preocupaba hasta dónde se iba a mojar las piernas en el desembarco, esa preocupación ya había desaparecido. Quizás para emular la escena inicial de Salvar al soldado Ryan, a uno de nosotros le venció el mareo y ofreció a Neptuno su almuerzo a medio digerir.
La aproximación a Omaha duró una media hora, hasta que nos plantamos delante de su inconfundible silueta. Íbamos a desembarcar en el extremo oriental, el sector Fox Green, muy cerca de Easy Red, en donde se encontraba la bestia de Omaha.
La lancha dio entonces una vuelta en círculo y se dispuso a atacar la orilla. Esa maniobra tiene su ciencia, ya que la lancha tiene que acelerar hasta que la proa toque la arena y, tras esperar apenas unos segundos para que la gente baje, tiene que echar marcha atrás para no quedar embarrancada, por lo que había que darse mucha prisa en salir.
La salida de los ocupantes de la lancha no entraña demasiada dificultad, pero hay que tener en cuenta unas recomendaciones. Lo primero, hay que alejar rápidamente las piernas de la rampa por si ésta siguiera avanzando, para evitar recibir un golpe, y hay que desplegarse en abanico para no ofrecer un abigarrado blanco al enemigo y no taponar la salida de los que van detrás. Y también es imposible ver el suelo para calcular la profundidad, ya que al caer la rampa el agua se enturbia, por lo que hay que saltar con decisión.
Así que la lancha pegó el acelerón, tocó la arena, se escoró a la izquierda y bajó la rampa de golpe... Sin tiempo a pensar, los primeros descendieron velozmente por la rampa y saltaron al agua, que llegaba a la altura del muslo. Yo iba el tercero de mi lado, así que pude calibrar la profundidad por los que me precedían.
Por tanto, me metí en el agua -que no estaba fría- y, afortunadamente, no perdí el equilibrio, así que salí con cierta compostura. Hubo quien se tropezó y cayó de rodillas, otro quedó sumergido y tuvieron que rescatarlo, pero en general todos desembarcamos con mucha profesionalidad.
Después llegamos corriendo a la orilla y nos arrojamos cuerpo a tierra. Avanzamos una docena de metros mientras algunos turistas nos grababan con su móvil y, ante la falta de respuesta enemiga, dimos la playa por tomada sin mayores diligencias. Considero que vencer por incomparecencia del enemigo no deslustra nuestra magnífica operación.
Como podéis imaginar, la experiencia fue única. El momento más emocionante fue cuando bajó el portón, porque, sin saber exactamente lo que te vas a encontrar, has de salir por allí ciscando leches. Obviamente, los que desembarcaron hace 75 años, cuando descendió el portón se encontraron un ambiente más hostil, pero la experiencia ha servido como ligera aproximación, y salvando todas las distancias, a lo que aquellos hombres pudieron vivir entonces.
Como deslizo en el hiperbólico título que he elegido para esta crónica, desembarcar en Omaha puede considerarse la experiencia definitiva para los apasionados por la Segunda Guerra Mundial, tras la cual todo puede parecer insípido y anodino. Ahora uno se siente como cuando acaba la última temporada de su serie favorita, y le embarga la sensación de que ninguna otra va a llenar ese hueco. No hay duda de que llegarán nuevas vibrantes experiencias, pero tampoco la hay de que será muy difícil superar ésta.
domingo, mayo 26, 2019
LA SOMBRA DEL PASADO (2018) Y WHERE HANDS TOUCH (2018): DOS PELIS DE NAZIS PARA PASAR EL RATO
Bien, amigos, ya he terminado la primera corrección de mi próximo libro, que tendréis en las librerías en otoño, así que aprovecho el respiro para hablaros de dos películas de nazis, una temática que siempre resulta atractiva.
La primera es una que ha tenido cierto eco, LA SOMBRA DEL PASADO (Werk ohne Autor, 2018), del mismo director que La vida de los otros, Florian Henckel von Donnersmarck. Lo que llama de inmediato la atención es su duración, tres horas, lo que puede resultar disuasorio para algunos.
Hay que decir que la película resulta un tanto desconcertante, ya que el planteamiento inicial parece que nos va a llevar por un camino, el del criminal nazi -en este caso un médico que participa en el programa de eutanasia de enfermos mentales- que, aparentemente, logra la impunidad tras la guerra. Sin embargo, el film va más allá, ya que se convierte en una reflexión sobre la naturaleza del arte. La película está basada libremente en la vida del artista Gerhard Richter.
La interpretación del siempre solvente Sebastian Koch es magistral. Sin protagonizar ni una sola escena de violencia, su personaje consigue transmitir terror, da la sensación de que es capaz de perpetrar cualquier barbaridad. Tom Schilling, habitual en las películas alemanas, logra darle la réplica y estar también a gran altura.
Por otro lado, el director consigue que las tres horas pasen volando y que incluso el metraje resulte corto, y eso que en la película tampoco suceden demasiadas cosas.
Como punto débil, creo que la resolución no acaba de colmar las expectativas creadas a lo largo del film, lo que deja cierta frustración, al menos en mi caso. En cuanto a las reflexiones sobre el arte, da la sensación de que el director nos ha transmitido algunas muy profundas, pero la verdad es que no me han quedado claras cuáles son.
Aun así, considero que La sombra del pasado -cuyo título original, Obra sin autor, resulta más pertinente-, aunque no pasará a la historia como La vida de los otros, va a resultaros interesante o, como mínimo, os hará pasar un buen rato.
La segunda película es una que no se ha estrenado todavía en España, WHERE HANDS TOUCH (2018). Por ahí corre una versión subtitulada por un alma caritativa, que es la que he visionado, con el título de Cuando el amor te toca, pero no sé si es la traducción oficial.
Este film británico, de la directora Amma Asante, narra la historia de amor entre un joven nazi y una muchacha mulata durante el Tercer Reich, por lo que ya podéis intuir que la relación atravesará por algunas dificultades.
La película es honesta y bienintencionada, pero creo que peca de tópicos. Los nazis resultan tan malvados que parecen caricaturas -qué diferencia con la maldad contenida del personaje de Sebastian Koch-, y tampoco podían faltar los tópicos ligados a los campos de concentración, colocando un campo de exterminio en Baviera, por ejemplo.
Hay que decir que la pareja protagonista hace lo que puede por salir airosa de la papeleta, pero aun así la película no consigue sostenerse en pie. En todo caso, si simplemente queréis pasar el rato viendo una historia ambientada en la Alemania nazi, puede resultar más o menos entretenida.
martes, abril 30, 2019
"T-34" (2018): SI TE GUSTA LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, LAS BATALLAS DE TANQUES Y LAS EXPLOSIONES, ÉSTA ES TU PELÍCULA
Bien, amigos, no estoy desaparecido en combate, aunque lo pueda parecer por mi prolongada ausencia. Estoy concentrado en la escritura de mi próximo libro, que estará disponible en las librerías en otoño; ahora ya estoy embarcado en la redacción del penúltimo capítulo, así que puedo respirar un poco, por lo que vamos con una recomendación cinematográfica.
No obstante, antes vamos con algunos apuntes referidos a mis libros. No sé si sabéis que por estas fechas los autores recibimos de las editoriales las liquidaciones de las ventas alcanzadas el año anterior. Es ahora cuando el autor deja aparcadas las conjeturas y conoce con exactitud el número de ejemplares vendidos y, por tanto, la acogida real que han tenido sus criaturas.
De los números que me han llegado puedo decir que mi primer libro con la editorial Almuzara, ESO NO ESTABA EN MI LIBRO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, ha funcionado bastante bien y, de hecho, lo sigue haciendo, aunque no ha sido una sorpresa.
Lo que me sí me ha causado sorpresa, hasta cierto punto, es lo bien que ha funcionado la reedición de HECHOS INSÓLITOS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, publicada por Roca, ya que apenas había generado comentarios y tampoco aparecía entre los libros más vendidos de Amazon. Tampoco me esperaba que PEQUEÑAS GRANDES HISTORIAS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, que publiqué con Planeta y que creo que ya no está a la venta en España, se siga vendiendo tan bien en México, Colombia y Argentina.
En el pasado Sant Jordi estuve firmando en Hospitalet de Llobregat (Barcelona) ejemplares de mi último libro, GRANDES ATROCIDADES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, que, aunque parece que no va a alcanzar las cifras de ventas del anterior, se está defendiendo bien en las librerías.
Pues una vez informados de cómo van mis libros, en lo que ello pudiera tener de interés, vamos con la recomendación fílmica.
Ayer vi la película rusa T-34, estrenada el año pasado. La verdad es que no había oído hablar de ella y la encontré por casualidad. Mis expectativas no eran muy altas, ya que las cintas bélicas producidas en Rusia no acaban de gustarme. En ellas los diálogos no parecen reales, el ritmo es desigual, siempre meten una historia de amor con calzador y tienen un aire a película patriótica.
Aunque sus dos horas y veinte minutos de metraje la hacían un poco intimidante, decidí verla, en V.O subtitulada, y me ha sorprendido agradablemente. El film narra las peripecias de la tripulación de un T-34, el famoso tanque soviético, que les lleva desde un combate en los alrededores de Moscú en diciembre de 1941, tras una gran elipsis, a Alemania en 1944.
La película apuesta claramente por el espectáculo, para lo que no ahorra en efectos especiales. Está claro que la mayor parte de lo que se ve en pantalla son efectos creados por ordenador, algunos bastante inverosímiles, pero aun así provocan en el espectador el efecto buscado, que es la emoción y el asombro.
El argumento se basa en el duelo entre un tanquista soviético y otro alemán, que se prolonga de principio a fin y resultando, hasta cierto punto, convincente.
Una cosa que me ha llamado la atención es que, en un momento de gran tensión, un miembro de la tripulación del tanque ruso se pone a rezar el Padre Nuestro agarrando una imagen religiosa. De los testimonios de soldados soviéticos que he leído se desprende que estaban muy ideologizados por los comisarios políticos, así que me ha extrañado esa escena, pero no sé si alguien que conozca con más detalle la actitud de los soldados rusos podrá aclarar si esos arranques religiosos eran habituales o se trata de una licencia del guion, destinada a reducir de la motivación de lucha el componente comunista y aumentar el del patriotismo ligado a la Rusia tradicional, que parece que es la consigna imperante hoy día.
Por último, se agradece que la historia de amor que parece que ha de ser incluida por contrato en estas películas para atraer al público femenino a las salas no resulta cargante, sino que se engarza con cierta naturalidad en el guion.
Por tanto, no esperéis una obra maestra, una reflexión sobre la guerra o una crónica con valor documental, sino algo más cercano al cine de palomitas sin otra pretensión que hacer pasar al espectador un rato entretenido.
Así pues, si os gusta el cine bélico ambientado en la Segunda Guerra Mundial, las batallas de tanques, las explosiones, los proyectiles, la tensión del combate... ésta es vuestra película.
jueves, febrero 28, 2019
DESCUBRIENDO (A ESTAS ALTURAS) LA CARRERA ESPACIAL
Bien amigos, aquí sigo enfrascado en la redacción de mi próximo libro, que, si los dioses quieren, estará en las librerías en otoño. Pero he aprovechado el poco tiempo libre que tengo para ponerme al día en un tema que, hasta ahora, no me había llamado demasiado la atención, que es la carrera espacial.
Todo ha comenzado después de ver la película EL PRIMER HOMBRE (FIRST MAN, 2018), que narra la vida precisamente del primer hombre en llegar a la Luna, Neil Armstrong. Al parecer, la película resultó un tanto decepcionante y recibió duras críticas, incluida la de Donald Trump, que se quejó de que apenas se veía la bandera de las barras y estrellas que fue colocada allí.
Entiendo a los que no les haya gustado la película, ya que es una crónica intimista -si se puede decir así- de la trayectoria de Armstrong hasta llegar a su punto culminante. Así que prescinde de esos toques épicos que pudimos ver en APOLO 13 (APOLLO XIII, 1995) y que tan bien hubieran encajado en la hazaña del Apolo 11.
No obstante, el resultado de ese arriesgado planteamiento me gustó mucho, así que no me lo pensé y acudí raudo y veloz al libro en el que está basada la cinta, EL PRIMER HOMBRE, publicado por Debate en 2018.
Su autor es James Hansen, que tuvo la suerte de convertirse en el biógrafo oficial de Armstrong, y digo suerte porque éste ha sido siempre muy reservado y apenas ha concedido entrevistas. Pues bien, aunque el libro tiene 700 páginas, he disfrutado de cada una de ellas, lo he leído de un tirón y se me ha hecho incluso corto. Hacía meses que no me lo pasaba tan bien con un libro, así que os lo recomiendo efusivamente.
Para ampliar mis escasos conocimientos sobre la carrera espacial, además de revisitar la citada Apolo 13, me he visto FIGURAS OCULTAS (HIDDEN FIGURES, 2016), basada en la historia real de las científicas negras que trabajaban en la NASA a comienzos de los sesenta.
Podemos decir que la película es agradable de visionar, gracias a su ritmo ágil, pero aconsejo buscar información sobre la historia real en la que está basada, ya que en el film se exageran algunos episodios de discriminación racial para denunciar la segregación que sufría entonces la población negra. De hecho, he leído una entrevista con la científica protagonista y admitía que no se sintió discriminada en la NASA, lo que choca frontalmente con lo que se ve en la película.
Siguiendo con esa inmersión, me he visto la serie documental en cuatro episodios SPACE RACE (2005), producida por la BBC, que explica la carrera espacial desde las V2 hasta la llegada a la Luna.
Gracias a esta extraordinaria serie, en formato de docudrama, he descubierto los pormenores del programa espacial soviético, que desconocía casi por completo fuera de sus principales logros. Reconozco que incluso no había oído hablar nunca de su figura principal, Sergei Korolev, que jugó el mismo papel que Wernher von Braun en el programa norteamericano.
Para tratar de llenar las últimas lagunas, ahora estoy con un libro que narra también la carrera espacial, pero como está publicado por una editorial que me debe bastante dinero, no le voy a hacer propaganda aquí.
Así que, si queréis tomaros un respiro de la Segunda Guerra Mundial y además sois tan ignorantes como yo, no es mala idea descubrir, aunque sea a estas alturas -y nunca mejor dicho-, la aventura espacial.
viernes, febrero 15, 2019
SPITFIRE (2018): EL AVIÓN QUE SE CONVIRTIÓ EN UN SÍMBOLO PARA EL PUEBLO BRITÁNICO
Bien, amigos, retomo el blog después de estar más de un mes sin subir nada. No sirve de excusa, pero estoy concentrado en la escritura de mi próximo libro; las continuas interrupciones no me están permitiendo alcanzar la velocidad de crucero deseada, así que lo llevo con cierto retraso, aunque espero poder cumplir los plazos comprometidos.
En la línea de mis últimos posts, vamos con otra recomendación cinematográfica. Se trata de la película SPITFIRE, estrenada el año pasado. El film cuenta la historia de este célebre avión británico, convertido en el símbolo de la Batalla de Inglaterra y, por tanto, de la resistencia de Gran Bretaña al intento de invasión germana.
Spitfire va más allá del simple documental, ya que posee virtudes cinematográficas; su cuidada edición, la calidad de sus tomas aéreas, la banda sonora... Todo ello hace que la cinta cumpla con su propósito de transmitir la pasión por este aeroplano, convertido en el gran protagonista.
Gracias a este film he descubierto bastantes cosas que no conocía. Por ejemplo, no sabía que había un buen número de mujeres piloto que se encargaban de trasladar los aviones de las fábricas a los aeródromos.
En la película aparecen un par de estas mujeres, que nos cuentan su experiencia. Una de ellas tiene 100 años (!), pero presenta una vitalidad increíble; emociona ver la admiración que todavía siente por este avión, cuando lo ve evolucionar sobre un aeródromo.
Ese es el punto fuerte de la película: la emoción. En ella podremos escuchar el testimonio de otros pilotos, que nos explican también sus experiencias a los mandos del Spitfire. Al final de la película, es imposible no emocionarse al ver cómo esos pilotos son homenajeados en un acto de conmemoración de la Batalla de Inglaterra.
Por cierto, si habéis visto uno en la realidad, no sé si os habrá sorprendido como a mí lo grande que es. En las películas parece pequeño al ser un caza, pero en vivo resulta enorme, o a mí me lo parece. El último que vi fue en el Museo Nacional de la Técnica de Praga, ésta es la foto que le hice:
Además de la emoción que transmiten los testimonios, otro atractivo del film son las maravillosas imágenes actuales de los Spitfire en vuelo:
Hoy día hay medio centenar, que participan en exhibiciones aéreas en Inglaterra; tengo pendiente asistir a alguna de ellas.
Todo ello hace que la película se vea con agrado y que se aprendan cosas nuevas sobre la historia de este emblemático aparato pero, sobre todo, logra que se entienda el amor y la pasión que sigue despertando aún hoy día entre el pueblo británico. Así que os lo recomiendo, espero vuestras opiniones.
martes, enero 01, 2019
PROMESA AL AMANECER (2017): TODO UN PELICULÓN
Hola, amigos, antes que nada, Feliz Año Nuevo y mis mejores deseos para este 2019 recién inaugurado.
Vamos a estrenar el año con una recomendación fílmica, una película francesa de la que no había oído hablar, PROMESA AL AMANECER (La promesse de l'aube, 2017).
Descubrí esta cinta por casualidad, atrayéndome el hecho de que parte de su metraje estaba ambientado en la Segunda Guerra Mundial.
No obstante, he comprobado que su interés no radica solamente en el relato de ese período; aunque la guerra es un ingrediente importante, podemos calificarlo de accesorio.
La película narra la vida del escritor francés Romain Gary, una vida marcada por la relación con su madre. El tema que vertebra el filme es algo tan universal como las expectativas que los padres depositan en sus hijos y el esfuerzo -o no- de éstos por cumplirlas.
En este caso, el interés radica en las desmesuradas y aparentemente absurdas esperanzas que la madre deposita en su vástago, y el titánico esfuerzo que éste debe realizar para que no se vean defraudadas.
Hay que decir que, inexplicablemente, la acogida de los críticos fue tibia, y que las opiniones de los espectadores -a tenor de lo que se puede leer en Filmaffinity- tampoco fueron muy calurosas. Algunos dicen que el metraje es excesivo, pero a mí no me lo pareció en absoluto e incluso se me hizo corto.
En mi opinión, en esta película funciona todo, desde el guion a las interpretaciones (imperial Charlotte Gainsbourg, la protagonista de Nymphomaniac de Lars von Trier, así como Pierre Niney, al que conocemos de la también recomendable Frantz), pasando por la espectacular ambientación en tres continentes, destacando la fiesta mexicana del Día de los Muertos con la que abre el filme. Las escenas bélicas, en forma de combate aéreo, no desmerecen el conjunto.
En suma, os invito a darle una oportunidad a esta gran película para comenzar bien el año, espero vuestras opiniones.
viernes, diciembre 14, 2018
EL DUODÉCIMO HOMBRE (2017): ÉPICA HUIDA EN LA NORUEGA OCUPADA
Bien, amigos, vamos con una recomendación fílmica. Se trata de una cinta con el poco estimulante título de EL DUODÉCIMO HOMBRE (Den 12. mann, 2017), de la que no había oído hablar y que encontré por casualidad.
Ahora que se ven tantos patriotas noruegos por la calle, a tenor de las banderas que lucen orgullosamente en sus chaquetones, es buen momento para acudir a este film ambientado en la Noruega ocupada, durante la Segunda Guerra Mundial.
La película narra la historia real del miembro de un comando de doce hombres llegado a Noruega en un barco para emprender acciones de sabotaje, Jan Baalsrud. Su grupo fue interceptado por los alemanes nada más llegar a la costa. Él fue el único que logró escapar. A partir de ahí comenzaría su épica aventura para llegar hasta la frontera sueca, ayudado por los civiles noruegos.
Cuando los alemanes descubren que uno de los saboteadores ha huido, pondrán todo tu empeño en atraparlo.
Para el sturmbannführer Kurt Stage, interpretado magistralmente por Jonathan Rhys Meyers, será todo un desafío personal dar con el escurridizo noruego.
Aunque quizás el metraje resulte un tanto largo, la película funciona a todos los niveles; un buen guion, excelentes interpretaciones, perfecta ambientación... Yo destacaría el trabajo realizado por el protagonista, Thomas Gullestad, quien hace evidente su deterioro físico a lo largo de la huida, lo que el actor logró adoptando una estricta dieta.
Pero, sobre todo, destacaría al citado Rhys Meyers, que logra transformarse en un auténtico e implacable oficial nazi, en un inquietante cruce entre el Agente Smith de Matrix y Pedro Sánchez.
Entre los aspectos mejorables del film estaría ese metraje excesivo y alguna escena inverosímil, como el fugaz encuentro entre los dos protagonistas o la espectacular huida entre el rebaño de renos. No he tenido tiempo de comprobar si eso sucedió en realidad, pero se hace difícil pensar que fue así.
En todo caso, creo que vale la pena ver esta película para descubrir esta épica historia de la Segunda Guerra Mundial de la que no tenía constancia y que imagino que vosotros tampoco.
Por último, si no tenéis idea de qué regalar a ese otro amigo que le gusta la Segunda Guerra Mundial, o no sabéis qué autorregalaros esta Navidad, aquí os dejo una idea, en una imagen que tomé ayer mismo en La Casa del Libro de Barcelona:
Pues sí, ya tenéis mi GRANDES ATROCIDADES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL en todas las librerías.
Ya me están llegando vuestras opiniones y, como no podía ser de otro modo, son todas muy positivas, me alegro mucho de ello. Tan sólo os pediría el favor de dejar también constancia de esas opiniones en las webs de las librerías, en foros o en las redes sociales, lo que ayudará a que otros lectores puedan también disfrutar del libro.
martes, diciembre 04, 2018
LIBROS, LIBROS, LIBROS...
Bien, amigos, aquí estamos de nuevo con algunas recomendaciones librescas. Hace un tiempo que ando bastante liado, primero con las últimas pinceladas de mi último libro, GRANDES ATROCIDADES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, y ahora con la redacción de mi próximo libro, que llevo con un poco de retraso, por lo que preciso aumentar el ritmo.
Aun así, siempre hay un momento para leer y de eso se trata la entrada de hoy, de hablaros de los últimos libros que he leído.
Comienzo con el último trabajo de un amigo, Marco da Costa, HOLLYWOOD CONTRA HITLER, publicado por Notorious Ediciones. Se trata de un exhaustivo compendio de todas las películas que el cine norteamericano dedicó al Tercer Reich. La obra, de 340 páginas y con prólogo de Luis Alberto de Cuenca, recopila todos esos filmes, de cuya gran mayoría nunca escuché hablar.
Paradójicamente, Hollywood recurrió a herramientas parecidas a las utilizadas por Goebbels para demonizar al enemigo, retratando malvados y siniestros personajes nazis, sobre todo en la abundante producción de serie B.
No obstante, el cine norteamericano se distinguiría por la excelencia artística y, sobre todo, el humor, como en el caso de Charles Chaplin y su El gran dictador.
También hay que destacar la utilización de personajes de la cultura popular como Superman, el Pato Donald o Tarzán para derrotar a los nazis. Respecto a este último, el libro refiere un gag de El triunfo de Tarzán, en el que la mona Chita contacta por radio con Berlín y sus sonidos simiescos son confundidos al otro lado de la línea con el mismísimo Führer.
Seguimos con el Tercer Reich, en este caso con un libro que me ha sorprendido muy gratamente: BERLÍN, 1936, del historiador alemán Oliver Hilmes y publicado por Tusquets.
El ejemplar lo compré a comienzos del año pasado, pero ha permanecido todo este tiempo aparcado en mi biblioteca porque el tema de los Juegos Olímpicos de 1936 lo conozco bastante bien y pensaba que esta obra no me iba a aportar mucha información nueva.
Sin embargo, estaba completamente equivocado. El libro no es una crónica de los Juegos -o no sólo eso-, sino de cómo transcurrieron esas dos intensas semanas en Berlín, retratando personajes desconocidos pero singulares y describiendo cómo lucía la capital germana en esos festivos días en los que la Alemania de Hitler disfrutó de su mejor escaparate mundial.
Hilmes ha llevado a cabo un extraordinario trabajo de documentación para poder ofrecernos esta obra que se lee como una novela y que, si os atrae el Berlín de los años treinta, no puede faltar en vuestra biblioteca.
Y ahora nos adentramos de lleno en la Segunda Guerra Mundial con las memorias de Kurt Panzer Meyer, tituladas lacónicamente GRANADEROS, publicadas por Ediciones Platea.
La obra, sin ambages ni sutilezas, describe su recorrido por los diferentes teatros de guerra europeos: Polonia, Francia, Grecia, Rusia o Bélgica. Las páginas muestran toda la crudeza de los combates. Sorprende que Meyer pudiera sobrevivir a la guerra después de ver continuamente como caían todos los que le rodeaban, y de enfrentarse a situaciones realmente críticas, de las que siempre lograba salir con bastante fortuna. Para los que os gustan los relatos bélicos a pie de campo de batalla, otro título imprescindible.
Y terminamos con otro libro centrado en el conflicto, LA BATALLA DE KURSK, del historiador norteamericano Dennis Showalter y editado por La Esfera de los Libros.
Curiosamente, el choque que, en mi opinión, supuso el auténtico punto de inflexión en el frente oriental permanece todavía hoy relativamente ignorado. La poca atención que ha recibido de los historiadores ha hecho que Kursk sea víctima de esa anomalía. Por otro lado, los mitos e inexactitudes que han acompañado al relato de la batalla han contribuido al desconocimiento de lo que allí sucedió. Para tratar de paliar esa ignorancia llega esta interesante obra.
El libro consta de dos partes diferenciadas; la primera analiza de forma ágil y brillante los prolegómenos de la batalla, y en la segunda entra de lleno en la crónica detallada del choque, basándose en las revelaciones más frecuentes.
El relato resulta impecable desde el punto de vista historiográfico pero, al centrarse en el carácter operacional descendiendo al ámbito de regimientos y batallones, podéis perder de vista el desarrollo general de la batalla, abrumados por los nombres de las distintas unidades y la indicación de sus movimientos. Por tanto, si os gusta la historia militar pura y dura os encantará, pero si preferís un estilo más divulgativo quizás os resulte un tanto árido.
Pues bien, ya tenéis aquí algunas propuestas para esta época de compras compulsivas, regalos y autorregalos que se avecina. Si ya habéis leído alguna de estas obras, espero vuestras opiniones, así como sugerencias de otros títulos que creáis que pueden resultarnos también de interés.
jueves, noviembre 29, 2018
EL BANQUERO DE LA RESISTENCIA (NETFLIX): UN FILM FLOJITO SOBRE UNA GRAN HISTORIA DE INGENIO Y VALOR
Bien, amigos, como sabéis, mi nuevo libro, GRANDES ATROCIDADES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, se encuentra ya en las librerías.
Los autores solemos ponernos muy pesados hablando de nuestro último libro, así que no os daré aquí la tabarra para que lo compréis.
Si queréis conocer detalles del mismo, os recomiendo que leáis la entrevista que ayer salió en ABC.es, en la que hablo de los hechos que relato en uno de los capítulos, la matanza de prisioneros del Eje por parte de los norteamericanos en Biscari, Sicilia.
Y AQUÍ podéis leer la primera reseña que ha aparecido.
Pues tras este breve espacio de autopromoción vamos con una recomendación fílmica. Se trata de la película holandesa EL BANQUERO DE LA RESISTENCIA (2018), que se puede ver en Netflix.
Es un filme que explica la historia real del banquero Walraven van Hall, quien organizó de manera clandestina un fondo de ayuda en Holanda durante la ocupación alemana.
Gracias a su ingenio y valor logró crear una red que daba cobertura económica a las actividades de la resistencia y a gente que ocultaba judíos. Esa red distribuiría el equivalente a unos 450 millones de euros.
Yo no conocía la historia de este banquero, así que la he descubierto gracias a esta película, a pesar de que me ha parecido bastante floja. Las interpretaciones resultan poco convincentes, el ritmo resulta lento, apenas hay un par de escenas que transmiten cierta tensión y el metraje parece excesivo. La ambientación merece únicamente un aprobado.
Aun así, si la visionamos como si fuese un documental, la cinta puede resultar de interés para los que nos gusta descubrir historias poco conocidas de la Segunda Guerra Mundial.
Walraven van Hall cuenta con un monumento en Amsterdam, en forma de árbol caído.
Imagino que hasta ahora casi nadie repararía en él y ahora, tras la película de Netflix, recibirá muchas más visitas. Naturalmente, ese punto queda anotado para cuando visite esta ciudad.
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